La cumbre de Ginebra fija 2015 para cumplir el plan contra la brecha digital
Kofi Annan propone que la tecnología se utilice en provecho de la libertad y el desarrollo
"La brecha digital es indigna", afirmó el presidente suizo, Pascal Couchepin, en la inauguración de la cumbre de Ginebra por la sociedad de la información. Y advirtió de que no basta con proclamar objetivos. "si los países ricos no cumplen sus promesas, van a terminar por desesperar a los países pobres". La cumbre aprobará una declaración y un plan de acción para combatir la brecha digital. El año 2015 es la fecha límite para alcanzar los objetivos propuestos, entre ellos, que la mitad de la población mundial disponga de acceso a las tecnologías de la información. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, convocó a usar la tecnología, "que por sí misma no es una panacea", en favor del crecimiento y la democracia.
Annan invocó el derecho a la libertad como fundamental para el desarrollo y animó a las empresas a invertir más allá de las fronteras de la riqueza. "El futuro no está sólo en el mundo desarrollado con unos mercados saturados", dijo. Para Annan existe más de una brecha. La obvia es la tecnológica, pero resaltó la existencia de una brecha en los contenidos. "El 70% de la malla de Internet está inglés, avasallando voces locales".
El presidente de Túnez, Zine El Abidine Ben Ali, destacó la doble singularidad de esta cumbre que ha aceptado la participación de la sociedad civil y del sector privado y que se ha organizado en dos fases: la que se cierra esta semana en Ginebra y la que se celebrará en su país en el 2005, "donde podrán resolverse los asuntos pendientes". El líder tunecino aludía a cómo debe ser el gobierno técnico de Internet y si para financiar el plan de acción se crea un fondo digital de solidaridad, como piden los países africanos, o se recurre a acuerdos bilaterales o multinacionales ya existentes, como defienden los países desarrollados. La ceremonia inaugural concluyó invitando a un representante del sector privado y a otro de la sociedad civil a exponer su posición. El primero insistió en la protección de la propiedad intelectual.
Tras esta ceremonia, empezó el desfile de oradores. Tuvieron prioridad los jefes de Estado y de Gobierno presentes en Ginebra. Aunque la declaración está respaldada por 175 estados, sólo han acudido una cincuentena de líderes políticos nacionales y es muy visible la ausencia de los máximos mandatarios de las grandes potencias. "Aquellos que no han venido se han perdido una oportunidad", comentó en rueda de prensa Shasi Tharoo, de la secretaría general de la ONU. Una de las excepciones es el primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, quien empezó hablando de que los sueños que trajeron las nuevas tecnologías no se han realizado y ello ha provocado decepción. "Por ello, a partir de Ginebra, ya no cabe seguir soñando, hay que construir". Raffarin se mostró partidario de que cuando se hable de reformar el gobierno de Internet no se limite la inciativa a los aspectos técnicos de la Red. "Se trata de hablar de ética, de contenidos, de comercio, no únicamente de vías".
Uno de los oradores de la tarde, el presidente egipcio Hosni Mubarak, aprovechó la visita a Ginebra para entrevistarse con el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Silvan Shalom. Mubarak completó su agenda con un encuentro con el presidente iraní, Mohamed Jatami, cuyo país rompió las relaciones diplomáticas en 1979.
Pentium y penicilina
En su discurso ante el plenario, Jatami, tras invocar al dios misericordioso y clemente, destacó que la sociedad en red es una oportunidad para el diálogo entre las culturas, pero avisó que, para ello, debe romperse el poder unilateral que ejercen los poseedores actuales de la tecnología. Jatami se mostró partidario de un acceso "correcto" de la ciudadanía a la información y declaró que "los gobiernos deben delegar facultades al pueblo mediante procesos electrónicos". Frente al dilema de si es más prioritario invertir en erradicar el hambre o en dotar de equipamiento digital a los países pobres, el presidente de Ruanda, Paul Kagame, replicó que no se trata "de escoger entre la penicilina y el pentium" y apostó por avanzar en paralelo. El ministro español Juan Cuesta apoyó estudiar nuevas fórmulas de financiación para el desarrollo digital de los países pobres y apostó porque los gobiernos tengan más peso en la gestión de Internet y, contra los intereses de ICANN (el actual organismo regulador), consideró a la ONU imprescindible en la construcción. Cuesta terminó su intervención aludiendo al español y destacando la importancia de la diversidad cultural en la Red.
Una herramienta contra la pobreza y el subdesarrollo
La Declaración de principios de la Cumbre por la Sociedad de la Información se encabeza con una manifestación del "deseo y compromiso común" de todos los gobiernos reunidos de construir una sociedad de la información donde cualquiera pueda "crear, utilizar y compartir información y conocimiento" enlazando individuos, comunidades y pueblos para que puedan alcanzar el pleno potencial. La tecnología se contempla como una herramienta útil para combatir la pobreza y las plagas sanitarias, conseguir un crecimiento sostenible e impulsar la educación. Tras citar la Declaración de los Derechos Humanos y reconocer el papel central de la ciencia en el desarrollo de la sociedad de la información, los gobiernos se comprometen a convertir la brecha digital en una oportunidad digital para todos. El texto presta una atención particular a colectivos como el de las mujeres, los jóvenes y los marginados. Mejorar el acceso a la información pública, desde la óptica de la diversidad cultural y de una realidad multilingüe, y fomentar la formación en las herramientas digitales son otros de los objetivos de la declaración. El texto reclama leyes nacionales e internacionales para combatir el spam (correo comercial no solicitado) y la inseguridad cibernética. El documento dedica un capítulo a las dimensiones éticas de la sociedad de la información y cita a sus actores a luchar contra los usos ilegales, abusivos, racistas y explotadores del ser humano, con una cita expresa a la pederastia, dentro del respeto a la libertad de expresión.
Para lograr estos objetivos, la cumbre aprueba un plan de acción de 14 páginas. Según la redacción final, los objetivos del plan deben conseguirse en el 2015. El artículo seis los enumera: conectar las aldeas y establecer puntos de acceso; hacerlo también con las universidades, escuelas, bibliotecas, así como con las redes científicas; adaptar los currículos escolares para educar en los retos del universo digital; asegurar que toda la población tiene acceso a los servicios de radio y televisión, animar a la creación de contenidos y hacerlo en condiciones técnicas que permitan el uso en Internet de todos los idiomas del mundo; y, finalmente, garantizar que más de la mitad de la población mundial tenga acceso a las tecnologías de la información. El plan convoca a los gobiernos a crear sus propias ciberestrategias. En el plano económico, "acoge con agrado" iniciativas como la condonación de la deuda de los países pobres y llama a analizar los actuales mecanismos de solidaridad económica para renovarlos o, en su caso, crear un fondo específico.
El lehendakari, Juan Jose Ibarretxe, entregó ayer en Ginebra a Annan el documento sobre la sociedad digital que la Asociación Mundial de Regiones y Ciudades aprobó la semana pasada en Lyón. Ibarretxe, presidente de esta asociación, agradeció a la ONU que diera voz a los municipios y regiones, un tejido ciudadano clave en el desarrollo de la sociedad digital.
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