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Entrevista:MICHELLE BACHELET | Ministra de Defensa de Chile | CHILE, 30 AÑOS DESPUÉS DEL GOLPE / Y 6

"No hay condiciones para derogar la Ley de Amnistía"

La ministra de Defensa, Michelle Bachelet, es la niña mimada del presidente Ricardo Lagos. Todo en ella es armonía. De 55 años, rubia, con gafas redondas, su voz transmite conocimiento y seguridad. Su padre, el general de aviación Alberto Bachelet, murió en 1974 de un infarto, tras soportar tortura. Su principal delito: ser leal al sistema democrático. Ella y su madre fueron detenidas en el campo de concentración de Villa Grimaldi, en Santiago. Uno de sus interrogadores, el mayor Marcelo Moren Brito, es un asesino implicado en casi todos los procesos de violaciones de derechos humanos en curso. Vive en el mismo edificio de apartamentos que la ministra. "Cuando lo veo él baja la cabeza y se aparta. Sólo conocí su voz, porque yo siempre estuve encapuchada", recuerda la ministra. Hay un tema del que no quiere oír hablar. ¿Ya está preparada la operación funeral de Augusto Pinochet, que cumple 88 años en noviembre? Existen datos fidedignos de que hay varios informes internos en Defensa. ¿Saldrá de la Escuela Militar y terminará en la catedral Metropolitana, donde se le debe rendir homenaje a los presidentes? Bachelet le ha puesto una vela al santo para que la dispense ese día.

"Lo importante es que ha habido normalidad democrática en un año que es complejo"
"Muchos se enteran de lo que pasó y descubren que estuvieron engañados"
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Pregunta. Un ministro del Gobierno de Salvador Allende que estuvo después del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 en la isla de Dawson se encontró con la reticencia de la Armada a poder regresar a ese lugar. ¿Es la Armada la rama de las Fuerzas Armadas más refractaria al cambio democrático?

Respuesta. Nunca hubo ninguna reticencia a que entrara un ministro y autoridades. De hecho, han entrado. El punto era abrir una unidad militar, con la historia que tiene isla Dawson, a un acto que podía tener tintes políticos. Eso es algo que no ha sido parte de la tradición habitual de la relación entre las Fuerzas Armadas y la sociedad civil. Efectivamente, hubo aprensión y preocupación de qué pudiera constituir esto. Sin embargo, el tema está resuelto: habrá ingreso a Dawson, hay peticiones de múltiples grupos. Yo les he solicitado que se pongan de acuerdo, porque la isla queda lejos, hay que organizar viajes y estructurar todo. Además, es un campo militar que tiene campos de entrenamiento minados y no es una isla de vacaciones. Si bien al comienzo hubo aprensión, la verdad es que la Armada comprendió que ésta era una legítima aspiración de gente que había estado presa ahí.

P. ¿Cómo se ha reflejado en las Fuerzas Armadas el debate sobre el 11? ¿Qué están preparando?

R. Lo primero es que no están deliberando, ni haciendo asambleas por los 30 años...

P. Sí, pero algo les pasa, ¿o no?

R. Primero, a este país le pasan muchas cosas. Por diversas razones, entre ellas el influjo de la prensa extranjera, de repente se instala el tema de los 30 años en la prensa. Empieza a aparecer una cantidad enorme de reportajes, muchos de ellos en la televisión, mucho testimonio. Por primera en 30 años, todos los chilenos saben lo que pasó. Muchos por primera vez se enteran de lo que pasó y muchos descubren que estuvieron engañados o no quisieron saber. Me acuerdo de una persona que se me acercó a decirme: "Yo siempre fui una católica fuerte y mi mayor orgullo era tener en el living un cuadro autografiado del general Pinochet. Era pinochetista de toda la vida. Siempre que decían que pasaban cosas, yo decía que eran inventos de los comunistas. Y ahora descubro que era cierto. Tengo una vergüenza que usted no se puede imaginar". En este país se ha asumido más conscientemente que lo que muchos reclamaron durante años, además de las organizaciones de derechos humanos, era efectivamente cierto. Esto es un tremendo paso adelante, en términos de una verdad histórica que se ha logrado componer. También se ha compuesto la verdad de que la tragedia chilena no es sólo la tragedia de la violación de los derechos humanos. Es también la tragedia política de una sociedad que es incapaz de resolver los intereses económicos y políticos en pugna. La gran mayoría asume que hubo un quiebre muy fuerte del cual hay que sacar lecciones para no repetirlo.

Las Fuerzas Armadas no están ajenas al contexto de Chile. Si bien ellos no son ciudadanos porque votan, no son deliberantes ni hacen política en sus cuarteles, por un lado se observa la convicción de que, del punto de vista de los derechos humanos, son los jueces quienes tendrán que determinar las responsabilidades y hay que permitir que la justicia funcione. Han estado cooperando, muy abiertamente. Me consta porque la gran mayoría de los oficios de los jueces pasa por mí y los distribuyo a las Fuerzas Armadas. Ha habido cooperación y está incrementándose en términos de información y de llevar a los tribunales a las personas imputadas o que están atestiguando. Están convencidos de que lo mejor es que actúe la justicia y aplique las leyes correspondientes. Entienden que éste es un Gobierno democrático, hay una línea de mando, que la respetan absoluta y completamente. En este sentido están funcionando como en cualquier país democrático, con las situaciones que tenemos de algunas leyes de amarre que podan esa democracia. Pero no es tema de los militares, es que no hemos logrado conseguir acuerdos con la oposición política. Se da una situación curiosa en este país: si bien en la política real tenemos un sistema más democrático, las leyes permitirían una situación poco democrática.

