Cervantes en la aldea mundial
En Estados Unidos hay cuatro veces más estudiantes de español que de francés
Cada vez son más las personas que hablan español en Estados Unidos. Hay 35 millones de hispanos censados. Así que muchos políticos y empresarios hacen un hueco en su agenda para aprender la lengua de Cervantes. Saber español es ya una cuestión tanto de votos como de negocios. Un reciente estudio realizado por la Modern Language Association of America revela que el español se ha convertido en la lengua más estudiada en las universidades de Estados Unidos, con 746.602 personas matriculadas para aprender la lengua, cuatro veces más que los matriculados en francés y siete veces más que los de alemán.
Aunque el interés por el español no sea tan significativo como en Estados Unidos, también en Europa crece la cifra de los que aprenden la lengua castellana. En los últimos anuarios publicados por el Instituto Cervantes -la institución que se dedica a la propagación por la enseñanza del español en el mundo, como la Alliance Française y los institutos Dante Alighieri, en Francia e Italia- son calificados, por los propios responsables del centro, de "sorprendentes". En el de 2003, que recoge un estudio sobre el aprendizaje del español en 16 países de la Europa central y oriental, se da la cifra de 123.000 alumnos matriculados para aprender español durante el curso 2001-2002. Se trata, sobre todo, de mujeres de entre 17 y 25 años, que han elegido la lengua, más que por imperativos profesionales, por intereses culturales.
En la UE estudian español 2,6 millones de alumnos de enseñanza secundaria
Aunque las cifras que baraja el Instituto Cervantes sólo recogen "un estudio de mínimos", la enseñanza del español ha aumentado en Rumania más de un 150% en los últimos cuatro años y más de un 80% en Polonia. Pero no por ello hay que dejar de relativizar los números; en Bulgaria, el país del Este donde el crecimiento ha sido más rápido, sólo interesa, según las encuestas, al 1,6% de sus habitantes. El español sería más un exotismo que apasiona a unos cuantos que una lengua cuyo estudio se apoya institucionalmente.
Siempre según los datos del Instituto, más de 3,43 millones de europeos eligieron el español como lengua extranjera en el curso 2000-2001. Con ello, puede calcularse en algo más de 23 millones (un 7% de la población de la UE sin contar la ampliación) los que tienen suficientes conocimientos para considerar que "saben español". Pero ello, comparado con los números del inglés, no subraya sino que la influencia del español en el viejo continente es todavía menor, pese a ser la cuarta lengua más hablada en el mundo después del chino mandarín, el inglés y el hindi, con unos 400 millones de hispanohablantes.
Aunque el inglés es la lengua que domina en Europa, cada vez más se elige más el español como segunda lengua. En la UE estudian español 2,6 millones de alumnos de educación secundaria, el 10% del total, casi 250.000 lo cursan en la Universidad y más de 300.000, en la enseñanza de adultos. Francia acapara el 60% de los estudiantes europeos de español, el Reino Unido el 15% y Alemania, el 11%. Si el crecimiento no es mayor, ello se debe, en parte, a hábitos difíciles de cambiar y a la existencia de un mercado de trabajo ya consolidado: no pueden desaparecer de un plumazo todos los profesores de francés, por ejemplo, desperdigados por Europa. Son muchos, de otro lado, los que reconocen que aprenden español por razones afectivas; el 44% afirma que lo hace porque les "gusta la lengua".
Todo un dato revelador puesto que entre los que eligen el español en Estados Unidos, en cambio, el 61% reconoce hacerlo por razones prácticas, porque es una lengua necesaria para los negocios y en los Estados del suroeste, más Florida, hablar fluidamente español facilita el progreso económico. "La globalización", como escribieron Emilio Lamo de Espinosa y Javier Noya en el anuario de 2002 del Cervantes, "es buena para el español del mismo modo que es mala para otras lenguas, como el francés". ¿Por qué? "La existencia de una amplia comunidad a ambos lados del Atlántico asegura la reproducción demográfica del español, los medios de comunicación reducen el riesgo de fragmentación, las emigraciones latinoamericanas extienden la capacidad de reproducción de la lengua, el comercio y el peso de la cultura en español impulsan un excelente mercado del español como lengua extranjera y dos grandes países, como Estados Unidos y Brasil, aseguran el predominio del español en América".
En un mundo globalizado las distancias territoriales se acortan hasta perder sentido, con lo que crecientemente tendrá mayor margen de maniobra quien conozca bien las que podríamos llamar lenguas universales o de mayor proyección mundial. El español, frente al alemán, el italiano o el francés, es, sin la menor duda, una de ellas.
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