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Osakidetza condenada por un contagio de hepatitis C sin transfusión

El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco ha condenado a Osakidetza a indemnizar con 60.000 euros a una mujer de 53 años que ingresó en 1995 en el hospital de Cruces para ser intervenida de una operación de garganta y 20 días después fue diagnosticada de una hepatitis C aguda, que le colocó al borde de la muerte.

El contagio de la enfermedad no se produjo por transfusión sanguínea, una de las formas más comunes de transmisión del virus, sino por una infección de las llamadas nosocomiales; es decir, originada en el hospital. Este reconocimiento supone hasta la fecha una novedad, según se señala en medios judiciales.

El fallo judicial no puede determinar si el contagio fue en el quirófano o debido a la falta de asepsia en el personal o en el material utilizado durante la operación.La sentencia, de la que ha sido ponente la magistrada Begoña Orue, insta al Servicio Vasco de Salud a que ponga en marcha "de manera inmediata" un programa de vigilancia y control de las infecciones pertenecientes al ámbito hospitalario.

La defensa de Osakidetza basó sus argumentos en que no existe en la literatura médica ningún virus de quirófano y que el de la hepatitis C no es un hongo ambiental. Asimismo, incidió en que el personal adopta de manera sistemática las precauciones necesarias y que el material quirúrgico se somete de forma "escrupulosa" a medidas asépticas.

La sentencia, que es firme, responde al recurso contencioso administrativo interpuesto por el abogado Koldo Menika en representación de A.S.G., a la desestimación por silencio administrativo de la reclamación formulada contra Osakidetza en octubre de 1998.

La paciente fue intervenida quirúrgicamente el 19 de diciembre de 1995 en Cruces de una lesión inflamatoria de las cuerdas vocales. El 5 de enero de 1996 acudió al servicio de urgencias del mismo centro, donde le diagnosticaron hepatitis aguda y le enviaron a su domicilio. Cuatro días más tarde, tuvo que ser ingresada con carácter de urgencia. La mujer fue dada de alta una semana después con un diagnóstico de hepatitis C, que aún padece. Este virus es la causa más importante de enfermedad hepática crónica y muerte relacionada con el hígado.

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Relación directa

La falta de factores de riesgo o antecedentes en la paciente obliga al tribunal a considerar la relación directa entre la intervención y el contagio del virus. Los médicos de Osakidetza reconocieron en el proceso judicial que, aunque sea una posibilidad real, es muy raro que ocurra sin mediar transfusión de sangre.

La magistrada considera que el contagio se enmarca en las infecciones hospitalarias y tiene en cuenta que un perito de Osakidetza manifestó que "epidemiológicamente es posible el contagio", aunque lo consideró de "imposible explicación", contando con la esterilización del material quirúrgico. Sin embargo, Osakidetza también reconoció que no se puede afirmar que las normas sean "absolutamente infalibles". El tribunal asegura que los hechos ocurren por "una secuela accidental" intrínseca al funcionamiento de la organización sanitaria.

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