La ética de la resistencia

"Ésta es una película contra la impunidad del poder, venga de donde venga". Así definió ayer Gerardo Herrero El misterio de Galíndez, su séptimo largometraje como director y uno de los más complejos dentro de su larga (más de 70 películas) trayectoria como productor. Un filme que nació hace más de cinco años, que ha tenido varias reescrituras de guión, en el que participan productoras de seis países diferentes (España, Reino Unido, Cuba, Portugal, Italia y Francia) y con un reparto en el que destaca la presencia del neoyorquino Harvey Keitel.

"El tema dominante, tanto de la novela como de la película, no es otro que la ética de la resistencia", explicó ayer Manuel Vázquez Montalbán, autor de la novela en la que se basa este thriller político, una película de ficción pero, advierte su director, "altamente documentada".

"La trama de la novela", continúa Herrero, "me daba la oportunidad de hablar de esa lucha contra la impunidad del poder. Era una trama muy atractiva que me servía para reconstruir unos hechos que sucedieron, más o menos, como cuenta la película. Vázquez Montalbán, que me aportó libros y nueva documentación sobre el caso, siempre me dijo que hiciera la película que yo quisiera y así ha sido".

Director y escritor presentaron El misterio de Galíndez acompañados de sus actores principales: Keitel (parco en una rueda de prensa en la que defendió el poder del individuo, "la lucha por la tolerancia desde cada hombre", frente a conceptos "abstractos" como los de imperio o nación); Eduard Fernández (que da vida a Galíndez, un personaje definido por Montalbán como "héroe turbio"; "un hombre", añadió Fernández, "que, nacionalista o no, de derechas o de izquierdas, fue, en definitiva, un hombre torturado"); Guillermo Toledo y Reynaldo Miravalles. Sólo Saffron Burrows, que interpreta a la tozuda y algo ingenua norteamericana que investiga, años después de su muerte, la desaparición de Galíndez, no viajó a San Sebastián. Keitel leyó una carta en la que la actriz excusaba su ausencia: el teatro la retiene en París.

Gerardo Herrero recordó que El misterio de Galíndez es una historia que en principio sólo le interesó como productor y que finalmente decidió dirigir: "Éste es un proyecto largo, que viene de lejos, tardé tiempo en lograr los derechos de la novela. Existía un esqueleto del guión hecho por Rafael Azcona que estuvo en un cajón más de un año; luego trabajó en él Luis Marías y finalmente Ángeles González-Sinde. Al principio me pareció un proyecto grande para mí, pero después de tanto tiempo, más de cinco años, pensé que tenía la madurez para poder abarcarlo".

Presentada fuera de concurso ("así estoy más tranquilo, sin tanta presión"), la película, según su director, es un rompecabezas sobre la desaparición de un personaje "tan contradictorio como apasionante". Herrero añadió que a pesar de que el esfuerzo de rodar en dos idiomas ha sido "agotador", no concebía la película de otra forma. "Los personajes debían hablar en su idioma".

Contra la censura

Sobre la polémica surgida en torno a la película documental de Julio Medem La pelota vasca. La piel contra la piedra (que hoy se proyecta en el Festival de San Sebastián, en Zabaltegi), Herrero afirmó: "Estoy en contra de la censura. Aunque no coincida con mi punto de vista, todos tenemos derecho a dar nuestro enfoque sobre cualquier asunto. En cualquier caso, todo lo que está ocurriendo [las críticas del PP y la decisión de dos miembros del Foro de Ermua de retirar sus testimonios del citado documental] sólo ha conseguido el efecto contrario al que deseaban: ahora la película la va a ver todo el mundo".