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La falta de acuerdo retrasa a febrero la decisión sobre la sede del reactor ITER

La UE confía en el apoyo de Corea del Sur y cree que EE UU quiere ganar tiempo

El reactor de fusión termonuclear ITER sigue a la espera de obtener la luz verde que permita iniciar su construcción. Los socios de este colosal proyecto científico y tecnológico, que costará 10.300 millones de euros, se mostraron ayer incapaces de llegar a un consenso para decidir su emplazamiento. La Unión Europea, con la localidad francesa de Cadarache, y Japón, con el complejo industrial de Rokkasho-Mura, seguirán compitiendo hasta el final. La incógnita está ahora en la posición que adoptarán Estados Unidos y Corea. La decisión final podría tomarse en febrero.

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Las negociaciones entre los representantes diplomáticos de las seis delegaciones que participan en el ITER (Corea del Sur, China, Rusia, Japón, la Unión Europea y EE UU) fueron intensas durante las horas previas a la reunión ministerial celebrada ayer en Reston (Virginia, Estados Unidos). Había que avanzar todo lo posible antes de que se encontraran los ministros de Ciencia y Tecnología para que pudieran tomar una decisión definitiva sobre el emplazamiento del reactor y dar así el pistoletazo de salida al proyecto tecnológico internacional más ambicioso después de la Estación Espacial.

El grupo estaba dividido en dos bloques y el posterior encuentro ministerial no permitió salvar las diferencias. Por ello se decidió posponer la decisiónhasta un nuevo encuentro previsto para mediados de febrero de 2004.

Los japoneses llegaron al Gran Hotel de Reston, a las afueras de Washington, convencidos de que iban a hacerse con el concurso. Su candidatura contaba con el apoyo político de Estados Unidos y de Corea del Sur. Los tres son aliados en el conflicto de Irak. Los europeos, por el contrario, eran más prudentes, aunque aseguraban que su sede era técnicamente mejor que la nipona. Pero las relaciones diplomáticas entre París y Washington no atraviesan precisamente por su mejor momento desde el estallido del conflicto iraquí.

"Neutralidad" coreana

La reunión de los ministros duró escasamente tres horas. Según indicaron fuentes europeas presentes en las deliberaciones, "la situación está evolucionando a mejor en favor de la sede francesa". "La actitud coreana es ahora más neutral y podría acabar por decantarse hacia el lado europeo después de abstenerse", afirmaron. Cadarache cuenta con el apoyo asegurado de China y Rusia. Canadá no participó en la reunión al retirarse del proyecto. La Administración estadounidense, afirman las mismas fuentes, "también está planteándose su posición". Pretende ganar tiempo para que "se relaje" la tensión diplomática de las últimas semanas antes de apostar por una candidatura.

Tras la reunión de ayer, Europa confía en hacerse todavía con el ITER. Las fuentes consultadas explican que la clave está en ver si EE UU adopta una posición neutral desde el punto de vista político y se concentra más en las cuestiones técnicas del proyecto. Si al final Washington se decantara por la construcción del reactor en Francia, se ofrecería a los nipones un grado más alto de participación en el proyecto, con varias actividades concentradas en Japón, según un experto europeo. Si el ITER se construye en Cadarache, España gestionará unos 2.000 millones de euros durante la fase de construcción del ITER y dispondrá de un director en el proyecto.

El ministro japonés Hidekazu Tanaka dijo que su país no podía perder el ITER. "Para un país con pocos recursos naturales como Japón, el beneficio de tener un proyecto de esta envergadura es enorme". La energía nuclear representa el 30% de la producción energética nipona. Los accidentes han frenado la construcción de nuevas centrales nucleares, por eso el lobby de Tokio es tan agresivo.

Las dos sedes en competición cuentan con experiencia nuclear muy sólida. Japón hizo valer la importancia del emplazamiento que tendría el ITER en el avanzado complejo industrial de Rokkasho-Mura, a cinco kilómetros del mar. Integraría una factoría para el tratamiento de los residuos nucleares, otra para desechos de vidrio, una para enriquecimiento del uranio y un centro de almacenamiento de desechos nucleares de baja radiación. Además, cuenta con una base militar estadounidense en las proximidades. La pega que ponen los expertos son los terremotos que podrían afectar al reactor. Francia, arropada por la UE, pone sobre la mesa sus cuatro décadas de investigación nuclear y, desde 1998, en el campo de la fusión con el reactor Tore Supra. La pega es que dista 70 kilómetros del mar, de donde se obtiene el combustible fundamental para la fusión: el tritio.

Los representantes de la UE que asistieron a la reunión de ayer recalcaron que el ITER es "un proyecto estratégico para los europeos".

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