Bush pide apoyo a la ONU sin ofrecer nada
El presidente de EE UU justifica la guerra en Irak y no concreta plazos de traspaso de poder
Acosado por las exigencias de aliados como Francia, Alemania y Rusia y por la presión de las críticas en EE UU, el presidente George W. Bush pidió ayer a la Asamblea General de Naciones Unidas ayuda para la reconstrucción de Irak sin ofrecer a cambio un calendario concreto de transferencia del poder de la coalición al Consejo iraquí de Gobierno. Tenso, el presidente, que iba vestido con traje oscuro y corbata azul, parecía notar el escepticismo con el que algunas delegaciones escuchaban sus palabras en la asamblea. Su mensaje fue enérgico, pero a la defensiva.
Además de justificar la guerra y reclamar la cooperación internacional, Bush pidió al Consejo de Seguridad una resolución contra la proliferación de armas. Sin mencionar a Irán ni a Corea del Norte, Bush afirmó: "La letal combinación de regímenes fuera de la ley, redes terroristas y armas de destrucción masiva es un peligro que no puede ser ignorado o despreciado".
Hace un año, Bush habló en esta asamblea para decir al mundo que la ONU corría el riesgo de convertirse en irrelevante si no asumía con decisión la tarea de desarmar a Sadam Husein. Ahora, el presidente estadounidense hace su interpretación de los acontecimientos que desembocaron en la guerra: "El Consejo de Seguridad tuvo razón al exigir la destrucción de las armas y al amenazar con graves consecuencias en caso contrario; gracias a la actuación de la coalición, hoy Irak es un país libre", señaló Bush, que reconoció el desacuerdo de algunos países, agradeció el apoyo de otros (las cámaras recogieron imágenes del presidente del Gobierno español, José María Aznar, y del jefe del Estado francés, Jacques Chirac) y, en todo caso, no se detuvo mucho en ello: "Ahora tenemos que trabajar juntos. Vayamos hacia adelante".
Discurso ambiguo
¿Qué significa ir hacia adelante cuando estamos en el proceso de negociación de una nueva resolución de la ONU que debería ampliar el papel del organismo y crear una fuerza militar multinacional? El presidente no sacó de dudas.
Su respuesta ante las presiones francesas y alemanas de que la transferencia de soberanía a los organismos iraquíes sea "cuestión de meses, no de años", presiones repetidas ayer tanto por el presidente francés en su discurso como por el canciller Gerhard Schröder ante la prensa, fue clara en la ambigüedad: el proceso debe ser ordenado y democrático, manifestó George Bush, "y tiene que desarrollarse según las necesidades de los iraquíes, sin que los deseos de otros lo aceleren o lo retrasen".
En cuanto al nuevo papel de la ONU en Irak, uno de los debates más complicados de la nueva resolución, Bush sólo sugirió las tareas de "ayudar en el desarrollo de la Constitución, en la formación de funcionarios y en la organización de elecciones libres y justas".
El presidente no pareció desanimado por la inexistencia hasta el momento de armas de destrucción masiva en Irak y dijo que se está en proceso de entrevistar a iraquíes y de analizar informes del viejo régimen "para conocer la extensión completa de los programas de armas".
Pérdida de popularidad
Bush, que se dirigía tanto a la comunidad internacional como a la opinión pública de EE UU, cada vez más perpleja y crítica con el desarrollo de la posguerra, había comenzado situando el debate en el marco del desafío terrorista, recordando los atentados del 11-S y los principales ataques de los últimos dos años, incluido el que sufrió la ONU en Bagdad hace un mes, para reiterar que no cabe la neutralidad frente al terror. Posteriormente, Bush aludió al anterior régimen en Irak: "A medida que se descubren campos de exterminio y fosas comunes se revela la verdadera dimensión de la crueldad de Sadam".
Todo ello no es discutido por nadie, pero el efecto es cada vez menor. La última encuesta difundida por CNN / Gallup arroja datos preocupantes para la Casa Blanca: el índice de rechazo de Bush es ahora compartido por el 47% de la población, cuando esa cifra era sólo del 36% en verano y del 25% después de acabar la guerra. De manera complementaria, y siempre según el sondeo, solamente la mitad de los estadounidenses cree ahora que merece la pena luchar en Irak -porque el 89% dice que la guerra no ha terminado-, frente al 63% que creía en agosto que merecía la pena y el 89% de abril. A pesar de que queda una eternidad para las elecciones de noviembre de 2004, otro dato inquietante de CNN / Gallup asegura que el ex general Wesley Clark, que acaba de presentar su candidatura a la nominación demócrata, ganaría las elecciones frente al republicano George Bush por un 49% de votos frente a un 46%.
Bush no pasó por alto la otra situación crítica en Oriente Próximo y, sin mencionar a Arafat, dijo que "la causa palestina es traicionada por líderes que se aferran al poder, pero que alimentan viejos odios y destruyen la buena voluntad de otros". El presidente de EE UU instó a los países árabes a que corten la financiación y el apoyo que prestan a organizaciones terroristas. Bush reiteró su compromiso con la creación de un Estado palestino y pidió a Israel que desarrollara esfuerzos para crear las condiciones que lo permitan.
Iraquíes con asiento provisional
El Consejo provisional de Gobierno iraquí ocupó ayer los puestos reservados a Irak en la Asamblea General de Naciones Unidas, los puestos que el pasado año por estas fechas y los años anteriores estaban ocupados por los representantes del régimen de Sadam Husein. Ahmad Chalabi, presidente rotatorio del Consejo y favorito de Washington, hablará la próxima semana ante la Asamblea. Junto a él se sentaban ayer Adnan Pachachi y Hoshyar Zebari, responsable de Asuntos Exteriores. Estaba prevista la presencia en Nueva York de Akila al-Hashemi, una de las tres mujeres del Consejo, pero fue gravemente herida en un atentado en Bagdad el fin de semana. "A pesar de ello, el Consejo quiere llevar a la ONU su mensaje de esperanza, paz y democracia", señalaba un comunicado oficial.
El Consejo en general y Chalabi en particular han recibido numerosas críticas sobre su dependencia de EE UU. Seguramente para intentar maquillar esa impresión y para ganar peso en el Consejo, Chalabi ha declarado a The New York Times que desea ya una transferencia de poder en los ministerios de Economía y Seguridad y que va a proponer en su discurso que el Consejo tenga una representación permanente, y no provisional, en la ONU. Chalabi se muestra además contrario a que haya más tropas extranjeras en Irak y reclama transferencias inmediatas.
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