Un informe del Parlamento Europeo pide que Bush retire el boicoteo del aborto en países pobres

El más controvertido de los informes del Parlamento Europeo pide a la UE y a sus países miembros que se impliquen activamente en revertir la decisión de George Bush de retirar el apoyo financiero estadounidense a las entidades que patrocinen el aborto. Según el informe, que se vota mañana, esa estrategia de la Casa Blanca resulta en un incremento de la tasa de mortalidad materna y debe ser abandonada. Cada año mueren 70.000 mujeres por abortos realizados en condiciones precarias. Los europarlamentarios debaten hoy sobre programas que buscan contrarrestar los principales problemas de las mujeres.

El Parlamento Europeo va a conmemorar hoy el Día Internacional de la Mujer con una serie de debates sobre informes dirigidos a paliar la desigualdad y dificultades culturales, estructurales y sociales que padecen las mujeres por el hecho de serlo, en Europa y en el mundo.

Los europarlamentarios van a discutir hoy y votar mañana un programa y tres informes que buscan contrarrestar los problemas que atentan contra la calidad de vida de la mujer. Será aprobado el programa Daphne II, que para el periodo 2004-2008 dobla hasta 50 millones de euros la dotación de su predecesor dedicada a combatir la violencia de género y contra los niños en la UE, incluida la violencia doméstica. El plan incluye el posible tratamiento a los agresores.

Debate no conflictivo será el que inste a la adopción de medidas para conciliar la vida laboral y familiar, conciliación que idealmente debería redundar en un incremento de las precarias tasas de natalidad y en un aumento del empleo femenino en la Unión. En 1999, el 51% de las europeas trabajaba fuera del hogar, lejos del objetivo de que sean el 60% en 2010. En España, el porcentaje era del 43% en 2001. La tasa de 1,47 hijos por mujer en 2002 en la UE caía hasta el 1,25 en España.

También se votará mañana un informe elaborado por la socialista española María Elena Valenciano en el que se proponen medidas de ayuda a las discapacitadas, a las emigrantes y las gitanas. Para estos dos últimos grupos se hace hincapié en la protección contra tradiciones culturales que se plasman en violencia doméstica, inferior educación, mutilaciones genitales, matrimonios forzados y, sobre todo en las gitanas, deficiente o nula planificación familiar y esterilizaciones forzadas.

La complejidad política, económica y moral de la planificación familiar, con el aborto como última instancia, quedará de manifiesto en el debate sobre la situación de la mujer en los países en desarrollo. La ponente del informe es la socialista germana Karin Junker, quien quiere favorecer un acceso a los anticonceptivos y al aborto en condiciones seguras. El texto a discutir y votar subraya que "las interrupciones del embarazo no deben considerarse un método de planificación de los nacimientos" sino un salida de emergencia a la que las mujeres puedan recurrir de forma "que no sea sancionable y sea médicamente segura".

Una batería de datos

El documento señala que el 14% de las mujeres que no sobreviven al puerperio son víctimas de interrupciones del embarazo realizadas de manera inadecuada. Es una de las cifras de una batería de datos que arrojan luz sobre la angustia, el sufrimiento y la crueldad que padecen las mujeres del Tercer Mundo, donde la tercera parte de los embarazos son no deseados o previstos, cada minutos muere un mujer por causas relacionadas con el embarazo, 300 millones de parejas no tienen acceso a métodos anticonceptivos, dos millones de niñas son convertidas cada año en esclavas sexuales, la violencia doméstica es una de las principales causa de suicidio femenino y se practica el aborto selectivo en países como China e India.

A diez años de la Conferencia de El Cairo sobre población y desarrollo, el cumplimiento de los compromisos asumidos por la comunidad internacional deja mucho que desear, en particular los financieros. Para el año 2000 se había previsto dedicar 17.000 al programa de acción de El Cairo: sólo se invirtieron 10.900. La tendencia es a la baja, empujada por la llamada Política de la Ciudad de México, ejecutada desde 2002 a petición de George Bush. Supone la prohibición de financiar con dólares del contribuyente los programas de Naciones Unidas o de otras entidades privadas que patrocinen o defiendan la interrupción voluntaria del embarazo. El estudio elaborado por Junker establece una secuencia fatídica: a medida que las clínicas cierran y resulta más difícil acceder a servicios de salud, disminuye el número de mujeres que recurren a la contracepción, aumenta el número de embarazos no deseados y el de abortos en condiciones deficientes y, con ellos, la tasa de mortalidad materna.

"La política citada ha empeorado los problema que pretendía resolver", dice el texto que, de ser aprobado mañana por el Parlamento Europeo, "pide a la Unión Europea y a los Estados miembros que impliquen a Estados Unidos en un debate informado sobre las repercusiones a escala internacional de la reinstauración de la Política de la Ciudad de México y alienten al presidente George Bush a rescindirla".

El informe fue aprobado en comisión por 11 votos contra 7, una división que revela las dificultades que tendrá el texto para ser asumido por la Eurocámara.