Almodóvar celebra que España recupere la democracia tras "ocho años de modorra"

Pedro Almodóvar abandonó ayer por unas horas el duelo que se había impuesto en solidaridad con las víctimas del atentado del pasado jueves y presentó, en plena resaca electoral, su última película, La mala educación. El cineasta, que se congratuló del cambio de Gobierno tras las elecciones, celebró que "tras ocho años de modorra" España haya recuperado la democracia y, muy afectado, mostró su lado más emotivo cuando se refirió a los muertos y heridos en el 11-M. En su opinión, el comportamiento del Gobierno del PP ha sido toda "una burla" a los afectados por la tragedia.

Lo menos importante ayer fue La mala educación, protagonizada por Gael García Bernal, Fele Martínez, Lluís Homar y Daniel Giménez Cacho, entre otros, la nueva cinta en la que Almodóvar revisita en parte su su infancia, adolescencia y madurez. Fueron los atentados terroristas y el cambio de Gobierno tras las elecciones del domingo lo que centró la rueda de prensa de Almodóvar, que llegó acompañado de casi todos sus actores. La tragedia del 11-M le sorprendió en Barcelona, donde ese día iba a presentar La mala educación, que se estrena mañana, jueves, y el viernes en toda España. "Hemos vivido momentos durísimos, de muchísima tensión, dolor y duelo. Ese día no teníamos el cuerpo para fiestas y decidimos suspender la gala de presentación", contó el director manchego. "Pero esta terrible semana ha culminado al fin con una noticia liberadora. La lástima es que hayamos tenido que pagar un precio tan alto para conseguir el castigo que han sufrido el Partido Popular y la vuelta a la democracia", prosiguió, en medio de los aplausos de los asistentes.

"En estos momentos estamos volviendo a ser un país democrático, cosa que habíamos dejado de ser en los últimos años", aseguró. Para el director de Todo sobre mi madre, que arremetió con dureza contra los responsables del Gobierno de José María Aznar, el "secuestro de información y la manipulación a la que ya nos tenía acostumbrados el PP no eran democráticos". "Con la sangre que le caía en la cabeza al señor Aznar por haber ido por libre a una guerra a la que el 90% de España dijo no, es normal que el pueblo estuviera airado, frustrado y que quisiera vengarse. ¿Y qué mejor modo que unas elecciones al día siguiente?", se preguntó.

El autor de La mala educación confía en que el nuevo Gobierno comunique a Europa que España rechaza la guerra, "porque, claro, desde el momento en que nuestro gobernante se paseó haciendo alarde de lo contrario, supongo que se puede confundir". Almodóvar elogió la actitud y profesionalidad de la cadena SER: "Fue la única isla que podíamos oír en ese momento, la única que se hacía eco de la gravedad de la situación, y el PP casi le acusa de dar un golpe de Estado". Tras explicar que de su inicial rechazo hacia los móviles había pasado a, casi, venerarlos, explicó que gracias a los mensajes y a Internet estuvo en la concentración de Génova. "Estaba lleno de cámaras de todos los países, pero no las de Telemadrid", se quejó. Se ensañó con Aznar, pero al candidato popular a estos comicios tan sólo le dedicó una frase: "Las palabras que dijo el señor Rajoy -'estas manifestaciones son ilegítimas'- las está pagando ahora mismo y las va a pagar muy caras. Los gobernantes están para oír lo que el pueblo les sugiere".