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Entrevista:Silvan Shalom | Ministro de Exteriores de Israel | EL CONFLICTO DE ORIENTE PRÓXIMO

"Mientras Arafat esté ahí, no es posible la paz"

Berna González Harbour

Pregunta. ¿Cree que es posible reconstruir la confianza entre israelíes y palestinos?

Respuesta. La condición para reconstruir la confianza es poner fin a los ataques terroristas. Eso es lo primero. Y luego hablaremos de todo lo demás.

P. ¿No cree que si hubieran hecho más gestos para apoyar la tregua que consiguió el ex primer ministro palestino Abu Mazen en verano, éste habría tenido más éxito?

R. No. Hemos hecho mucho, dimos muchos permisos a los palestinos para que vengan a trabajar. Dimos más licencias para que durmieran aquí, más permisos para trabajar, más libertad de movimientos. Retiramos nueve controles militares, les dimos a los pescadores de Gaza más alcance, de ocho a 10 millas desde la playa para lograr más y mejor pescado... Lo hicimos. Y Abu Mazen fracasó por dos razones: primero, porque Arafat hizo lo posible para minar su régimen, no lo aceptó desde el principio; y segundo, porque Abu Mazen tampoco tomó la decisión de luchar contra el terrorismo. Nos dijo: "Yo sé más que vosotros de esto, lo haré a mi manera, lo haré negociando un acuerdo con extremistas, una tregua". Yo le dije que eso no iba a funcionar. Y en medio de esa tregua, los terroristas aprovecharon el parón, construyeron más túneles para ocultar armas, más actividades terroristas, hicieron pruebas para ampliar el alcance de sus misiles...

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P. El nuevo primer ministro palestino, Ahmed Qurei [Abu Ala] les está ofreciendo otra tregua, pero esta vez con participación israelí. ¿Están dispuestos a aceptar?

R. Estamos esperando a que forme un nuevo Gobierno estable y si se convierte de nuevo en el largo brazo de Arafat, será más de lo mismo. Arafat quiere controlar a Abu Alá y a su Gobierno, es él quién decide quiénes serán los ministros; no le quiere dar autoridad para formar unas fuerzas de seguridad. No quiere aceptar a Naser Yusuf como ministro de Interior. Así que esperaremos y ya veremos. No aceptamos treguas porque eso lo hacen para ganar tiempo y luego lanzar más ataques. Tuvimos un alto el fuego y lo usaron para ampliar el alcance de sus misiles, para hacer más túneles, más infraestructura. Abu Mazen era más positivo. Ha sido mejor y supuso un rayo de esperanza. Pero no tomó la decisión de luchar contra el terrorismo, tenía miedo de Arafat, creyó que hablando lograría algo. Eso duró unas semanas, hasta el ataque en Jerusalén, junto al Templo del Monte. El día en que estalló esa bomba y se rompió la tregua, habíamos acordado retirarnos de cuatro ciudades. Estábamos dando pasos hacia delante. Los terroristas de Hamás, que por cierto llegaron de Hebrón, donde no hay valla de seguridad, rompieron eso.

P. ¿Están decididos a construir su valla de seguridad, para proteger a todos los israelíes, incluidos los que viven en los territorios ocupados?

R. Hemos decidido cómo construir la valla porque es una valla de seguridad, que no es política. Nos critican los palestinos porque no coincide exactamente con la línea verde [la frontera anterior a 1967, a la que Israel debería retirarse en cumplimiento de las resoluciones de la ONU] y la ultraderecha nos critica porque precisamente coincide con la línea verde y no quieren que jamás devolvamos esos territorios. La única forma de mantener el proceso de paz es con una valla de seguridad. La tenemos en Gaza desde hace años, y gracias a eso no nos han atacado desde allí. Creo que impedirá a los terroristas venir a poner fin al proceso de paz. Si negociamos con el gobierno palestino será en unas negociaciones de verdad. Porque este gobierno no va a tener dos sombreros al mismo tiempo: terrorismo de día y negociaciones de noche.

P. ¿No cree que la inestabilidad creciente en Irak impedirá a Estados Unidos implicarse de lleno en Oriente Próximo?

R. Siento la implicación de Estados Unidos diariamente. También Estados Unidos está esperando, como nosotros, a ver qué pasa. Quieren saber, como nosotros, qué tipo de Gobierno va a nombrar Abu Alá. Ellos se sentían muy cercanos a Abu Mazen, tal vez piensan ahora que le protegieron demasiado y que eso tal vez no le ayudó. Frente a un Abu Mazen que tuvo el apoyo de la comunidad internacional, Abu Alá cree que ha conseguido su autoridad del propio Arafat así que es muy diferente. Abu Mazen quisiera conseguir primero la popularidad entre su gente, y creo que la comunidad internacional abandonó a Abu Mazen 10 minutos después de su dimisión. Dimitió, envió su carta y 10 minutos después toda la comunidad internacional hablaba de su sucesor, de quién sería el siguiente. Y Abu Alá y otros lo vieron: la comunidad internacional te puede apoyar sólo con limitaciones.

P. ¿Confía en la Iniciativa de Ginebra?

R. Es un acuerdo virtual. Como si en España miembros del Parlamento hablaran con los independentistas vascos para hacer un plan a espaldas del Gobierno. ¿Lo apoyarían ustedes? No se aceptaría porque hay un Gobierno que dirige el país, porque hay democracia.

