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El Congreso rechaza la propuesta socialista sobre fecundación asistida

Pastor asegura que es reaccionario permitir que sobren embriones

El pleno del Congreso, con los votos de PP, CiU y CC, rechazó ayer la enmienda a la totalidad de PSOE sobre la reforma de la Reproducción Asistida. Así, el texto que debatirá el Congreso será el del Gobierno, que sólo permite investigar con los embriones ya congelados e impone trabas a la fecundación in vitro. La propuesta del PSOE extendía la investigación a todos los embriones y quitaba las trabas. El PSOE acusó a Pastor de dar un paso atrás y de actuar contra las parejas, y ésta contestó que lo regresivo es permitir que sobren embriones.

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La ministra de Sanidad, Ana Pastor, aseguró ante el Congreso que la reforma del Gobierno es "un ejercicio de responsabilidad". Alegó, como en otras ocasiones, que la ley había sido consensuada con todos los expertos, que era equilibrada, respetuosa y plural y que abría la puerta a la investigación. Inmediatamente ironizó sobre la enmienda socialista porque, afirmó, "recoge muchos aspectos de la propuesta del Gobierno". E insistió: "En un primer momento el portavoz del PSOE en la comisión de Ciencia dijo que era un paso adelante".

El portavoz al que se refería Pastor era Jaime Lissavetzky, que ayer defendió la enmienda de su grupo. Éste señaló que la reforma propuesta por Pastor "es un titubeante paso adelante en investigación y dos pasos atrás en reproducción asistida". Lissavetzky justificó lo del paso titubeante porque, dijo, el Gobierno "establece una doble moral ilógica al permitir que se investigue con los embriones que hay actualmente congelados pero no con los que se generen en el futuro".

Lo del paso atrás porque el Gobierno limita a tres el número de óvulos a fecundar por ciclo. Lissavetzky estimó que esto supone más gastos y riesgos para las mujeres, que pueden tener que someterse a varios procesos hormonales antes de conseguir un embarazo. La enmienda del PSOE elimina todas las trabas a los tratamientos y deja en manos del médico, junto a la pareja, la elección de cuántos óvulos se fecundan y cuántos embriones se implantan.

200.000 embriones

Pastor defendió las limitaciones y afirmó que se puede mantener el éxito en la reproducción fecundando menos óvulos y negó que fuera un punto regresivo. "Regresivo es seguir permitiendo que pase lo que está pasando". Lo que está pasando, según Pastor, es la acumulación de embriones sobrantes de los tratamientos de reproducción asistida. Pastor elevó la cifra de embriones congelados a 200.000 y lo atribuyó al Instituto Valenciano de Infertilidad. Y sobre ellos, acusó al PSOE de mirar para otro lado. Pastor señaló que el exceso de embriones es debido a la redacción de la ley vigente, de 1988, que no ponía límites al número de óvulos a fecundar y acusó al PSOE de repetir la misma redacción.

El PSOE sólo obtuvo el apoyo de IU. CiU criticó las restricciones de la norma, que no tiene en cuenta las competencias de las comunidades y alabó la propuesta socialista. Finalmente votó contra la propuesta del PSOE. Algo similar hizo Coalición Canaria. Su portavoz, Luis Mardones, ironizó sobre el "trabajo semántico hecho en el proyecto" para que la norma sea aceptada dentro del PP. "Bienvenida sea la investigación con estructuras biológicas derivadas de preembriones". Mardones añadió que su grupo pedirá aumentar de tres a cinco el número de óvulos a fecundar. El PNV se abstuvo aunque apuntó que sus enmiendas irán por el camino del PSOE.

La propuesta del PSOE permitía la importación de células embrionarias para investigaciones sin ánimo de lucro y bajo control público. La reforma del Gobierno prohíbe la comercialización y Lissavetzky espetó a Pastor: "¿Sabe usted que el PP votó a favor de la importación en el Consejo de Europa en octubre de 2002?". Como en el debate no había réplicas, la pregunta quedó en el aire. El Comité Asesor de Ética afirmó en 2003 que no había problemas éticos en investigar con células embrionarias "ya existentes e importadas".

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