Annan denuncia la doctrina de ataques preventivos de Bush
El secretario general defiende el sistema de convivencia mundial que representa la ONU
Ningún país puede tomarse la justicia por su mano. En una ferviente defensa del sistema de convivencia creado por la ONU hace 58 años, su secretario general, Kofi Annan, atacó ayer la doctrina del ataque preventivo concebida por EE UU tras los atentados del 11-S. Sin la legitimidad de Naciones Unidas, las acciones unilaterales sólo pueden desembocar en el uso indiscriminado de la fuerza, advirtió Annan en sus declaraciones, las más contundentes contra Washington.
En la Asamblea General de la ONU, primer encuentro global tras la guerra de Irak, se desataron los elementos. Mientras el viento y la lluvia azotaban con violencia las ventanas de la sede de Naciones Unidas, Annan provocaba una tormenta mucho más impredecible en el interior del edificio que lleva medio siglo presidiendo los destinos del mundo. Ante los representantes de 191 países reunidos como cada año en Nueva York, el secretario general anunció el fin de una era en las relaciones internacionales. "Éste es un momento tan decisivo como 1945, cuando se fundó Naciones Unidas. (...) Ahora debemos decidir si es posible continuar con las reglas que se establecieron entonces o cambiarlas radicalmente", dijo Annan, en tono grave, ante una asistencia en silencio.
La ONU, advirtió el secretario general, debe adaptarse o desaparecer. Marginada por la política de ataques preventivos de EE UU, paralizada por las profundas disensiones en el seno del Consejo de Seguridad, la institución debe encontrar una nueva fórmula para salvar las reglas del multilateralismo. Una fórmula, dijo Annan, que preserve el papel de mediador de la ONU y su imagen de neutralidad, comprometidos ambos por los dos atentados sufridos contra su sede en Bagdad, especialmente el del pasado 19 de agosto, el más grave de su historia.
En su ataque más directo contra Washington, Annan criticó abiertamente la doctrina del ataque preventivo del presidente George W. Bush. "El artículo 51 de la Carta (la Constitución de la ONU) especifica que todos los Estados, en caso de ataque, conservan el derecho a defenderse. Se entendía que cuando los Estados iban más allá y decidían recurrir a la fuerza (...) necesitaban la legitimidad de Naciones Unidas".
"Ahora, algunos dicen que este acuerdo ya no es viable, puesto que un ataque armado con armas de destrucción masiva puede lanzarse en cualquier momento, sin previo aviso, por un grupo clandestino. En vez de esperar a que esto ocurra, aseguran, los Estados tienen el derecho y la obligación de usar la fuerza de forma preventiva, incluso contra otros Estados".
"Esta lógica", subrayó Annan, "cuestiona de forma fundamental los principios, incluso imperfectos, sobre los que se han basado la paz y la seguridad mundiales en los últimos cincuenta años. Me preocupa que [esta lógica] si se adopta, resulte en el creciente recurso a la fuerza, de forma unilateral, con o sin justificación".
Enfrentado a la política de los hechos consumados, el Consejo de Seguridad debe debatir abiertamente las graves consecuencias de esta brecha abierta en el sistema y plantearse nuevas normas de conducta. "Sus miembros deberían empezar a pensar en criterios para autorizar el uso de medidas coercitivas contra ciertos tipos de amenazas; por ejemplo, grupos terroristas con armas de destrucción masiva", dijo Annan.
Irak, la crisis que ha revelado las fragilidades de la ONU, pondrá a prueba la voluntad de consenso internacional. "Cualquiera que sean las posturas que hayamos adoptado sobre los acontecimientos de estos últimos meses, es muy importante para todos que se consiga crear un Irak estable y democrático", agregó.
Pero la ONU sólo podrá actuar si antes inicia un proceso de reforma, un camino emprendido muchas veces en las últimas décadas y nunca concluido. La organización debe agilizar sus instituciones, especialmente el Consejo, volvió a decir Annan, si no quiere volver a caer en el olvido de la guerra fría, que marcó los primeros cuarenta años de su historia. Para determinar los cambios más urgentes, se creará un "grupo de expertos de alto nivel" que para el año que viene redactará un informe sobre los nuevos retos a la paz y estabilidad mundiales y las mejores respuestas. "Naciones Unidas no es un instrumento perfecto, pero es un instrumento valioso", concluyó Annan.
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