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MATANZA EN MADRID | La investigación

Detenidos tres marroquíes y dos indios por supuesto apoyo a los autores de la matanza

El Ministerio del Interior marroquí vincula a los arrestados con una célula de Al Qaeda

Jorge A. Rodríguez

El Cuerpo Nacional de Policía detuvo ayer tarde en Madrid a cinco personas, presuntamente vinculadas a una célula de Al Qaeda, para investigar su supuesta participación en los preparativos de los atentados de Madrid y está interrogando a otras dos por su relación con los anteriores, según confirmó a las 20.15 el ministro del Interior, Ángel Acebes.

La pista islámica se afianzó con la aparición de un vídeo en el que un supuesto portavoz militar de Al Qaeda en Europa, Abu Dujan Al Afgani, reivindica en árabe la masacre del jueves en Madrid como venganza por el apoyo español a Estados Unidos en Afganistán en Irak.

Según fuentes de la investigación, algunos de los detenidos ayer pudieron colaborar en la logística del atentado masivo contra cuatro trenes, en los que viajaban 4.500 personas, que se ha saldado provisionalmente con 200 muertos y 1.511 heridos.

Uno de los arrestados compró la tarjeta del móvil hallado en la bomba que no estalló
Los investigadores interrogan también a dos españoles de origen indio
El ministro marroquí del Interior llamó a Acebes para ofrecerle toda su colaboración
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La pista que ha llevado a los detenidos es la tarjeta prepago del teléfono móvil localizado en la mochila bomba que llegó a estallar y pudo ser desactivada. Algunos de los detenidos podrían tener vínculos con grupos radicales marroquíes, presumiblemente relacionados con los atentados de Casablanca, que causaron 45 muertos el 16 de mayo de 2003.

La mayoría de las detenciones se produjeron en el barrio de Lavapiés, el más multicultural de Madrid, donde anoche se desarrollaba una amplia operación policial. Los arrestados son tres maroquíes y dos indios. Además, ayer estaban siendo interrogados dos españoles de origen indio.

Los tres marroquíes detenidos son Jamal Zougam, nacido en Tánger el 5 de octubre de 1973; Mohamed Bekkali, nacido el 5 de junio de 1972 en Tetuán, mecánico de profesión; y Mohamed Cahoui, nacido el 26 de junio de 1969 en Táger y obrero. Los tres marroquíes, que tenían regularizada si situación en España, regentaban una tienda de telefonía en Lavapiés. Además, la policía buscaba ayer al también marroquí Mohamed Bena, nacido en 1975.

Por su parte, el ministro del Interior de Marruecos, Mustafá Sahel, se puso anoche en contacto con su homólogo español para ofrecerle toda la colaboración en la investigación, según fuentes diplomáticas. El embajador marroquí en Madrid, Abdesalam Baraka, pidió "que se esclarezca cuanto antes el asunto" y mostró su confianza en la policía y la justicia españolas.

El Ministerio del Interior de Marruecos recibió a primera hora de la tarde las identidades de los tres marroquíes detenidos que, según consta en sus archivos, están vinculados con la célula de Abu Dahdah, una rama de Al Qaeda que operó en España, según fuentes policiales en Rabat, informa Ignacio Cembrero.

El ministro Sahel ordenó que hoy mismo un equipo conjunto de la Seguridad Nacional y de la Dirección de Vigilancia del Territorio, el servicio de espionaje civil, se desplace a Madrid para colaborar en la investigación.

Las detenciones apuntan claramente a grupos vinculados con Al Qaeda y no hacia ETA, como sostuvo Acebes hasta las 15.00 de ayer. Las fuerzas de seguridad esperaban practicar más detenciones entre la noche de ayer y hoy e incluso llegar hasta alguno de los autores materiales de la masacre antes de que huyan.

Los investigadores piden cautela y advierten de que las detenciones no suponen que el caso esté resuelto. Ángel Acebes insistió anoche en que las demás líneas de investigación siguen abiertas. Por la mañana, el ministro había negado que los responsables antiterroristas le hubieran comunicado que la pista prioritaria de la investigación era el terrorismo islámico y que había que descartar a ETA.

