Hallados unos genes que defienden del estrés celular
Un equipo de investigadores valencianos y catalanes han descubierto uno de los mecanismos por los que las células consiguen sobrevivir a determinadas situaciones de estrés, lo que abre nuevas vías en la lucha contra ciertos tipos de cáncer y de procesos inflamatorios. La investigación, en la que ha intervenido científicos de la Universitat de València y de la Pompeu Fabra, se publicó la semana pasada en la prestigiosa revista Nature. El grupo dirigido por Francesc Posas, del que forma parte Paula M. Alepuz, del departamento de Bioquímica de la Universitat, ha conseguido describir un nuevo mecanismo de defensa celular en que están implicadas unas proteínas, técnicamente conocidas como MAP quinasas, cuya función es fundamental para activar la expresión de los genes de defensa ante el estrés. Algunas condiciones de estrés que ponen en riesgo la supervivencia de las células son la falta de nutrientes, los incrementos de temperaturas o los cambios en las condiciones iónicas del medio (falta o exceso de agua). En una célula normal, el 10% del genoma celular se pone en funcionamiento en situaciones de estrés para activar los mecanismos de defensa, pero en una célula deficiente, ante un ataque similar, el 60% de los genes deja de actuar, son incapaces de adaptarse y mueren.
Claves de supervivencia
Posas destacó que su estudio, enmarcado en la investigación básica, abre vías para que en un futuro "podamos actuar sobre las moléculas señalizadoras si funcionan de manera incorrecta". Para poder llegar a tener consecuencias prácticas en la lucha contra algunos cánceres como el de mama o de enfermedades como la colitis ulcerosa, es necesario, subrayó Posas, mucha más investigación básica para obtener más información sobre estas moléculas localizadoras. Las células tienen una serie de proteínas que son las responsables de realizar la función de defensa y, aunque se conocía cuáles eran estas moléculas, no se había podido determinar cuál era su función con exactitud y cómo conseguían protegerse ante eventuales ataques. El equipo científico de Francesc Posas y Paula M. Allepuz ha conseguido despejar esta incógnita.
Paula M. Alepuz es investigadora del programa Ramón y Cajal en el Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universitat de València. Trabaja actualmente en el proyecto de investigación denominado Regulación de la expresión génica por la MAPK Hog1 de levadura, que da continuidad al estudio publicado en Nature.
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