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Reportaje:

Un descafeinado de planta

Científicos brasileños descubren una variedad natural de café sin cafeína

Javier Sampedro

Tres científicos brasileños han descubierto una variedad de Coffea arábica, la planta de café más cultivada y consumida del mundo, que carece casi por completo de cafeína. Se trata de un mutante natural que se da espontáneamente en Etiopía. Los investigadores planean transferir esa propiedad a las variedades habituales de cultivo mediante cruces convencionales. Aseguran que el sabor será perfecto.

Si los investigadores logran su propósito, el negocio puede ser abultado. El café descafeinado supone ya el 10% del consumo mundial de café, y probablemente seguirá en ascenso, impulsado por la creciente impopularidad de la cafeína en los círculos médicos.

El proceso industrial de descafeinado es costoso y, según los científicos, no sólo destruye la cafeína, sino también algunos de los compuestos clave que confieren al café su apreciado sabor. La nueva planta eliminaría ambos problemas de un plumazo.

El descafeinado ya da cuenta del 10% del consumo mundial de café, y la previsión es que siga subiendo

El trabajo, que se presenta hoy en Nature, va firmado por el fisiólogo vegetal Paulo Mazzafera, de la Universidad Estatal de Campinas (Brasil), y dos colaboradores del Centro Alcides Carvalho, un instituto dedicado a la investigación científica y tecnológica sobre el café, también en Campinas.

El Centro Alcides Carvalho es parte de una red que mantiene y estudia una inmensa colección de muestras vegetales (su nombre técnico es "colección de plasma germinal"). Mazzafera y su equipo han analizado el contenido en cafeína de 3.000 muestras de cafetos (árboles del café), todos de la especie Coffea arábica y originarios de Etiopía. Y han dado en la diana tres veces.

El grano de café convencional tiene 12 miligramos de cafeína por gramo. Las tres variedades descubiertas por los brasileños no pasan de 0,76 miligramos por gramo. Habría que tomar 15 tazas de este descafeinado de planta para conseguir la dosis que aporta un solo café normal.

Hace un año, un equipo del Instituto de Ciencia y Tecnología de Nara (Japón) presentó un café manipulado genéticamente para rebajar su contenido en cafeína, pero sólo logró una reducción modesta (lo dejaron en 3,6 miligramos por gramo). Al menos en este caso, la naturaleza ha hecho las cosas mejor que los japoneses.

El cafeto sintetiza la cafeína a partir de la teobromina, que es el alcaloide típico del chocolate. La responsable de esa transformación es una enzima (catalizador biológico) denominada, sin mucho vuelo metafórico, cafeína sintetasa. La información para fabricar esta enzima está contenida en un gen. Si ese gen hubiera sufrido una mutación, la cafeína sintetasa no funcionaría, y esto tendría dos efectos: primero, la planta no tendría cafeína; y segundo, la teobromina se acumularía en sus granos. Mazzafera ha comprobado que esto es exactamente lo que pasa en la nueva variedad. A falta de un análisis genético más preciso, el científico postula que la planta es un mutante natural en ese gen. Los investigadores japoneses habían manipulado un gen distinto. Mala suerte.

¿Y qué hacer con la teobromina acumulada? Tal vez lo mejor sea no hacer nada. La teobromina es similar a la cafeína, pero sus efectos son mucho más débiles. Y, pese a que se acumula en la planta, su nivel sigue siendo cuatro veces menor que en el cacao.

Mazzafera ha llamado a su planta "AC", en honor de Alcides Carvalho (1913-1993), un genetista brasileño que convirtió el Estado de São Paulo en una potencia cafetera al desarrollar unas variedades resistentes a las plagas de la zona. "Café Carvalho: llévatelo a la cama". Tiene gancho.

Un técnico agrónomo examina un cafeto <i>(Coffea arábica)</i> en un cultivo colombiano.
Un técnico agrónomo examina un cafeto (Coffea arábica) en un cultivo colombiano.ASSOCIATED PRESS

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