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LA POSGUERRA DE IRAK

Rumsfeld visita por sorpresa la prisión iraquí donde estalló el escándalo de las torturas

El secretario de Defensa, acompañado del jefe del Estado Mayor, se entrevistará con responsables de las prisiones bajo control norteamericano

El secretario de Defensa de EE UU, Donald Rumsfeld, y el jefe del Estado Mayor conjunto, general Richard Myers, han llegado esta mañana a Bagdad para entrevistarse con responsables de las prisiones bajo control norteamericano. El viaje sorpresa, que ha incluido una visita a la cárcel de Abu Ghraib, donde estalló el escándalo- se produce en plena polémica por los malos tratos a presos iraquíes por parte de soldados estadounidenses.

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"Quiero escuchar a los que son responsables del trabajo diario en las operaciones con los detenidos", ha declarado Rumsfeld a los reporteros a bordo del avión que le ha llevado a la capital iraquí. "Nos preocupamos por que los detenidos sean bien tratados, por que los soldados se porten bien, por que funcionen bien los sistemas de mando", ha agregado. No obstante, ha querido dejar claro que "se equivocan" quienes piensen que la intención de su viaje a Irak es "apagar el fuego" de las acusaciones de torturas y abusos, y ha añadido que aprovechará para "agradecer a las tropas estadounidenses el buen trabajo que hacen y para encontrarse con sus mandos".

Rumsfeld ha estado en el punto de mira en las últimas semanas debido a la polémica sobre la difusión de fotografías en las que aparecen soldados estadounidenses torturando o abusando de prisioneros iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib, la principal de Irak. El secretario de Estado, cuya continuidad en el puesto ha sido asegurada por el presidente George W.Bush, pese a los repetidos llamamientos para su dimisión o cese, viaja acompañado del jefe del Estado Mayor conjunto de las fuerzas estadounidenses, general Richard Myers, así como de abogados del Pentágono.

No es esta la primera visita de Rumsfeld a Bagdad desde el fin de la guerra, ya que estuvo en la capital iraquí en varias ocasiones para visitar a las tropas, pero ahora su viaje adquiere un carácter especial al producirse en plena polémica internacional por el escándalo de las torturas a presos iraquíes.

Los congresistas de EE UU, escandalizados

Tras ver ayer a puerta cerrada fotografías y vídeos de los abusos cometidos a finales del año pasado en la prisión de Abu Ghraib, los senadores republicanos y demócratas han coincidido en que las imágenes son todavía más impactantes y aberrantes que las difundidas a comienzos de este mes y que han llevado a la presentación de cargos contra siete militares. "Créanme, son más asquerosas", espetó el senador Mitch McConnell, uno de los líderes de la mayoría republicana. Las fotos son "bastante peores que nada que me hubiera imaginado. Imagínense el caso peor y multiplíquenlo varias veces", declaró el senador demócrata Ron Wyden.

Los congresistas estadounidenses no se ponen de acuerdo sobre la conveniencia o no de publicar esas imágenes. Para unos no deberían salir a la luz para prevenir posibles represalias y no influir en el proceso iniciado contra algunos autores de las torturas; para otros, mantener ese material en secreto daría oxígeno al escándalo y podría ser filtrado más tarde o más temprano a los medios de comunicación.

Estados Unidos quedó conmocionado ayer por la difusión de un vídeo en el que se muestra la decapitación de un rehén norteamericano a manos de iraquíes, según los cuales el asesinato era una represalia por las vejaciones sufridas por los prisioneros de Abu Ghraib. El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, rechazó con firmeza cualquier relación entre el escándalo de los malos tratos y la ejecución: "Los terroristas van a tener siempre una excusa para intentar justificar el asesinato, la destrucción y el caos", dijo.

Las acusaciones salpican a altos mandos militares

El general Antonio Taguba, autor del primer informe sobre los abusos, aseguró esta semana ante una comisión del Senado que las torturas fueron consecuencia de la falta de disciplina y de adiestramiento de los soldados, así como de la falta de dirección. Añadió que no había encontrado pruebas de que los malos tratos hubiesen sido ordenados por altos mandos militares. Sin embargo, se ha sabido que la general Karpinski, quien estuvo al frente de las prisiones en Irak, declaró ante investigadores del Ejército a principios de este año que se había resistido a decisiones adoptadas por sus superiores para dejar el control de las cárceles en manos de oficiales de la inteligencia militar y para autorizar el uso mortal de la fuerza como primer paso para mantener el orden.

Una soldado de los siete militares que afrontan cargos criminales por los abusos, declaró ayer a un canal de televisión que había recibido "órdenes superiores" de posar para las fotografías con los prisioneros iraquíes. "Nos ordenaron hacer esas cosas. Recibimos instrucciones al respecto", sostuvo la soldado Lynndie England, que declinó identificar a los autores de esas órdenes.

Prisiones bajo control iraquí

Adnan Pachachi, miembro del Consejo de Gobierno iraquí, quiere que Estados Unidos ceda el control de las cárceles de Irak al futuro Ejecutivo de transición de ese país, según una entrevista publicada hoy por el diario The Times. Sobre este asunto, Pachachi dice al periódico que es partidario de demoler la prisión de Abu Ghraib, un centro asociado tanto a los abusos practicados por las tropas norteamericanas como a las torturas cometidas por el derrocado régimen de Sadam Husein.

La coalición militar ocupante tiene previsto devolver el poder a un Gobierno interino iraquí el próximo 30 de junio, si bien la Administración norteamericana ya ha advertido de que el nuevo Ejecutivo tendrá una soberanía limitada, sobre todo en asuntos militares y de seguridad.

El secretario de Defensa de EE UU, hoy en la prisión de Abu Ghraib.
El secretario de Defensa de EE UU, hoy en la prisión de Abu Ghraib.AP

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