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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Buenos principios

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, firmó el jueves con los sindicatos mayoritarios (CC OO y UGT) y la patronal CEOE un compromiso para desarrollar un pacto social que mejore las condiciones de competitividad y estabilidad en el empleo que sustentan la economía española. Es un buen comienzo para una materia que se anticipa compleja y es posible que conflictiva. Para un optimista, indica que el Gobierno y los agentes económicos han expuesto su mejor disposición a dialogar sobre el catálogo de asuntos -trece exactamente- que componen la negociación; un observador más realista admitiría al menos que existe un reconocimiento de que hay aspectos de la legislación laboral que es preciso mejorar y que las partes están dispuestas a intentarlo.

El procedimiento formal propuesto por este Gobierno -firma de un compromiso previo que en realidad marca el comienzo de las negociaciones- es diferente de los de gobiernos anteriores. Pero el éxito dependerá en último extremo de su contenido. Algunas materias tienen carácter urgente: medidas correctoras de la precariedad laboral, planes para reducir la siniestralidad o la reforma del Instituto Nacional de Empleo, para que, además de gestionar el subsidio de desempleo, sea eficaz en la búsqueda de trabajo. Otros asuntos necesitan un debate más pausado, como la revisión del sistema de negociación colectiva o el acuerdo de pensiones denominado Pacto de Toledo.

El caso es que la sociedad empieza a preguntarse con insistencia por qué el empleo español sufre de una tasa de temporalidad tan elevada -el 31% de los asalariados, el doble que en los mercados laborales europeos- y demanda iniciativas para corregir un hecho que no contribuye a afianzar la estabilidad económica. Otra pregunta que se escuchará en la negociación -aunque la respuesta no es sencilla- es por qué no ha prosperado en las empresas el modelo de contrato a tiempo parcial. Ambas tienen mucho que ver con el objetivo final de mejorar la competitividad del sistema económico.

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