Tomás Eloy Martínez rinde homenaje a una ciudad indestructible
El escritor publica 'El cantor de tango'
La cadencia del tango, la melancolía de sus letras, la descripción de una ciudad como Buenos Aires, la crisis económica que padece Argentina y las alegrías y las penurias de un grupo de personajes recorren las páginas de El cantor de tango (Planeta), de Tomás Eloy Martínez (Tucumán, 1934). El autor soñó la historia de Julio Martel y recorrió con él las calles de su ciudad. Y decidió escribirla para conocer lo que había detrás de la ficción.
El tango fue la única forma de acercamiento afectivo que tuvo Tomás Eloy Martínez con Argentina, en el exilio que padeció durante la dictadura militar que sufrió ese país. Hoy, esa música y sus letras le acompañan a diario en el trayecto que recorre desde su casa a su trabajo en la Rutgers University de Nueva Jersey (EE UU). "Los periódicos mentían, el cine era falso y lo único que nos hablaba de un país pasado, y con una profunda melancolía que nos embriagaba, era el tango. El tango es como el cordón umbilical que me mantiene unido con el país en el que nací. Trabajo en Estados Unidos y vivo en Buenos Aires, y para mí este tipo de música refleja lo que es la patria: mujer, infancia, tierra o recuerdo". El escritor argentino está presentando en España El cantor de tango, su última novela, que en su país está siendo uno de los grandes éxitos en estos momentos. Eloy Martínez es autor de uno de los libros más vendidos y traducidos, Santa Evita, y premio Alfaguara 2002 por El vuelo de la reina.
En El cantor de tango, su autor cuenta cómo un estudiante extranjero, Bruno Cadogan, se traslada a Buenos Aires para localizar a un cantante mitológico, Julio Martel, que ha devuelto al tango su pureza y desenfreno original. "Elegí un personaje débil, enfermo, con un cuerpo maltrecho para dar más empaque a su voz. En definitiva, es un reflejo de la ciudad. Mi novela es un homenaje a la memoria y a la pertenencia a un lugar. Narro la historia de un hombre que es capaz de encerrar en sí mismo toda la magia y la miseria de una ciudad indestructible. Estamos en un momento en el que se debe recuperar la esencia del ser humano, el valor del individuo, su humanidad y su emoción", asegura el escritor.
Habla de su relación con la literatura y dice que su proyecto era escribir un diálogo con la literatura argentina. "Hay melancolía, una deliberada defensa de los sentimientos y es una forma de actuar a contrapelo de lo que escribió Borges en 1951 cuando dijo que los argentinos somos pudorosos e inteligentes. Hay que escribir con los sentimientos y también con los sentidos, y en esta novela todo ello es notable".
Con respecto a la situación económica y política de su país, el escritor asegura que "el futuro es esperanzador. Hemos atravesado décadas de dictaduras, de gobiernos corruptos. Estamos sobreviviendo y hemos sido capaces de mantener la cabeza fuera del fango. El Gobierno actual está prestando atención a la dignidad de los derechos humanos y tratando de superar la ruina de la economía".
El cantor de tango surge de un sueño del escritor. "Imaginé al personaje y lo vi vagando por la ciudad que tanto conocía. No conseguía nunca alcanzarle y el sueño se me volvió angustioso. Cuando me desperté sabía que tenía que escribir sobre ello. Uno escribe ficciones para conocer lo que desconoce porque sólo escribiendo te puedes encontrar con la realidad; es como revelar una fotografía de lo que tratamos de descubrir".
A pesar de los años de experiencia, Tomás Eloy Martínez dice que escribir es "un verdadero desafío". Y en ese desafío se encuentra el autor con Purgatorio, la novela que está preparando y que se publicará en un par de años. "Trata de Argentina durante la dictadura militar y en ella trataré de reflejar la vida cotidiana de los argentinos que se quedaron en el país, conviviendo con el horror; que cerraron los ojos y que incluso no les pareció mal lo que ocurrió".
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