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Reportaje:LA CRISIS DEL SECTOR NAVAL

Una agonía sin testigos

Unos 1.200 trabajadores de empresas auxiliares de los astilleros en Sevilla corren peligro de perder sus puestos

Reyes Rincón

Hace apenas dos años la empresa Mymai, especializada en limpieza de buques, tenía 120 personas trabajando en los astilleros de Sevilla; hoy quedan menos de la mitad: 16 fijos y unos 40 eventuales.

"El trabajo se acaba", advierte Rafael Recio, delegado de personal y de prevención de la empresa. Los empleados de Mymai, como todos los que trabajan en la industria auxiliar de las instalaciones sevillanas, participan en las protestas protagonizadas en los últimos meses por los trabajadores de los astilleros. No en vano ellos representan alrededor del 80% de los puestos de trabajo de las instalaciones sevillanas. La plantilla de Izar está compuesta por algo más de 300 trabajadores y las compañías auxiliares tienen otras 1.200 personas trabajando en las instalaciones de Sevilla.

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La privatización de la planta sería también "el fin" para el empleo de estas empresas especializadas en la industria naval, asegura Recio. Mymai nació como una empresa de limpieza, pero se ha ido diversificando y ya presta también otros servicios imprescindibles en los astilleros, como el andamiaje o el montaje de estructuras metálicas.

No obstante, la pérdida de carga de trabajo ya les ha afectado directamente porque gran parte de las labores que tienen encomendadas se realizan antes de que se empiece a construir el buque. Ahora no hay ningún encargo pendiente y ese trabajo previo ya ha desaparecido.

La industria auxiliar de los astilleros sevillanos pierde cada semana entre 20 y 50 empleos, asegura Luis Espada, otro de los trabajadores de Mymai.

Espada tiene 45 años y lleva 25 trabajando para los astilleros de Sevilla. Como él, casi todos los empleados fijos de Mymai cuentan con varias décadas de antigüedad en las instalaciones de la capital porque, aunque la adjudicataria de los servicios auxiliares ha cambiado, siempre se ha mantenido la plantilla. "Si se acaba esto se acaba todo para nosotros", asegura Espada, casado y con dos hijos de 8 y 11 años. "¿Dónde vas a buscar trabajo con 45 años? El único trabajo que sé hacer es éste". Los empleados de astilleros, además, temen que la fama de "combativos" que han podido crearse en los últimos meses les dificulte aún más la búsqueda de un nuevo trabajo.

Peor aún lo tienen los empleados eventuales, cuyo despido no supone coste alguno para la empresa. "Ellos son los primeros que están saliendo", reconoce Rafael Recio. La mayoría son jóvenes de entre 20 y 25 años que han aprendido el oficio en los astilleros sevillanos y que poco a poco se han convertido en trabajadores muy cualificados.

En otros tiempos, un trabajador eventual de la industria naval podía encadenar siete u ocho años de trabajo ininterrumpido. Ahora, sin encargos a la vista, se acaban los contratos por obras y servicios.

"Si no se dan prisa, cuando se sienten a buscar soluciones para la industria auxiliar no va a quedar ningún trabajador", asegura Luis Espada. "Se está hablando mucho de buscarle salida a Izar, pero nadie habla de la industria auxiliar".

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Sobre la firma

Reyes Rincón
Redactora que cubre la información del Tribunal Supremo, el CGPJ y otras áreas de la justicia. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local en Sevilla, corresponsal en Granada y se ha ocupado de diversas carteras sociales. Es licenciada en Periodismo y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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