Un juez ordena la captura internacional del ex presidente argentino Carlos Menem

Por cuarta vez desde febrero pasado, el ex presidente argentino Carlos Menem, de 73 años, que reside actualmente en Chile, no acudió a una citación de la justicia argentina. Pero esta vez su arriesgada apuesta ha tenido graves consecuencias. El juez federal Jorge Urso dictó ayer una orden de captura internacional contra el antiguo gobernante, que le colocará en los próximos días en el punto de mira de la Interpol. Carlos Menem alega en su defensa ser víctima de una persecución política y temer quedar preso por muchos años si regresa a su país.

El antiguo presidente argentino se niega a prestar declaración indagatoria en la causa que investiga el supuesto pago de un sobreprecio de 60 millones de dólares en la licitación para la construcción de dos cárceles durante su mandato. El magistrado envió oficios a la Interpol y al Ministerio de Relaciones Exteriores a los efectos de la detención de Menem, después de rechazar la recusación planteada ayer mismo por la defensa del ex gobernante.

Jorge Urso es el mismo juez que ordenó en 2001 la detención de Menem por su presunta responsabilidad en el contrabando ilegal de armas a Ecuador y Croacia, violando una decisión de la ONU que había prohibido el suministro de material de guerra a los dos países. El ex presidente pasó entonces seis meses en arresto domiciliario, por tener más de 70 años, en la quinta de su amigo Armando Gostanian en la localidad de Don Torcuato (provincia de Buenos Aires).

Recusación rechazada

En la mañana de ayer, el abogado defensor de Menem pidió la recusación del juez Urso por presunta "parcialidad" y "enemistad manifiesta" en la causa abierta en el año 2000 por denuncias anónimas en la fiscalía federal, que investiga supuestas prácticas corruptas en la construcción de las cárceles de Ezeiza y Marcos Paz.

El escrito presentado por el abogado Luis Piglietti pide el alejamiento del juez de la causa y se queja de que cuando Menem estuvo detenido por la causa del tráfico de armas "fue víctima de los inventos, literalmente de vuestra señoría, con el objeto de hostigarlo mientras se encontraba detenido". El recurso pidió la nulidad de la causa y solicitó la postergación de la audiencia prevista para ayer. Hasta ahora la estrategia de intentar ganar tiempo le había dado buenos resultados a Menem, por ejemplo con el juez federal Norberto Oyarbide, que instruye la causa abierta por omisión maliciosa de una cuenta bancaria en Suiza. Esta vez, el juez Urso decidió avanzar con la tramitación del expediente después de rechazar la recusación. Así lo habilita la ley en caso de que los fundamentos de pedido de separación del juez sean calificados como improcedentes.

Menem podría ser condenado a una pena máxima de seis años de prisión, un dato muy importante ya que Chile acepta la tramitación de peticiones de extradición cuando se trata de delitos con penas superiores a los tres años. El ex presidente ha consultado con abogados chilenos para preparar la defensa ante un eventual juicio de extradición. En caso de perder, podría apelar hasta llegar a la Corte Suprema en un proceso que puede durar hasta un año, según aventuran fuentes judiciales argentinas.

Antes, los abogados de Menem deberán acudir mañana ante la Cámara Federal por la recusación al juez Oyarbide y el martes próximo ante la Cámara Federal Penal y Económica en la causa por la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia. El político que gobernó Argentina prácticamente toda la década de los noventa, se refugió en Chile cuando su situación judicial en Argentina empezó a complicarse. En el país vecino reside junto a su esposa, la ex Miss Universo y conductora de televisión Cecilia Bolocco, y su hijo Máximo. En entrevistas recientes confirmó sus intenciones de no comparecer a las citaciones de la Justicia argentina.

La carrera política de Menem, que siempre persiguió una segunda reelección, recibió un golpe mortal en las elecciones presidenciales de 2003, en las que el Partido Justicialista (peronista) se presentó dividido. Menem fue el candidato más votado en la primera vuelta, pero en los inicios de la segunda vuelta quedó demostrado que el antimenemismo tiene un amplio arraigo en Argentina. El vencedor de la primera batalla se sintió perdedor ante el impulso de las encuestas que día tras día atribuían mejores resultados a su rival. El ex presidente tiró la toalla y desistió de competir en la segunda vuelta con el gobernador de la provincia de Santa Cruz, Néstor Kirchner, y renunció a su candidatura.

Hoy los seguidores de Menem acusan a quien ocupa la Casa Rosada de revanchismo y de criminalizar al presidente argentino de los años noventa.