Bush y Schröder dan por zanjadas sus diferencias y apuestan por "trabajar juntos" en Irak
El canciller alemán reclama un papel central de Naciones Unidas para transferir la soberanía al pueblo iraquí
La profunda grieta abierta en las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Alemania por la guerra y posterior ocupación de Irak se ha cerrado. Así lo ha proclamado solemne el presidente estadounidense George W. Bush tras reunirse en Nueva York con el canciller alemán Gerhard Schröder: "Nuestras diferencias han terminado".
Asimismo, ambos mandatarios se han comprometido a dejar a un lado los matices y trabajar juntos para devolver la estabilidad a Irak. Bush ha querido rubricar en público y delante de todas las cámaras el nuevo estilo que imprimirán a sus relaciones ambos países. "Manteníamos nuestras diferencias pero ahora ya no. Trabajaremos juntos", ha dicho el estadounidense a los periodistas junto al líder alemán. Schröder no ha querido ser menos y ha contestado: "Creemos que nuestras diferencias han quedado atrás".
El presidente estadounidense ha recordado que Washington y Berlín ya trabajaron juntos de manera satisfactoria en Afganistán en los últimos dos años y ha agradecido también el respaldo alemán "para ayudar a Irak a ser un país pacífico, estable y democrático".
Schröder, por su parte, ha destacado que "a Alemania le gustaría ayudar en Irak", colaborando en el entrenamiento de policías y otro tipo de apoyo a operaciones militares, porque su país "esta muy interesado en un Irak estable y democrático" que ayude a estabilizar el mundo. "Es muy importante, no sólo para los iraquíes, sino para toda la región y también para Europa", ha remarcado el canciller.
El pasado 19 de septiembre, el canciller, en un intento de limar asperezas, publicó una carta abierta en la página de Opinión de The New York Times, titulada Alemania compartirá responsabilidades en Irak, en la que ofrecía su apoyo para la reconstrucción civil y económica del país. En esa misiva, Alemania ofrece entrenar a las fuerzas iraquíes de seguridad, además de ayuda humanitaria y apoyo en la reconstrucción.
Schröder tiende la mano
Horas después de su encuentro con Bush, el canciller Gerhard Schröder ha recordado ante la Asamblea General de la ONU que más de 9.0000 soldados y policías alemanes colaboran en llevar a la seguridad a zonas conflictivas del mundo. Así, ha puesto como ejemplo Afganistán y ha reiterado la disposición de su Gobierno a incrementar la colaboración de sus fuerzas en Irak, a través de tareas de entrenamiento. Asimismo, ha ofrecido ayuda humanitaria y apoyo en la reconstrucción civil y económica del país árabe. "Alemania está dispuesta a mantener su compromiso en Irak, compromiso basado en el acta constitutiva de la ONU y en el Tratado de reunificación", ha dicho Schröder.
No ha olvidado, sin embargo, recordar que Naciones Unidas debe ocupar un papel central en la reconstrucción de Irak porque "solamente la ONU puede garantizar el grado necesario de legitimidad dando al pueblo iraquí la posibilidad de organizar su propio Gobierno".
Una buena parte de su discurso se ha centrado expresamente en el terrorismo, "una amenaza a nuestra seguridad colectiva", según Schröder. Según el canciller, la lucha contra el terrorismo "no hay que restringirla a las labores policiales" porque sería un fracaso. En su opinión, hay que hacer frente a las causas subyacentes del terrorismo, en sintonía con la idea expresada por el propio Kofi Annan un día antes.
En esta misma línea, ha reclamado una profunda reforma de Naciones Unidas así como ampliar el actual Consejo de Seguridad para dar cabida a los países en desarrollo. "En la ONU estamos obligados a emprender la tan demorada reforma constitucional. El mundo del siglo XXI ofrece amplias posibilidades de cambio, para bien y para mal. No tenemos otro camino que extender el multilateralismo. Vamos a unirnos para que la ONU sea aún más fuerte", ha finalizado Schröder.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.