Un mes en el 'mar de nadie'

Las autoridades italianas decidieron ayer, "por razones humanitarias", permitir que el carguero de bandera alemana Cap Anamur, con 37 inmigrantes sin papeles a bordo, atracara en Puerto Empedocle, en la isla de Sicilia, después de más de un mes de tira y afloja entre Italia, Alemania, partidos políticos y organizaciones humanitarias sobre la posibilidad o no de que la nave tocara tierra italiana. El capitán del buque fue detenido y acusado de favorecer la inmigración clandestina.

El 20 de junio, a unas 100 millas de la isla italiana de Lampedusa, el Cap Anamur recogió a 37 personas en alta mar, 36 sudaneses y un sierraleonés. La embarcación en la que viajaban se había quedado sin gasolina. Pero ahí comenzaron los problemas. Una ley italiana aprobada en 2002 impidió que los inmigrantes pudieran entrar en territorio italiano. Esa norma y la espera a que Alemania les concediera asilo político -supuesto que no se ha dado- empantanaron el destino de los sin papeles durante semanas.

El atraque de la nave Cap Anamur se produjo ayer a las 11 de la mañana tras permanecer desde el 1 de julio frente a Puerto Empedocle, día en el que el capitán del barco envió una señal de socorro al no poder "controlar la situación". Entonces, el Gobierno italiano no permitió el desembarco porque esperaba que Alemania concediera el asilo político a los inmigrantes.

Ayer, tras un breve control sanitario que se realizó dentro de la nave, los 37 inmigrantes fueron conducidos en dos autobuses hasta un centro de acogida en Agrigento, donde se negaron a colaborar con las autoridades italianas.

Por su parte, el portavoz del Ministerio del Interior alemán, Rainer Lingenthal, declaró que si los refugiados entran en suelo italiano, "Italia es responsable del tratamiento final de todas las cuestiones relativas al derecho de inmigración y el derecho de asilo", añadiendo que no era necesario ninguna negociación entre Berlín y Roma. "Se trata de personas que buscan alcanzar la zona soberana territorial italiana y sólo es competente el Gobierno italiano", finalizó.

En Italia las reacciones no se han hecho esperar. El diputado de Los Verdes, Paolo Cento, afirmó ayer que con este desembarco "acaba un episodio que ha mostrado el grado de incivilidad con que Italia y Alemania, y Europa en general, gestionan la cuestión de los refugiados".