400 miembros del partido de Arafat se marchan en protesta por la corrupción
Las acusaciones de corrupción que vuelven a aflorar en el entorno de Yasir Arafat están siendo también objeto de investigación por parte del movimiento Al Fata, que constituye la doble columna vertebral de la OLP y de la Autoridad Palestina. La reciente dimisión colectiva de 400 de sus miembros encendió la luz de alarma dentro de una organización que se encuentra en un proceso de desintegración paralelo al de la propia sociedad palestina. "Al Fata, en su estado actual, nos está conduciendo hacia un cada vez mayor tribalismo, conflicto interno y aflicción", denunciaron los dimitidos en una carta firmada dirigida al rais. Esta renuncia en bloque obligó a Arafat a convocar una reunión del Consejo Revolucionario, que se celebrará mañana, domingo, en Ramala.
Una vez más, el chivo expiatorio de los críticos fue el asesor presidencial para asuntos económicos, Mohamed Rashid. Antes gestor de las grandes empresas públicas y de los intereses palestinos en el casino de Jericó, Rashid se trasladó a El Cairo en abril de 2002, desde donde sigue gestionando inversiones que escapan al control del Ministerio de Hacienda. Aunque intentando minimizar la importancia de lo ocurrido, el diputado Mohamed Hurani reconoció que "habrá que indagar en esta cuestión, que en un momento tan crítico mina la confianza en nuestro liderazgo".
A diferencia de Hurani, el secretario general de Al Fata en Cisjordania, Husein al Sheij, enfatizó la necesidad de renovar los cuadros dirigentes a través de elecciones. "Ésta es la única fórmula para llevar a cabo las reformas y terminar con la corrupción".
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