_
_
_
_
Entrevista:ALBERTO COSTA | Director de la Escuela Europea de Oncología

"Una parte de los pacientes con cáncer muere por ineficiencia del sistema sanitario"

La Escuela Europea de Oncología (European School of Oncology, ESO), acaba de designar al Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), con sede en Madrid, la institución española de referencia para colaborar conjuntamente en la lucha contra el cáncer. La European School of Oncology, creada en 1982 en Milán gracias al mecenazgo de la familia italiana Necchi, posee centros colaboradores de reconocido prestigio internacional en distintos países europeos. Mantiene también una estrecha relación con algunos latinoamericanos y participa activamente con otras instituciones estadounidenses, como el Memorial Sloan Kettering Center de Nueva York.

"Desde el principio, nuestro principal objetivo ha sido constituir un sólida red de centros de investigación, docentes y clínicos para mantener actualizados todos los nuevos conocimientos que van surgiendo en cáncer y poder hacérselos llegar a la mayoría de los profesionales sanitarios que trabajan con el paciente oncológico", afirma el cirujano y oncólogo italiano Alberto Costa, director de la ESO, que la semana pasada viajó a Madrid para mantener una reunión con los responsables del CNIO y un selecto grupo de investigadores latinoamericanos.

"La caracterización del genoma va a acelerar el conocimiento del cáncer en pocos años"

Según Alberto Costa, la continua actualización por parte de los médicos y del personal de enfermería de los avances contra el cáncer es fundamental, porque cuanto mayor sea el acceso a la formación, "mayor también será la igualdad de oportunidades de los enfermos oncológicos de beneficiarse de todos los adelantos" que acontecen en este campo de la biomedicina.

"Hemos de admitir", insiste, "en que, a pesar de que los países miembros de la Unión Europea gozamos de una buena sanidad pública, existen diferencias y desigualdades dentro de cada uno de los sistemas sanitarios, responsables de que una parte de los pacientes que mueren por cáncer lleguen a esta fatal situación, más que por la propia agresividad de la enfermedad, por la ineficiencia de las estructuras sanitarias. Esto quiere decir, por ejemplo, que se producen diagnósticos tardíos, que podrían haber sido precoces, o que no se instauran los tratamientos más adecuados ni en el momento más indicado".

Para Costa, la UE persigue crear centros de excelencia a los que puedan acceder todos los ciudadanos comunitarios: "De acuerdo con el principio de movilidad entre los distintos Estados miembros, la Corte Europea de Estrasburgo ratificó en junio de 2001 el precepto de libertad de tratamiento médico entre los 15 países. Este derecho emana de una resolución alcanzada por unos ciudadanos alemanes cuando éstos encontraron mejor solución en Holanda para su problema de implantes dentales. Es un derecho reconocido, aunque muy poco conocido. Y las fórmulas para gestionarlo son diversas".

El lema de la ESO es Learning to care (Aprender para curar), y "no sólo para tratar", según advierte Costa, y reducir la mortalidad por cáncer. Pero, como él mismo aclara, "disminuir la tasa de fallecimientos no supondría ningún éxito si no lleva aparejada la consecución de una buena calidad de vida para el enfermo".

La calidad de vida, que es un concepto relativamente nuevo en el manejo del cáncer, a juicio de Costa, se ha convertido en los últimos años en un objetivo prioritario. "En este sentido, se están desarrollando muchos avances", dice, "y la enfermería desempeña un papel muy relevante, puesto que suele estar muy cerca del enfermo".

El presidente de la ESO, que se confiesa un enamorado del CNIO, sostiene que actualmente esta institución española es la más avanzada de Europa en materia de investigación sobre el cáncer.

"¿Por qué? Pues porque es el centro más joven, que además ha sido dotado de toda la tecnología punta y del personal mejor cualificado. La investigación oncológica española hace años que goza de muy buena reputación en el resto de Europa, pero hacía falta un elemento aglutinador y coordinador. Ustedes, los españoles, no saben los logros que puede alcanzar un organismo como éste, para aplicarlos con prontitud y eficiencia en los pacientes", afirma sin ocultar cierto apasionamiento.

En 1916 el británico James Alfred Ewing, al referirse a la vasta complejidad del cáncer, pronunció esta sentencia: "Nadie, si siquiera bajo tortura, puede decir con exactitud qué es un tumor". Costa asegura, sin embargo, que "por fortuna ahora sabemos mucho más, y la profundización en estos conocimientos se va a acelerar notablemente en pocos años gracias a la recién caracterización del genoma humano. A partir de ahora el cáncer encerrará menos misterios. Es una cuestión de tiempo".

Hacia una terapia individualizada

La caracterización del perfil genético de un tumor maligno permitirá llegar a un diagnóstico cada vez más preciso, que facilitará la elección de terapias cada vez más individualizadas. Éste es uno de los grandes brazos de la actual investigación oncológica, según Alberto Costa, presidente de la Escuela Europea de Oncología.

"El otro", añade, "es el desarrollo de fármacos anticancerosos dirigidos a dianas específicas, con el fin de que sólo maten las células tumorales y no las sanas como sucede con los actuales agentes de quimioterapia".

El experto italiano considera que en el tratamiento del cáncer, "que siempre es complejo", existe "un problema de masa crítica", en cuanto que las grandes inversiones que se hacen deben ser amortizadas, del mismo modo que las expectativas que se ofrezcan puedan ser satisfechas.

"Esto significa que, si un cirujano hace más de 80 operaciones de cáncer de próstata al año, los riesgos de impotencia y de incontinencia urinaria, frecuentes en estos casos, se reducen en un 15%-20%, frente al cirujano que posea una casuística menor", explica.

"Lo mismo sucede", añade, "con la prueba del ganglio centinela, para detectar si existe metástasis en el tumor mamario. Se ha observado que han de practicarse al menos 150 pruebas de este tipo al año en un centro para que sea rentable y viable toda la infraestructura necesaria de personal y aparataje".El presidente de la ESO señala que los tumores malignos aparecen como consecuencia de un error en el ADN y una proliferación descontrolada de las células, que de forma fisiológica están dividiéndose y muriendo en cada organismo. En este gran número de divisiones celulares diarias se producen aberraciones y mutaciones en el ADN de la célula, que en condiciones normales el sistema inmunológico repara automáticamente.

"Pero con la edad", explica, "este mecanismo de defensa va disminuyendo, de ahí que a partir de los 50 años sea mucho más prevalente la patología cancerosa".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_