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El riesgo de vivir rodeados de microplásticos: “Pueden acceder al torrente sanguíneo y distribuirse por diferentes órganos”

El proyecto ‘PlasticHeal’, liderado por la Univeristat Autònoma de Barcelona, alerta del impacto a largo plazo de la contaminación y pide regular la producción y el consumo de los plásticos

PlasticHeal UAB
Una investigadora trabaja en el microscopio para el análisis de los microplásticos en la UAB, en una imagen cedida por el centro.
Bernat Coll

Daños en el ADN, alteración en la comunicación celular, afectación de órganos y tejidos y origen de varias enfermedades. Las afectaciones de una larga exposición a los micro y los nanoplásticos (MNPL) son múltiples, según el proyecto PlasticHeal, liderado por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), con la participación de 11 instituciones científicas europeas durante cuatro años de investigación. Los científicos alertan de la necesidad de regular la producción y el consumo de plástico para evitar problemas de salud pública.

Los riesgos de estas partículas invisibles, pero perceptibles en la salud humana, se centran especialmente a nivel celular. “La afectación celular puede derivar en inflamación crónica, alteraciones del sistema inmunitario y una mayor sensibilidad a otros contaminantes conocidos, como el arsénico o el tabaco”, señala la investigación, presentada este martes en Barcelona en la sesión final de las jornadas “El plástico en nuestro interior: revelando el impacto oculto de los micro y nanoplásticos”.

Ante unas 100 personas, la conferencia ha sido un punto de reflexión para analizar el horizonte de la convivencia humana con el plástico. “Ha revolucionado nuestra vida cotidiana, por su versatilidad y durabilidad, y también por su rendimiento económico; pero el plástico también ha pasado a ser un problema por la contaminación que genera nuestro mal uso”, razona Alba Hernández, investigadora principal del proyecto.

“PlasticHeal ha dado un paso decisivo en el conocimiento sobre los MNPL, demostrando que estas partículas pueden representar un riesgo para la salud humana. Hemos desarrollado herramientas y conocimientos que marcan el camino a seguir en el estudio sobre el impacto real que este tipo de contaminación tiene sobre nuestra salud”, ha declarado Alba Hernández Bonilla, profesora del departamento de Genética y Microbiología de la UAB e investigadora principal del proyecto.

Los microplásticos se infiltran en el cuerpo principalmente por inhalación. Pero en función del tamaño de las partículas pueden depositarse en un nivel más o menos profundo del pulmón. “Cuanto más profundo, peor”, resume Julia Catalán, investigadora de la universidad de Zaragoza. “Si alcanzan la zona de alveolo, donde hay el intercambio de gases con la sangre, pueden entrar al torrente sanguíneo y distribuirse por todo el cuerpo”, alerta. El riñón y el hígado, por su función depuradora, son los órganos más expuestos a sufrir daños por la presencia de microplásticos.

Se ha comprobado que diversos tipos de MNPL tienen capacidad “para atravesar la barrera intestinal, acceder al torrente sanguíneo y distribuirse por diferentes órganos y tejidos”, según explica la UAB. El equipo ha identificado cómo estas partículas entran en el organismo, cómo se comportan a nivel celular y cómo se acumulan a largo plazo. En el caso de que no alcancen la sangre, existe el riesgo de que las partículas se almacenen en el pulmón y el cuerpo no sea capaz de expulsarlas a través de mucosas o de toser. “Entonces se puede generar un foco similar al de una infección que deriva en una inflamación continua”, añade Catalán.

La investigación plantea que la concentración de MNPL en el cuerpo parece más dañina en poblaciones vulnerables como personas con enfermedades previas, aunque señala a la vez que esta línea de investigación continúa abierta para determinar el alcance real de este riesgo. El objetivo, aseguran, es establecer niveles de exposición seguros y “criterios reguladores que protejan la salud pública”.

“Los procesos de las enfermedades que se han registrado en epidemiología determinan una ratio de cáncer mayor en los trabajadores expuestos a contaminación durante un largo tiempo”, subraya Catalán. “Si estamos continuamente expuestos a las partículas, cuando nos jubilemos igual nos fastidian la jubilación”.

En un contexto en el que, según los científicos, cada año se producen 300 millones de toneladas de plástico, “la mayoría de ellas de un solo uso”, y en el que se prevé un aumento de la producción, las afectaciones se anuncian cada vez más. “Puesto que solo una pequeña parte del plástico es reciclable, acabamos teniendo millones de toneladas que acabarán contaminando nuestro medio ambiente, y esto solo es la cara visible de los problemas que suponen los plásticos”, prosigue Hernández, que señala que “casi el 20% de las muertes que tienen lugar cada año están producidas por la contaminación”.

Hernández reclama “alternativas y e innovación” para fomentar cambios de conducta de los consumidores. “Si tienen el conocimiento podrán entender el riesgo al que se exponen”. En esta línea, la investigadora ha pedido también “medidas” públicas para “proteger” a la población.

Para analizar la perdurabilidad de los plásticos, PlasticHeal ha adaptado las microscopías Raman y FTIR para detectar y cuantificar MNPL en tejidos humanos como el aliento, la sangre y la orina. Estas herramientas permiten estudiar cómo se acumulan las partículas a lo largo del tiempo y son clave para evaluar sus efectos a largo plazo. Uno de los retos pendientes a nivel científico es “detectar partículas de menos de un micrómetro”, expresa Hernández.

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Sobre la firma

Bernat Coll
Periodista centrado actualmente en la información sanitaria. Trabaja en la delegación de Catalunya, donde inició su carrera en la sección de Deportes. Colabora en las transmisiones deportivas de Catalunya Ràdio y es profesor del Máster de Periodismo Deportivo de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.
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