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La Seguridad Social permite al Estado obtener un superávit del 0,6% en 2003

El dato excluye a las comunidades y los ayuntamientos, cuyos cierres se conocerán el viernes

Lucía Abellán

Las cuentas del Estado registraron en 2003 su mejor resultado histórico, con un superávit del 0,6% del producto interior bruto (PIB). Este dato, resultante de un déficit del 0,4% en las administraciones centrales, compensado con un superávit del 1% en la Seguridad Social, aún ha de completarse con las cifras de las comunidades autónomas y los ayuntamientos, que se conocerán a finales de semana. La intensa creación de empleo y el aumento de la recaudación por encima de lo previsto han elevado el excedente de las cuentas incluso por encima del 0,5% que había anunciado el Gobierno.

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El Estado ingresó 4.758 millones más de lo que gastó en 2003. Faltan todavía los datos de las comunidades autónomas y de los ayuntamientos para cerrar los datos del conjunto de las Administraciones Públicas, que gestionan las partidas más proclives al déficit como son la sanidad y la educación. Pero ese superávit del 0,6% le permitió ayer al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, sacar pecho y airear el dato en tiempos electorales. En principio, el Gobierno elaboró el Presupuesto de 2003 con una previsión de déficit cero. Esta hipótesis se mantuvo hasta el pasado noviembre, cuando Montoro anunció por sorpresa en el debate de Presupuestos del Congreso que se lograría un superávit histórico equivalente al 0,5% del PIB.

Al igual que la Administración central, los entes territoriales están obligados por ley a cumplir con el déficit cero. El ministro de Hacienda aseguró ayer que los datos completos se darán a conocer tras el Consejo de Ministros del próximo viernes.

Primer anuncio

Éste es el primer superávit presupuestario que el Gobierno presenta como tal. El año pasado, las cuentas de 2002 remitidas a Bruselas recogían un equilibrio, aunque más tarde Eurostat, la agencia estadística de la Unión Europea, lo modificó al alza y fijó un superávit de una décima.

El excedente del Estado obedece principalmente a la buena marcha de la Seguridad Social. El ritmo de creación de empleo ha engrosado la recaudación por cotizaciones sociales (las que abonan empresarios y trabajadores por su actividad), hasta arrojar un superávit del 1% del PIB, equivalente a 7.400 millones de euros. Ese porcentaje es una décima superior al que había avanzado el Gobierno en noviembre y obedece a la "fortaleza de la creación de empleo", en palabras de Montoro. La Seguridad Social cerró 2003 con 401.171 nuevos ocupados, lo que elevó el total de cotizantes por encima de los 16,5 millones.

Dado que el superávit proviene de esa partida, el Ejecutivo está obligado a destinarla a usos de la Seguridad Social, según la Ley de Estabilidad Presupuestaria, aprobada en 2002, que obliga a mantener el equilibrio en las cuentas públicas. Aunque aún no existía la norma, desde 2000 el superávit de la Seguridad Social se ha destinado en gran parte a engrosar el fondo de reserva, la hucha que garantiza el pago de las pensiones, según un portavoz de Hacienda.

Frente al superávit de la Seguridad Social, la Administración central del Estado arrojó un déficit del 0,4%, la misma cifra avanzada en noviembre. El resultado, que mejora las previsiones con las que el Ejecutivo elaboró sus Presupuestos de 2003, responde al comportamiento de los ingresos, que aumentaron un 4,6% con respecto a 2002, hasta los 143.782 millones de euros. El peso que ha tenido el consumo en este mejor saldo de las cuentas públicas se refleja en la recaudación tributaria. El IVA, un impuesto ligado íntimamente al consumo, ha sido "el mejor", según Montoro, con un incremento del 9,9% respecto a 2002. También avanzó un 4,8% la recaudación por IRPF, pese a que en 2003 entró en vigor la segunda reforma fiscal que ha aplicado el PP y que supuso una rebaja media del 11,3% en el impuesto sobre la renta. Cristóbal Montoro, con estos datos de fiscalidad, aprovechó para hacer campaña y decir que es posible bajar impuestos y recaudar más.

Si se analizan las cuentas con criterios de caja (contabiliza los pagos cuando se efectúan y no cuando se comprometen, como hace la Contabilidad Nacional), el Estado arroja un déficit de 4.132 millones de euros, un 57% superior al de 2002. Un portavoz de Hacienda argumenta que este aparente empeoramiento obedece principalmente a que el Estado aceleró en 2003 el pago de créditos reconocidos y pendientes de abonarse.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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