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Reportaje:

Malaria en la sala de partos

Las mujeres del África tropical sufren paludismo hasta dos veces durante el embarazo

Miquel Noguer

Dar a luz en los países más pobres de África significa, todavía hoy, tener un riesgo de muerte 200 veces superior que en una maternidad europea. A las temidas infecciones y complicaciones diversas se suma en estos países el riesgo añadido de la malaria o paludismo, enfermedad que causa graves anemias en las parturientas y las hace blanco de fatales hemorragias. En las zonas más castigadas por la enfermedad del mosquito, hasta 300 mujeres de cada 100.000 fallecen durante el parto, y muchas de ellas a causa de estas hemorragias. Un equipo de investigadores del Hospital Clínico de Barcelona ha iniciado un ensayo en Manhiça (Mozambique) para prevenir la malaria en las futuras madres y reducir a la mitad la mortalidad durante el parto.

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La idea es sencilla. Si las mujeres acuden al centro de salud al menos tres veces durante el embarazo, ¿por qué no aprovechar estas visitas para suministrarles la profilaxis contra la malaria y facilitarles al mismo tiempo una red antimosquitos? Un ensayo bajo estos preceptos realizado en Tanzania hace unos meses demostró la efectividad de ambas medidas, y ahora, la Organización Mundial de la Salud (OMS) quiere probar lo mismo en otro entorno. Si funciona, recomendará la profilaxis para todas las embarazadas residentes en los trópicos africanos.

La responsable del proyecto en Mozambique, Clara Menéndez, está convencida de que los actuales fármacos contra la malaria pueden servir para ahorrar muchas muertes pese a las resistencias a estos medicamentos que están apareciendo en todo el mundo. "Estamos intentando averiguar si dos dosis del combinado Sulfadoxina-Pirimetadina (S-P) serían suficientes para proteger a la madre de la malaria durante todo el embarazo", explica. De ser así, y cumplirse en Mozambique lo que ya se probó efectivo en Tanzania, el riesgo de estas mujeres de sufrir malaria se reduciría a más de la mitad, y las hemorragias durante el parto, en una proporción parecida.

Y esto no es poco. "Las mujeres que se quedan embarazadas en la región de Mozambique donde estamos trabajando sufren una media de hasta dos malarias durante el embarazo, lo que las deja terriblemente debilitadas", explica Menéndez.

Según esta investigadora, la malaria tiene efectos directos no sólo sobre la reducción de la cantidad de hierro en la sangre, sino también en la proporción de partos prematuros y en el nacimiento de niños con bajo peso. "Al bajar los niveles de hierro el riesgo de sufrir hemorragias aumenta de forma espectacular", afirma la investigadora, justo antes de recordar una trágica experiencia reciente: "La semana pasada se me murió una mujer en los brazos a causa de una hemorragia, algo que en Europa habría sido poco más que una complicación", afirma.

Los responsables del Centro de Investigación de Manhiça han puesto muchas esperanzas en el ensayo que ahora ha comenzado con financiación de la Fundación BBVA. Los primeros resultados todavía tardarán meses en llegar, pero un estudio que ya se está realizando entre bebés menores de 12 meses les da confianza. Este ensayo, que comenzó el año pasado, está demostrando que el combinado de S-P resulta eficaz para librar de la malaria a la mitad de los bebés a los que se suministra durante el primer año de vida, durante el que son especialmente vulnerables a esta enfermedad.

Reducir la mortalidad relacionada con los embarazos es una de las grandes prioridades que se marcó la Organización Mundial de la Salud en el encuentro que realizaron sus responsables en Johanesburgo (Suráfrica) la semana pasada. Y es que en el continente negro se producen la mitad de las 600.000 muertes contabilizadas anualmente en el mundo relacionadas con la maternidad. Para valorar esta cifra hay que añadir que África sólo tiene el 12% de la población mundial y el 17% del total de nacimientos que se producen en el planeta.

Según un estudio presentado en la conferencia de Johanesburgo, las principales causas de mortalidad maternal en África son las hemorragias que se producen previamente o durante el parto (25%), las infecciones en la sangre o sepsis (15%), los abortos inseguros (13%), las enfermedades relacionadas con la hipertensión (12%) y las obstrucciones durante el parto (8%). Ni el sida ni la malaria, ni la tuberculosis aparecen como una causa directa de muerte en el documento de la OMS, pero las tres enfermedades se hallan en el trasfondo de todas y cada una de las causas anteriormente citadas.

El sida castiga especialmente a las mujeres embarazadas en el África austral. Si en estos países el 20% de la población adulta está infectada, este índice casi se duplica en las mujeres embarazadas. En Manhiça, por ejemplo, comenzaron a testar a las embarazadas hace cinco semanas. La encargada de las analíticas, Anna Berengueras, asegura que el 26% de los análisis acaban resultando positivos por VIH. Un 10% de las mujeres se ha negado a realizar la prueba. Berengueras las entiende: "Saben que si lo hacen y resultan seropositivas serán rechazadas por la comunidad". Un poco más al norte, en Chokwe, los índices se disparan todavía más: "Aquí, cuando nos llega una embarazada sana, casi hacemos una fiesta", ejemplifica la responsable del hospital, la valenciana Elisa Verdú.

Madres con sus hijos en Manhiça (Mozambique).
Madres con sus hijos en Manhiça (Mozambique).HOSPITAL CLÍNICO DE BARCELONA

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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