El paseo de coches del Retiro se llenó hasta los topes de escritores y lectores.
Savater defiende la traducción como eje civilizatorio
Había clima de ahora o nunca: señores muy compuestos que aprovechaban el tiempo al máximo paseando el perro y eligiendo a la vez algún libro; madres que usaban el cochecito del niño de carrito de la compra (bibliófila), jóvenes en bicicleta o en rollers escogiendo un ejemplar aquí y otro allá... "¡Mira cómo se está poniendo de gente!", le dijo una amiga a otra, señalando hacia los pabellones. Eran las 11.30 del último día de la Feria del Libro de Madrid y la mañana ya prometía.