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Reportaje:LA CRISIS DEL SECTOR NAVAL

El coste del olvido

La industria auxiliar naval en Cádiz vaticina que los planes de la SEPI traerán cierre de empresas y cientos de despidos

Cuando suenan las sirenas en astilleros, tres de cada cuatro operarios que entran en el barco pertenecen a la industria auxiliar. Así lo remarca la patronal del metal para hacer ver al Gobierno central la trascendencia que cualquier decisión sobre Izar tiene en muchas otras compañías.

Estos empresarios y sus trabajadores denuncian que no se les ha tenido en cuenta en las negociaciones abiertas en los últimos años ni tampoco en los planes que ha preparado la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Un "olvido" que tiene su precio. En el último año, sólo en la Bahía de Cádiz, 3.900 empleados se han quedado en la calle. Y pueden ser más si se confirma el cierre de San Fernando o la dependencia exclusiva de Cádiz y Puerto Real a la línea militar.

Muchas empresas auxiliares dependen todavía de Izar entre un 80% o un 90%
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Una agonía sin testigos

Rafael Martín tiene 37 años y lleva 16 trabajando en Gaditana de Chorro y Limpieza, SL, una de las 50 empresas auxiliares que dependen de las plantas navales en la Bahía gaditana. No es la primera vez que ve de cerca la crisis pero reconoce que ahora es el momento "más crudo" que ha vivido. Según cuenta, los problemas empezaron hace ocho años y se agravaron hace tres, cuando la entrada de barcos prácticamente se paralizó. "La industria auxiliar es una cadena", explica, "si Astilleros no trabaja, nosotros tampoco".

La compañía es una de las empresas que se han sumado a la comisión auspiciada por la Federación de Empresarios del Metal de Cádiz (FEMCA), que ha decidido unir esfuerzos y recabar apoyos empresariales y de autoridades. Su portavoz, Manuel Escalón, se vale de las cifras: "La industria auxiliar ha pasado de tener 6.000 trabajadores a poco más de 2.000 en el último año". Las víctimas han sido trabajadores eventuales.

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La preocupación de estos empresarios ha aumentado tras conocer los planes del Gobierno para el grupo Izar. Entre las intenciones de la SEPI, indigna especialmente a la patronal la posible privatización de San Fernando o Sevilla. También rechaza que Cádiz y Puerto Real dependan exclusivamente de los contratos militares porque "no hay suficientes barcos y la mayoría los tienen en Ferrol y Cartagena".

La crisis de la industria auxiliar no la sufren todas las empresas por igual. Algunas han conseguido diversificar su producción, encontrar nuevos clientes y evitar una alta dependencia con Izar. Es el caso de Hidromecane, SL, dedicada a la gran maquinaria. Hace dos años el 80% de sus trabajos tenían relación directa con los astilleros. En este periodo, han conseguido reducir el porcentaje al 25%. "Vimos venir lo que ahora está pasando y decidimos apostar por otros sectores", explica su gerente, Alejandro Campos. Según Campos, este proceso de reconversión puede durar casi dos años.

Muchas empresas auxiliares no han comenzado todavía y su dependencia con Izar ronda el 80% o el 90%. Algunos trabajadores ya se han preparado para lo peor. Francisco Estudillo lleva 29 años entre las máquinas de la empresa auxiliar Romero Puerto, SA. Llegó a tener un centenar de compañeros pero ahora la plantilla ha quedado reducida a 33. Al igual que Rafael Martín, Francisco está fijo en su empresa pero eso ya no le da seguridad. "Si no hay trabajo, el empresario no tiene beneficios y, en cualquier momento, nos puede decir que hasta aquí llegamos".

Esta semana Rafael y Francisco se sumarán, de nuevo, a las protestas de los astilleros, y volverán a lanzar en la calle los gritos de los últimos días: que no cierre ni se privatice San Fernando, que se mantenga la actividad civil en la Bahía y que los barcos no sigan pasando de largo.

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