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Slim hace frente a Alierta

El magnate mexicano ha ganado a Telefónica la pugna por la brasileña Embratel y disputa su liderazgo en otros mercados latinoamericanos

Alejandro Rebossio

Hosco, habil negociador y asesorado por su amigo y ex presidente del Gobierno Felipe González, el magnate mexicano Carlos Slim pretende vencer a Telefónica, el grupo presidido por Cesar Alierta, en la carrera por Latinoamérica. El amo de Telmex y América Móvil, el mayor millonario de la región, que acaba de ceder el testigo de Telmex a su hijo Carlos, le ha ganado esta semana una batalla a su competidora al arrebatarle la número uno de telefonía de larga distancia de Brasil, Embratel.

En móviles, Telefónica alcanzará el 40% con la adquisición de la subsidiaria de BellSouth, mientras América Móvil cuenta con el 30%
En telefonía fija, Telefónica domina el 24% del mercado regional latinoamericano, frente al 17% de las compañías Telemar y al 16% de Telmex

La guerra por la región está librándose y por eso Slim acaba de ampliar su participación en la argentina Techtel y de comprar el 40% de Chilesat y la obtención de una licencia de telefonía móvil en Uruguay.

A poco de que Telefónica Móviles anunciara la adquisición de la filial latinoamericana de la estadounidense BellSouth, Telmex acordó con la también norteamericana WorldCom, que acaba de rebautizarse MCI, la compra del 51,79% de los derechos políticos y el 19,26% de las acciones de Embratel por 360 millones de dólares (295 millones de euros). América Móvil ya tenía presencia en Brasil con la compañía Claro, que compite con Vivo, de Telefónica, pero a eso se limitaba la actividad de Slim en la segunda economía de la región. Con Embratel, competirá con la empresa presidida por César Alierta en el segmento de larga distancia y dará el primer paso hacia la telefonía fija, según los analistas.

Telefónica no se conformó con el papel de observador. Formó el consorcio Calais con las locales Telemar, Brasil Telecom y Geodex, un grupo dedicado a la infraestructura de telecomunicaciones, y juntas presentaron una oferta de 550 millones de dólares (450 millones de euros) por Embratel. La ex Worldcom suspendió pagos en 2002, se encuentra en pleno proceso judicial para superar la mayor quiebra de la historia de Estados Unidos y por eso necesita recursos. A lo largo de la reestructuración de la deuda de la actual MCI, Slim había invertido 350 millones de dólares (286 millones de euros) en bonos de esta compañía y después los canjeó por el 10% de sus acciones. El mexicano siempre se ha especializado en comprar empresas en declive y ganar dinero reacondicionándolas.

Riesgo de monopolio

MCI terminó respondiendo a Calais que si le vendía Embratel, la operación podría recibir objeciones de las autoridades antimonopolio de Brasil. El consorcio contestó que las tres telefónicas que lo integraban sólo estaban interesadas en Embratel por los negocios de transmisión de datos (Internet) y de clientes corporativos, mientras que el segmento minorista de larga distancia sería gestionado en forma independiente por Geodex. Además, ofreció un adelanto de 360 millones de dólares que no debería devolverse en caso de que las autoridades brasileñas desaprobaran la compra.

Telmex elevó su oferta a 400 millones de dólares (327 millones de euros). Calais le aseguró entonces a MCI 470 millones de dólares (385 millones de euros) si la compra era abortada por los reguladores. La empresa estadounidense encontró otra objeción. Un abogado que la asesoraba en la venta, Fabio Ulhoa Coelho, alertó que MCI podría enfrentar demandas de sus inversores minoristas si vendiese Embratel a unas telefónicas que sólo buscaban sacrificarla para incrementar sus propios negocios.

El juez de Nueva York a cargo del proceso de quiebra de MCI, Arthur González, debía decidir el martes pasado sobre la intención de esa compañía de vender Embratel al menor postor, Telmex. Dos días antes, el periódico Folha de S. Paulo publicó un supuesto documento interno de Calais que decía que las tres telefónicas socias buscaban quedarse con Embratel para elevar las tarifas del segmento. El lunes, la portavoz de la empresa en venta acusó a los miembros de Calais de pretender la formación de un cartel. Calais negó las denuncias. Finalmente, el juez González aprobó la oferta de Telmex por 400 millones.

Slim pactó hace cuatro años con el Gobierno de México la congelación de tarifas de la telefonía fija ante la desaceleración económica de ese país. A partir de entonces, comenzó la aventura por el resto de la región de este descendiente de libaneses católicos, empresario de larga trayectoria, pero alguna vez acusado de ser testaferro del ex presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari.

Ante la fuerte competencia que encontró fuera de su país, se dio cuenta de que necesitaba escala. En telefonía fija, Telefónica domina el 24% del mercado regional, frente al 17% de Telemar y al 16% de Telmex. En móviles, Telefónica alcanzará el 40% con la adquisición de la subsidiaria de BellSouth, mientras América Móvil cuenta con el 30% y Telecom Italia, con el 10%.

El camino inverso

En 2003, Slim aceleró su expansión en móviles, al tiempo que se retiraban de la región multinacionales como Verizon o France Télécom. Compró las brasileñas BCP y BSE, la argentina CTI y la salvadoreña CTE. Este año se quedó con AT&T Latin America, con una importante red de fibra óptica en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú que lo fortalece en telefonía fija y transmisión de datos. Slim es socio de Microsoft en el portal M1MSN. Telmex compró el 80% de Techtel, que atiende a clientes corporativos en Argentina y Uruguay.

Esta semana adquirió el 40% de Chilesat, la tercera compañía de Chile en larga distancia, también dedicada a la transmisión de datos, y en los próximos días presentará una oferta por el resto de las acciones. El 13 de mayo se definirá la subasta de una nueva licencia de móviles en Uruguay. Slim peleará por ella con Telefónica, que de todos modos entrará en este mercado cuando se concrete la operación con BellSouth.

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