Bush impone al Congreso la línea dura sobre La Habana
El Senado y la Cámara de Representantes, ambos con mayoría republicana, han retrocedido en los planes para suavizar las restricciones de viaje a Cuba, ante las amenazas de veto de la Casa Blanca. En las dos Cámaras del Congreso se había aprobado una disposición -incluida en una ley general de diversos gastos relacionados con transportes- que estaba destinada a eliminar los fondos destinados a la aplicación de la política que restringe los viajes a la isla.
Lo normal es que la disposición hubiera salido adelante (en la Cámara se aprobó por 227 contra 188 votos el pasado mes de septiembre, y en el Senado, por 59 contra 38 hace algunas semanas), pero la Casa Blanca advirtió a los legisladores de que el presidente estaba dispuesto a vetar toda la ley -hubiera sido el primer veto desde que George W. Bush llegó a la Casa Blanca- si se mantenía la decisión, que hubiera supuesto en la práctica la eliminación de los obstáculos legales para viajar a Cuba. Los negociadores de la Cámara y el Senado, que no querían comprometer importantes proyectos relacionados con autopistas y reformas en tendidos ferroviarios y eléctricos, cedieron a la presión.
En la explicación de lo ocurrido -que, según varios medios, ha sentado mal incluso en las filas republicanas- está el panorama de las elecciones presidenciales de 2004 y, en concreto, Florida. En este Estado Bush se impuso a Al Gore por un discutido puñado de votos en 2000, y será uno de los campos de batalla del próximo año. El grupo de presión cubanoamericano ha dejado saber varias veces que considera que la Casa Blanca está ablandando la política relacionada con el régimen de Fidel Castro y que eso puede repercutir en su respaldo electoral a Bush. En 2002 se planteó una situación similar, y también fracasó el intento de eliminar las restricciones, pero esta vez había sido mayor el respaldo de los legisladores.
Con la legislación actual, los norteamericanos viajan a Cuba con permisos especiales y por razones humanitarias, comerciales o académicas. Muchos violan las restricciones y visitan la isla desde México, Canadá y otros países.
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