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Un escape contaminante de una empresa maderera afecta a la reserva de Urdaibai

El Gobierno desconoce todavía el motivo del incidente dos semanas después de ocurrido

La empresa de aglomerados de madera Inama, ubicada en la reserva de Urdaibai, causó el pasado día 3 un escape contaminante que provocó afecciones respiratorias a varios vecinos de Muxika. Durante media hora se mantuvo sobre la zona una nube densa, cuyo origen aún se desconoce. La empresa no ha ofrecido ninguna información y el Gobierno asegura que no dispone de datos. Sobre Inama, que ha recibido quejas vecinales por su actividad desde hace 12 años, pesan dos informes que certifican que incumple la normativa de ruidos y una denuncia penal por un vertido, que está investigando un juzgado y por el que el Medio Ambiente abrió a la compañía un expediente sancionador.

El incidente ocurrió pasadas las cuatro de la tarde del día 3 y las emisiones se detuvieron cuando la chimenea por la que salía el humo dejó de funcionar, según consta en la denuncia presentada ante la Ertzaintza por la asociación vecinal SOS Muxika, creada este año por las actividades de Inama. La nube contaminante afectó a dos barrios del municipio (Zabale y Txakale), donde se encuentran medio de centenar de viviendas, todas chalets y caseríos. Muxika suma unos 1.300 vecinos. A escasos 200 metros, se ubica una residencia de mayores. La humareda, de color negro y marrón, permaneció sobre el lugar cerca de media hora, según los testigos. Tres vecinos llamaron al servicio de emergencia SOS Deiak para alertar de lo ocurrido, lo que fue comprobado por una patrulla de la Ertzaintza.

Los vecinos que se encontraban en sus viviendas se encerraron rápidamente en ellas. Varias personas sufrieron afecciones en la garganta. Un miembro de SOS Muxika relató que tuvo dolencias en la garganta y picazón en los ojos que persistieron hasta la noche. Posteriormente, no ha padecido más problemas respiratorios.

Aunque han transcurrido dos semanas del incidente, todavía se desconoce lo ocurrido. Pese a los requerimientos hechos por este diario, ningún responsable de Inama quiso ayer comentar el suceso. El Departamento de Medio Ambiente, competente en las emisiones contaminantes, tampoco disponía ayer de datos. Los responsables de la consejería en esta materia no se encontraban localizables. Un portavoz oficial aseguró que a los altos cargos del departamento que han vuelto de vacaciones no se les había comentado nada del escape. "Pueden haber salido partículas de suspensión del proceso de producción de la fábrica pero ahora no tenemos datos", agregó.

El alcalde de Muxika, el peneuvista Jabier Gezuraga, también desconoce lo sucedido. "Sólo sé que saltaron las alarmas de la empresa", apuntó.

Inama ha acumulado en 12 años múltiples quejas de los residentes en los alrededores, referidas a emisiones a la atmósfera, olores y ruidos. Un juzgado investiga actualmente una denuncia penal por un vertido de parafina a un río, según el Gobierno, que paralizó por ello el expediente abierto sancionador por la misma causa. Esta factoría, perteneciente a la compañía gallega Finsa, es una de las 119 empresas potencialmente contaminantes, entre las 20.000 compañías existentes en Euskadi, según el registro Eper, impuesto por una directiva de la UE. Medio Ambiente ha precisado que la inclusión en este listado no significa que se emita o vierta por encima de los límites legales, puesto que sólo se mide el volumen contaminante. El Gobierno espera determinar para 2007 cuáles superan los topes legales de toxicidad.

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Sobre la actividad de Inama, sólo existen informes de contaminación acústica. Dos estudios, elaborados por las empresas AAC y Labein, coinciden en que la fábrica supera los límites legales de ruido por la noche, pues funciona las 24 horas.

El informe de AAC, del pasado enero, concluye que los niveles de ruido ambiental superan "las exigencias actuales para el periodo nocturno en varias viviendas del entorno" y recomienda la reducción del mismo en seis instalaciones de la planta. El estudio de Labein, elaborado en noviembre pasado, añade vibraciones en las "ventanas o puertas de metal" de las viviendas cercanas, "que se convierten a su vez en nuevas fuentes de ruido".

Medio Ambiente ratificó el pasado julio estos informes y solicitó al Ayuntamiento que requiriese a la empresa que subsanase el exceso de ruido en el plazo de un mes. Inama, según indicó ayer el alcalde, ha pedido ampliar este plazo y el consistorio está estudiando si lo autoriza o le insta a resolver las deficiencias de inmediato.

La "angustia total e indefensión" de los vecinos

"Estamos en una situación total de angustia e indefensión. Lo del escape del día 3 ha sido la gota que ha colmado el vaso", aseguran los portavoces de la asociación SOS Muxika. "Hay gente que no puede dormir, que sufre dolores continuos de cabeza", añaden. Los alrededores de la fábrica Inama suponen un lugar privilegiado para residir, en un área tranquila situada a unos tres kilómetros de Gernika y en el borde de la reserva de la biosfera de Urdaibai.

La asociación vecinal asegura que la situación ha empeorado en los últimos años, en coincidencia con la ampliación de las instalaciones de la fábrica. "Hay más emisiones, mas chimeneas y los ruidos han aumentado", dicen los residentes, que ya en 1995 realizaron una recogida de firmas de protesta contra las actividades de la empresa maderera.

También reprochan la actitud del Ayuntamiento de Muxika, ahora en manos del PNV, tras varios mandatos de HB, por no atender sus quejas. "Nosotros no queremos cerrar la fábrica, sino que se adecúe a la legalidad", aseguran.

El alcalde, que ocupa el cargo desde el pasado año, admite que los vecinos pueden echarle en cara los retrasos en las actuaciones, pero enfatiza que la competencia municipal, la contaminación acústica, deberá resolverse. "Lo de las emisiones depende del Gobierno, pero nos hemos comprometido a cumplir la contaminación acústica y lo haremos".

Jabier Gezuraga no oculta su mala relación con los responsables de Inama. "Con el gerente tengo peor relación que con el vecino más enérgico de la asociación", recalca. El primer edil se muestra contrario a la pretensión de la empresa de ampliar el plazo para eliminar los ruidos, aunque una asesoría jurídica lo está estudiando. "Con Inama estamos gastando mucho dinero del presupuesto para controlarla. Se han hecho dos informes el año pasado y éste otro sobre los ruidos", dice.

La asociación vecinal muestra fotografías de partículas desconocidas en sus vehículos y teme por su salud. "¿Quién nos dice que lo que sale de ahí no se deposita en las huertas, que nos sirven para nuestro consumo doméstico?", preguntan. E inciden en el oscurantismo de la empresa. "A principios de año, vimos que salían llamaradas de la fábrica y los operarios estaban en el tejado. Llamamos a SOS Deiak y ésta a la empresa y ni siquiera le contestaron. Entonces, SOS Deiak mandó una ambulancia, una patrulla y los bomberos, que tuvieron que intervenir apagando el fuego de las chimeneas. El gerente dijo luego que no había sido para tanto".

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