El Consejo introduce la reivindicación de programas en la directiva de patentes
El Consejo Europeo, formado por los Gobiernos de los estados miembros, tiene una compleja papeleta entre manos: acercar posiciones entre el no del Parlamento y el sí de la Comisión a las patentes de programación. Este organismo delegó la tarea en un grupo de trabajo formado por representantes de las oficinas de patentes. El resultado es la propuesta de la actual presidencia irlandesa que reintroduce la posibilidad de patentar software. El texto ignora 43 de las 64 enmiendas introducidas por el Europarlamento.
"Ahora es peor que la propuesta inicial ya que introduce las reivindicaciones (software claims, en inglés)", explica el antiguo jefe de nuevas tecnologías en la Comisión Europea, Philippe Agrain.
Las reivindicaciones son jurídicamente importantes ya que describen aquello que no se puede poner en marcha sin la autorización del propietario de la patente. "Si la directiva las acepta será muy fácil decir que un programa es una falsificación. Le corresponderá al desarrollador demostrar que no lo es y le puede costar 500.000 euros", asegura Agrain.
El texto se está discutiendo y la presidencia irlandesa pretende que se apruebe en una reunión de ministros que hay la semana que viene. Si las propuestas del parlamento y el Consejo fueron diferentes, tal y como parece, se discutiría en segunda lectura en la cámara alta. Una votación que se producirá con los nuevos europarlametarios elegidos en las elecciones de junio.
Reforma en Estados Unidos
Al otro lado del Atlántico las críticas al sistema de concesión de patentes en Estados Unidos no tienen fin. El Consejo Nacional de Investigación, organismo que depende del Congreso, advierte en su último informe que la Oficina de Patentes y Marcas estadounidense debe adoptar "siete pasos decisivos" para garantizar que "la escasez de financiación y las políticas anticuadas" no obstaculicen la innovación tecnológica. El informe subraya que la creciente competición entre empresas para presentar y hacer cumplir las patentes es "una de las claves del hundimiento del sistema".
La oficina, dice el Consejo, debe hacer frente a una lista de espera de 500.000 solicitudes, y cada año se presentan 350.000 más. Cifras que crecerán y podrían "provocar que los examinadores se vean desbordados y se degrade la calidad de su trabajo". Por ello, recomienda medidas como contratar más examinadores, crear un sistema abierto para revisar patentes cuestionables y rechazar las "obvias".
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