La división entre EE UU y Latinoamérica marca la cumbre de Monterrey
La Cumbre de las Américas, que celebran 34 jefes de Estado y de Gobierno del continente -todos, excepto Cuba- en Monterrey (México), se inició ayer bajo el signo de una división creciente entre Estados Unidos y los países latinos. El presidente de EE UU, George Bush, se enfrenta a un paisaje nuevo en el hemisferio sur, con líderes izquierdistas y con voz propia en Brasil, Argentina y Venezuela, lo que hace más difícil una búsqueda de consenso en su deseo de abrir el comercio en el continente. El presidente venezolano, Hugo Chávez, llegó a Monterrey con un discurso que proclama que estos actos no sirven para nada. La cumbre discute el desarrollo social, el crecimiento económico y la gobernabilidad. Cientos de personas se manifestaron contra Bush y su proyecto de Tratado de Libre Comercio.
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