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LA POSGUERRA DE IRAK | La investigación

El Congreso de EE UU, escandalizado por las nuevas fotos y vídeos de torturas

"Hay escenas horribles, es como descender a los infiernos", dice el demócrata Durbin

Los congresistas estadounidenses se sumergieron ayer en una nueva galería de imágenes de torturas físicas y psicológicas de soldados a presos iraquíes, imágenes que aún no se conocen públicamente. El Departamento de Defensa no entregó el material: lo sacó del Pentágono, cruzó el Potomac, llegó al Capitolio, dejó ver a senadores y representantes más de un millar de fotos y algunos vídeos y luego se llevó todo al otro lado del río. Numerosos congresistas expresaron a la salida de la sesión su consternación y repugnancia ante las muestras de humillación y malos tratos.

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"Suponía que iban a ser muy duras, pero son peor de lo que había imaginado", dijo el senador demócrata Ron Wyden, que añadió, para dar una idea: "Hay que tomar la peor foto de las que se conocían y multiplicarla varias veces". "Son actos horribles, ejemplos de torturas y abusos sexuales", según Tom Daschle, líder de la minoría demócrata del Senado. "La mayoría no quisimos agotar el tiempo que se nos dio para verlas, eran repugnantes", dijo el representante Gary Ackerman. "Hay escenas horribles, es como descender a los infiernos. Hay un momento en el que no puedes seguir viendo", dijo el senador demócrata Richard Durbin.

El republicano Bill Frist salió "consternado", pero dijo que las fotos eran similares a las que se conocían, igual que Peter King: "Foto tras foto, el mismo tipo de depravación que ya habíamos visto". El congresista Mike Pence, también republicano, las asimiló a las conocidas, dijo que eran "de una gran vulgaridad" y añadió que nada en las nuevas fotos "indica que hubiera implicados más de un pequeño número de soldados".

Otros testimonios confiados por congresistas a las agencias Reuters y Associated Press y a as emisoras de radio y televisión describieron escenas de perros amenazando a prisioneros, de un hombre golpeándose contra una pared, como si quisiera quedarse inconsciente; de detenidos encapuchados obligados a masturbarse, de presas a las que se les levanta el vestido y de relaciones sexuales entre soldados. "No sé cómo diablos esta gente entró en nuestro Ejército", lamentó el senador Ben Nighthorse.

Para ver las fotos, los 100 senadores acudieron a la sala S-407, habitualmente utilizada para reuniones delicadas. "Sólo ellos, nadie de su equipo", advirtió John Warner, presidente del Comité de las Fuerzas Armadas. Los senadores tuvieron tres horas, de dos a cinco de la tarde, sin posibilidad de hacer copias. La Cámara de Representantes consiguió que el Pentágono repitiera el esquema en otra sala para sus 435 miembros.

En el debate sobre si las imágenes se harán públicas, el Pentágono defiende el derecho a la intimidad de los que aparecen en las fotos y el hecho de que estén sujetos a consejos de guerra. Warner dijo que está en contra de la difusión "para mantener la integridad del proceso legal" y no "estimular al enemigo". El republicano Duncan Hunter cree que es el momento menos indicado por la decapitación del rehén estadounidense: "Hay que tomar una decisión sobre cómo se maneja esto, especialmente tras lo ocurrido".

En cuanto a la discusión sobre la responsabilidad de los malos tratos, ayer una de las soldados implicadas, Lynn England, declaró a una emisora de televisión de Colorado que recibió órdenes de "personas de mi cadena de mando". Lynn, de 21 años y embarazada de cinco meses, aparece en una foto con una correa atada al cuello de un preso desnudo. "Fui mandada por personas de rango más elevado que estuviera allí, que sostuviera la correa y que mirara a la cámara. Hicieron la foto para psy-op [operaciones psicológicas] y eso es todo lo que sé". El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, rechazó que las técnicas para interrogar a los presos violaran las normas internacionales.

Mientras, el general Mark Kimmitt anunció desde Bagdad que hay otros dos miembros de la Compañía 372 de Policía Militar -la que estaba a cargo de Abu Ghraib- que se someterán a consejo de Guerra. El sargento Javal Davis, de 26 años, está acusado de conspiración para maltratar a detenidos, abandono del servicio por no proteger a los presos, malos tratos, declaraciones falsas y agresión. En el informe Taguba se le acusa de golpear a los presos cuando estaban en el suelo, desnudos.

El sargento Ivan Frederick ha sido acusado también de conspiración para maltratar a detenidos y abandono del servicio, y además, de indecencia por contemplar actos sexuales entre detenidos. El reservista Frederick, de 37 años, es guardia de prisiones en la vida civil, y también hay testigos que aseguran que trató brutalmente a varios presos. Su familia ha dicho que había recibido indicaciones de que tenía que hacer todo eso, "porque así es como trabaja la inteligencia militar". El primer consejo de guerra, contra el soldado Jeremy Sivits, será el miércoles de la semana que viene en Bagdad.

Rumsfeld, junto al general Richard Myers, durante su comparecencia ante el Senado.
Rumsfeld, junto al general Richard Myers, durante su comparecencia ante el Senado.REUTERS

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