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GUERRA SIN BARCOS

Motores diésel y torres de carros de combate en Manises

A CABALLO entre dos municipios (Quart de Poblet y Manises) y a pocos kilómetros de Valencia, la planta valenciana de Izar quedaría encuadrada en la división "civil" en el plan propuesto por la SEPI. Candidata a la entrada de capital privado, Izar Manises, uno de los centros de propulsión y energía de Izar, emplea en la actualidad a 320 trabajadores directos, cifra que se eleva hasta los 1.000 con el empleo inducido. Treinta años atrás, la plantilla rondaba las 1.500 personas, según recuerdan miembros del comité de empresa (con representantes de CAT, UGT y CC OO). Desde entonces se han realizado cuatro recortes de personal, el último en 1995, explica el presidente del comité, Emilio Cócera (UGT-PV). Esta planta, especializada en la construcción de motores diésel lentos de dos tiempos para propulsión marina y generación eléctrica y cogeneración, se enfrenta ahora a un anuncio que supone un nuevo viraje en una historia de más de medio siglo.

La factoría de Manises nació en 1949. Pertenecía entonces a la Empresa Nacional Elcano de la Marina Mercante, adscrita al INI. En la segunda mitad de los años cincuenta inició la fabricación de motores diésel, que serán en adelante el núcleo duro de su actividad. A mediados de los sesenta, la planta pasó a estar bajo el paraguas de Astilleros de Cádiz, SA, que en 1969 se fusiona con Euskalduna y con la Sociedad Española de Construcción Naval, en lo que a partir de ese momento será Astilleros Españoles, SA (AESA). Ésta unió su futuro a Bazán en 2000, para crear Izar.

Izar Manises tiene trabajo garantizado -12 motores en cartera- hasta la primera mitad de 2006. Pero no es su única línea de trabajo. Fuentes sindicales subrayan que también hay una parte de actividad militar: la fabricación de torres de carros de combate. Y recuerdan que en 2001 el entonces presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, garantizó la participación de Izar Manises en el Plan Eólico Valenciano, a través de la construcción de molinos de viento. Un anuncio, puntualizan, que no se ha concretado.

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