El Ebro esconde restos tóxicos más allá de Flix, cerca del Delta
Erkimia cesó sus vertidos en 1988
El equipo de investigadores que determinó la existencia de residuos tóxicos y radiactivos en el embalse de Flix (Tarragona) asegura que también ha detectado restos de mercurio, hexaclorobenceno y policlorobifenilos río abajo. Joan Grimal, coautor del estudio, aseguró que estos sedimentos se encuentran "estables" y que los análisis del agua determinan que no hay riesgo alguno para la población, aunque este hecho refuerza aún más que los vertidos de la empresa Erkimia son de una gravedad sin precedentes. Por su parte, la empresa negó ayer que pueda derivarse cualquier responsabilidad civil de sus vertidos a lo largo de décadas -lleva instalada en Flix más de cien años- y su presidente, Antonio Zabalza, argumentó que la empresa "ha respetado siempre la legalidad vigente".
El consejero de Medio Ambiente de la Generalitat, Salvador Milà, frenó las exigencias de grupos ecologistas y partidos políticos como CiU, que reclaman que Ercros -nombre actual de Erkimia- asuma en parte el coste de la limpieza de los centenares de miles de toneladas de residuos detectados. Así, Milà dijo que la empresa solamente pagará si la justicia determina que hubo responsabilidad civil. Milà y el delegado de la Generalitat en las tierras del Ebro, Lluís Salvadó, visitaron ayer la planta de Erkimia en Flix con el objetivo de tranquilizar a este municipio de 4.000 habitantes. "No hay riesgo actual", señaló Milá. Pese a todo, el titular de Medio Ambiente reconoció que "no podemos garantizar al 100%" que estos residuos tóxicos -entre 200.000 y 360.000 toneladas- sean arrastrados río abajo o bien puedan filtrarse, aunque dejó claro que cualquiera de estas suposiciones sería a causa de un accidente fuera de lo normal. "Los residuos han estado aquí durante décadas y no ha pasado nada", recordó Zabalza. En el año 2001 aparecieron muertos miles de peces en el río Ebro a causa de una elevada concentración de mercurio, motivo por el que un juez de Falset abrió una investigación que archivó por falta de pruebas.
Por otro lado, tanto la Generalitat como el Consorcio de Aguas de Tarragona -órgano que gestiona agua del Ebro que actualmente bebe toda la Costa Dorada- han asegurado que los análisis del agua determinan su absoluta inocuidad para la salud de las personas. "El problema no es de ahora", sentenció una técnica de la empresa.
Erkimia ha vertido residuos radiactivos al río Ebro desde 1973, año en que comenzó su producción de bifosfato cálcico, y se prolongaron hasta 1988. El proceso industrial para elaborar este producto, usado como complemento de piensos animales, arroja desechos que contienen uranio 238 -un radionucleido-, que se acumularon en el río hasta que en 1988 comenzó a funcionar parte de la depuradora actual.
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