Los cinco detenidos, varones de entre 26 y 35 años, se encontraban anoche en la sede de la Comisaría General de Información, en el barrio madrileño de Canillas, para ser interrogados. El juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo, que instruye el caso, ordenó su incomunicación y prorrogó su detención, tal como prevé la legislación antiterrorista. También autorizó varios registros en domicilios y tiendas, especialmente en el barrio de Lavapies, donde se produjeron las detenciones.

La desactivación de una bolsa de deportes cargada con 12,2 kilos de Goma 2 ECO (dinamita gelatinosa convencional) ha sido fundamental para la operación. Esta bolsa fue localizada sin estallar junto al tren atacado en la estación del Pozo del Tío Raimundo y trasladada hasta la comisaría de Puente de Vallecas, sin saber que contenía otra bomba. La alarma del móvil sonó de madrugada, aunque la carga no estalló y pudo ser desactivada.

Los investigadores lograron recuperar intacto, además del explosivo y el detonador (ambos fabricados por Unión Española de Explosivos) un teléfono móvil Motorola modelo Triumph (un modelo común) con una tarjeta prepago y centraron las pesquisas en conocer su origen. Los investigadores lograron identificar el local de venta del teléfono, un establecimiento de Lavapiés.

Uno de los detenidos habría comprado en dicho comercio una importante partida de tarjetas telefónicas de prepago, entre las que estaría la que fue hallada en el móvil, según fuentes de la lucha antiterroristas.

Los investigadores advierten de que, aunque "la pista es la buena", esa tarjeta pudo ser cedida o vendida a una tercera persona que habría participado en los atentados. Las dos personas que están siendo interrogadas podrían ser las vendedoras legales de las tarjetas, que luego fueron manipuladas y falsificadas.

El detonador hallado en la citada bolsa era idéntico a los localizados en la furgoneta robada que fue hallado horas después del atentado en Alcalá de Henares, de cuya estación ferroviaria supuestamente partieron los terroristas para cometer los ataques. La cinta con versículos coránicos y la explicación de su significado que la policía descubrió en el vehículo fue supuestamente comprada en El Cairo (Egipto).

El contenido "es muy básico, inusual para una persona que tenga conocimientos de árabe y sea un fiel musulmán", según fuentes de la lucha antiterrorista.

La furgoneta está repleta de huellas dactilares pero, según las fuentes consultadas, la mayoría "apenas sirve para nada". No obstante, los investigadores tienen dudas sobre la veracidad de la versión del robo del vehículo que ofrece su dueño. Éste ha declarado que la policía no le cree.

Las detenciones de ayer decantan la investigación así definitivamente hacia el terrorismo islámico, pero ni los servicios de Información del Cuerpo Nacional de Policía ni la Guardia Civil abandonan totalmente la posible implicación de algún elemento especialmente radical de ETA.

Es más, se está investigando en Francia si pudo haber contactos entre un etarra de la línea más dura y radical, que pudiera haber actuado al margen de la dirección de la banda al entender que la línea mantenida por ésta es demasiado blanda.

Los investigadores han manejado este dato y creen que podría haberse producido una escisión en ETA. El propio ministro del Interior francés, Nicolas Sarkozy, dijo la semana pasada, durante una conversación informal con varios periodistas, que los servicios antiterroristas franceses habían tenido conocimiento de "fuertes disputas" entre miembros de ETA.

Esta tesis apuntalaría la tesis de la colaboración entre elementos de distintos grupos terroristas que ha sido barajada por los investigadores.

Por otra parte, un documento en poder de expertos del Instituto Noruego de Investigación de la Defensa revela que la organización Al Qaeda o algún grupo islamista fundamentalista vinculado a ella planeaba desde hace varios meses un ataque contra España, poco antes de las elecciones, por su apoyo a la guerra contra Irak y su participación en la invasión del país. El documento, de 42 páginas y escrito en árabe, fue obtenido en Internet por investigadores del centro noruego en diciembre del año pasado. según informa Ricardo Moreno desde Estocolmo.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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