P. Se ha negado a recibir al enviado europeo. ¿Eso seguirá así?

R. Estoy a favor de mejorar las relaciones con la Unión Europea. Europa es importante para Israel y viceversa. Yo trabajo para mejorar la relación. Ahora son mejores. Realmente, ésta es la primera vez que Europa se implica [no estuvo presente en los acuerdos de paz con Egipto, Jordania, Oslo, Wye Plantation, etcétera]. Es la primera vez que puede desempeñar un papel, pero ¿qué tipo de papel? Creo que este proceso debe ser dirigido por los norteamericanos. Los europeos deben estar implicados en la reforma interior de los palestinos, en proyectos industriales comunes, en agua, agricultura, medio ambiente, en los asuntos multilaterales, económicos. Pero en el control de las cuestiones de seguridad, creo que los norteamericanos lo hacen mejor. Yo me reuní mucho con Moratinos. Pero hemos llegado a la conclusión de que los que estén comprometidos con Arafat no podrán ser recibidos por funcionarios israelíes, porque creemos que mientras Arafat esté ahí no habrá paz. Arafat es el único que no quiere un Estado palestino. Él cree en la lucha, cree que es el Ché Guevara y Saladino a la vez, y cree en un sueño de la gran Palestina desde el río Jordán al Mediterráneo. Si Arafat no está, habrá una posibilidad de nuevo liderazgo palestino moderado que pueda hablar con nosotros.

P. ¿La deportación es todavía una opción?

R. No digo que lo haremos ahora. También en el Gobierno hay un gran conflicto sobre esto. Un gran debate. Es mi visión personal. Lo dije hace dos años y medio, tras el gran atentado en el delfinario de Tel Aviv cerca de aquí: 21 adolescentes masacrados en una discoteca. Nos llamaron al día siguiente un montón de líderes diciendo: 'No hagáis nada, Arafat hará mañana un discurso en árabe contra los atentados', y lo hizo a su manera, como siempre. Los ataques de Fatah, el partido de Arafat, son más que los de Hamás y Yihad juntos. Creo que existe un liderazgo nuevo entre los palestinos, pero que tienen miedo.

P. ¿Y se van a sentar a esperar a que surja un nuevo líder?

R. Creo que ya existe. Abu Mazen. Incluso Abu Alá.

P. ¿Marwan Barguti, líder de la Intifada, encarcelado [es uno de los más mencionados por su carisma y ha desempeñado un papel en la tregua]?

R. No, es un asesino.

P. ¿Qué consecuencias tendrá para Israel la guerra de Irak?

R. Los americanos dieron un gran paso al venir a Irak. Eso contribuirá a una región más estable y anima ahora a líderes moderados de los países árabes a emprender negociaciones con Israel. Ahora otros países temen correr la misma suerte que Irak. Por ejemplo, Irán ha accedido a más inspecciones de la ONU de su programa nuclear. Sabe lo que ha pasado en Irak y teme ser el próximo. Yo creo en la paz con los árabes. Trabajo para ello. Siempre digo: mira Europa. Se mataron en la I y en la II Guerra Mundial. Millones murieron y ahora están unidos. ¿Qué tipo de conflicto tenemos con Irak, con los países del Golfo o del norte de África? Ninguno, ni fronteras, ni económico. Sólo tenemos fronteras con Jordania, Egipto, Siria y Líbano, aunque Líbano es colonia de Siria. En los últimos meses me he reunido dos veces con el rey de Marruecos, dos veces con el rey Abdalá de Jordania, con ministros de Qatar, Omán, Bahréin, Túnez. Quieren hablar con nosotros, han tomado la decisión estratégica y ya no tienen miedo, vienen por su propia voluntad. Pero cuando Sadam Husein estaba en la región no era tan fácil. Por supuesto, está el conflicto con los palestinos así que no va a la velocidad que quisiéramos, pero creo en ello.

P. ¿Es cierto que han amenazado a Irán si prosigue su programa nuclear, como dice la prensa israelí?

R. No. Estamos preparados para cualquier cosa. La mayor amenaza de Irán es a Israel, porque han dicho que un misil nos puede alcanzar. Irán está implicado en todos los grupos terroristas de la región, como Hezbolá y los extremistas palestinos. Intentan hacerlo con los chiítas en Irak, contra Estados Unidos, aunque hasta el momento no lo han logrado. Creemos que Irán es peligroso. Y últimamente los europeos se han dado cuenta de que es una amenaza, porque ahora el misil iraní les puede alcanzar. Si los iraníes paran será un milagro, y no creo en los milagros.

El ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Silvan Shalom, cuenta que la guerra de Irak ha provocado un torrente de contactos con países árabes que antes, cuando Sadam Husein aún dirigía Irak, no se atrevían a hablar con Israel. En una entrevista con varios medios españoles en Tel Aviv, el ministro repite la consigna que ya se ha convertido en la gran apuesta estratégica del Gobierno de Ariel Sharon: con Arafat, la paz no es posible. El objetivo es aislarle.

El ministro de Exteriores de Israel, Silvan Shalom.
El ministro de Exteriores de Israel, Silvan Shalom.REUTERS

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Sobre la firma

Berna González Harbour
Presenta ¿Qué estás leyendo?, el podcast de libros de EL PAÍS. Escribe en Cultura y en Babelia. Es columnista en Opinión y analista de ‘Hoy por Hoy’. Ha sido enviada en zonas en conflicto, corresponsal en Moscú y subdirectora en varias áreas. Premio Dashiell Hammett por 'El sueño de la razón', su último libro es ‘Goya en el país de los garrotazos’.

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