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El Estatuto del Becario excluye los dos primeros años

El texto aprobado limita la incorporación a la Seguridad Social y no da derecho al paro

El largamente prometido Estatuto del Becario fue aprobado ayer por el Consejo de Ministros año y medio después de que el Gobierno anunciara su próxima aprobación. El texto final excluye de la incorporación a la Seguridad Social a los becarios de investigación predoctorales de primero y segundo años y no contempla el derecho al paro, lo que ha provocado el rechazo de la Federación de Jóvenes Investigadores.

Los llamados precarios creen que el estatuto supone una mejora de su situación pero lamentan sus carencias, según su presidenta, María Villaraya, quien recuerda que, además de la exclusión de los dos primeros años, quedan muchas cosas por regular, como los horarios de trabajo, y se sigue considerando becarios a los doctores.

Para el PSOE, el estatuto no resuelve la precarización del sistema de ciencia y tecnología, según el diputado Jaime Lissavetzky, ya que en España una cuarta parte de los 80.000 investigadores está en situación precaria y el estatuto no concede contratos a ninguno de ellos. El PSOE es partidario de hacer contratos a partir del segundo año de beca predoctoral. Con las limitaciones impuestas, el estatuto costará al Estado, según la memoria económica, sólo 5,31 millones de euros anuales.

Las ayudas para formación o especialización a las que pueden optar tras obtener el título universitario los becarios de investigación son, en general, para hacer la tesis doctoral (predoctorales) o para completar su formación (posdoctorales) y no disponían de un régimen jurídico mínimo. Para ser considerado becario de investigación se debe disfrutar de una beca cuyo programa aparezca en un Registro de Programas de Becas de Tercer Ciclo e Investigación que crea el real decreto y cuya inscripción es voluntaria. Para ser inscritas, estas becas deben ser con cargo a fondos públicos y cumplir ciertos requisitos de duración e incompatibilidad con otras ayudas.

El becario, además, debe ser titulado universitario con grado de doctor o poseer un certificado-diploma de suficiencia investigadora que se obtiene cuando se superan las fases de docencia previas a la lectura de una tesis doctoral, lo que ocurre al final del segundo año de una beca predoctoral. La afiliación del becario a la Seguridad Social, a la que debe cotizar, incluye los supuestos de accidente de trabajo y la enfermedad profesional, pero no el desempleo. Se establecen igualmente las obligaciones del organismo de acogida, entre ellas la de respetar el desarrollo del programa de investigación del becario, "sin que pueda exigirse la realización de otras actividades ajenas a su investigación".

El estatuto, que excluye a la UNED, hace mención de los derechos de propiedad intelectual e industrial.

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