Semprún, Lledó, Ridao y Xavier Antich dialogan sobre la memoria roja de 'Veinte años y un día'

Jorge Semprún, Emilio Lledó, José María Ridao y Xavier Antich dialogaron anoche en Madrid sobre Veinte años y un día, la última novela del creador y álter ego de Federico Sánchez (Madrid, 1923) y la primera escrita directamente en español, con motivo de su publicación en Círculo de Lectores. Fue un acto luminoso, lleno de inteligencia y de lectores, que al final hicieron una larga cola para que el autor les firmara un ejemplar.

Semprún dejó claro que la novela, "mezcla de ficción y realidad, es un homenaje a los comunistas, que eran gente extraordinaria, y una crítica a sus jefes. La historia del comunismo es heroica, maravillosa, mortífera y miserable a la vez, pero había gente estupenda, como las legendarias Trece Rosas". El escritor subrayó con emoción la coincidencia de que otros dos libros, los de Jesús Ferrero y Dulce Chacón, hayan recuperado el trágico destino de aquellas militantes de las Juventudes Comunistas. Semprún contó además que el verdadero narrador de la novela y protagonista es el torero Domingo Dominguín, que cuenta la historia tres veces, la tercera de ellas a Juan Benet. Y éste al oírla le dice: "Pero si eso es una novela de Faulkner".

Lledó elogió el ejercicio de memoria de Semprún con una sabia lección que conectó memoria con crónica, novela, historia, experiencia, sueños y esperanzas: "La memoria es maestra de la vida, no de la nostalgia, sino del futuro. La memoria es la sensación y lo que queda de las sensaciones en el alma y el lenguaje, en los latidos del corazón. Somos porque hemos sido, sin memoria somos seres neutros, etéreos, vacíos, neutrales". "El libro es la memoria de Semprún y la nuestra", añadió Lledó. "La historia contada por el que estuvo allí, ha sido testigo y arriesga su vida para contarla con responsabilidad y verdad. Porque Federico Sánchez se jugó el tipo".

Ridao subrayó que Semprún "luchó contra Franco con una actitud que difícilmente avalaríamos hoy, pero luego supo hacer la crítica a esa actitud. Y a pesar de que está de moda decir que fue mejor la actitud de otros, de esos que estudiaban como si nada pasara, la novela cuenta la historia real del antifranquismo y del franquismo. Es la historia real contra esa relectura ultramontana de la historia que tanto auspicia hoy el poder político".

"Semprún hace un libro subversivo", dijo el filósofo Xavier Antich, "porque pone todo el peso en la memoria y sobre todo dirige la revuelta contra el olvido, contra el borrado de memoria, para narrar las esperanzas truncadas y los deseos rotos. Semprún rescata toda la verdad. Y eso es crucial en un país donde la desmemoria siempre favorece a los mismos. Eso da una dimensión moral sobre el presente".

Estuvieron en el auditorio de Círculo de Lectores editores como Francisco Pérez González , escritores como Josefina Aldecoa y también el ex presidente del Gobierno Felipe González, y todos siguieron con fervor y entre aplausos lo que allí se dijo.

También se habló de Alemania, un país que precisamente ayer volvió a distinguir a Semprún al designarle único jurado del prestigioso Premio Ludwig Boerne, que distingue a autores que se hayan destacado en los campos del ensayo, la crítica o el reportaje y que se fallará en 2004. Así lo anunció la Fundación Ludwig Boerne. Entre los galardonados en el pasado figuran Marcel Reich-Ranicki, Rudolf Augstein, Hans Magnus Enzensberger y George Steiner.