P. ¿Pero qué piensan?

R. A los 30 años, más que analizar qué piensan, es bueno examinar qué han hecho. Han definido con claridad que esté un Ejército dedicado a hacer las tareas que le corresponde como Ejército. Que si bien es un Ejército permanente, tampoco es un Ejército que deba hacerse cargo de todo lo que pasó en el pasado. Y su gente está trabajando en lo que se está haciendo. Aquí no ha habido ni revueltas, ni levantamientos, ni asomo de estas cosas. Lo que pueda pensar cada individuo puede ser muy distinto. Lo importante es que en la práctica ha habido normalidad democrática en un año que es complejo, que coincide con el momento de definición al que llegan los procesos. Pese a que el ambiente ha sido tenso, difícil, las Fuerzas Armadas han respondido democráticamente a este tipo de tensiones que han existido este año.

P. ¿Los militares también se han sentido sorprendidos por la envergadura de la revalorización mediática del 11?

R. Tenían una imagen de lo que iba a pasar. A principios de año tenían una evaluación de que éste iba a ser un año fuerte. Lo que a lo mejor pocos preveían, civiles y militares, era la cobertura mediática.

Aquí todos fuimos víctimas de lo que sucedió...

P. ¿Todos?

R. También los victimarios, aquellos que fueron involucrados en los procesos, fueron víctimas en varios sentidos. Las Fuerzas Armadas chilenas no eran gente que un día se despertó y decidió salir a violar los derechos humanos. Son procesos que se produjeron empujados por otros chilenos. No estoy equiparando, porque el tipo de dolor y pérdida no lo es... me refiero al dolor de una sociedad. Otra cosa son las responsabilidades políticas. Hubo una tragedia política además de la humana, que tiene otras connotaciones, porque también hubo un cambio estructural en la sociedad, de modo que no todo es explicable por las violaciones a los derechos humanos. Cuando hablo de víctimas me refiero en términos sociales, porque también hubo gente que no fue nada víctima, que a propósito de eso ganó mucha plata.

P. Los militares piden aplicar la amnistía y se acercan las sentencias condenatorias, lo que provocará tensiones, en especial en los casos de ejecutados, porque en los de desaparecidos existe la figura del secuestro calificado o delito permanente. ¿Qué piensa al respecto?

R. Como señala el presidente, no hay condiciones para derogar la Ley de Amnistía, y será la justicia la que determine si se aplica o no y tendrá que definir según cómo entienda la relación entre la legislación internacional y nacional...

P. Hay un problema. El Congreso Chileno sigue sin aprobar la ley de imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad.

R. El Gobierno no ha planteado la derogación de la Ley de Amnistía, porque no hay condiciones para ello...

P. ¿Participó el Ministerio de Defensa en la propuesta de derechos humanos de Lagos?

R. Hubo un subsecretario que participó, pero no fue que los militares impusieran esas propuestas...

P. ... No fue ésa la pregunta.

R. No importa, lo digo yo. Dimos opinión, hubo muchas iniciativas que se analizaron, pero esto fue producto de un equipo de trabajo de derechos humanos. Aunque el tema de los derechos humanos no está en este ministerio, desde que llegué aquí he buscado formas de allegar más información. Obtuve desde el comienzo muy buena cooperación de los comandantes en jefe en esta línea.

La ministra de Defensa de Chile, Michelle Bachelet, el año pasado en Madrid.
La ministra de Defensa de Chile, Michelle Bachelet, el año pasado en Madrid.LUIS MAGÁN

Tortura y muerte del general Bachelet

Pregunta. ¿Cómo fue la muerte de su padre, el general de la Fuerza Aérea Alberto Bachelet?

Respuesta. Él estuvo preso desde el 11 de septiembre. En algunos periodos estuvo en arresto domiciliario; en otros, en centros de tortura diversos. En algún momento tuvo una angina, fue hospitalizado y enviado a domicilio. Posteriormente fue colocado en la cárcel pública de Santiago, tomado a declarar, llevado un par de días, con apremios ilegítimos. En marzo [de 1974] fue sacado nuevamente a declarar, de nuevo con apremios ilegítimos. A las pocas horas de regresar a la cárcel sufrió un infarto, que, de acuerdo con el Informe Rettig, está vinculado con los apremios ilegítimos que recibió. En la cárcel pública hubo una demora en la atención médica. Su compañero de celda era médico, que hizo las primeras maniobras de resucitación, pero no fueron suficientes y falleció. Todo esto lo conocemos por sus compañeros de celda. Cuando a mi madre le informan oficialmente de la muerte de mi padre, el que la llama, un fiscal de aviación, Berdichevsky, le dice que mi padre se había puesto a jugar un partido de fútbol o basketball y, haciendo un esfuerzo excesivo, le había dado un infarto, cuando en realidad estaba lavando los platos del desayuno.

P. ¿Se considera víctima de la tortura por su detención a manos de la DINA?

R. Curiosa pregunta. Estuve presa, desaparecida, pero sin duda hubo gente mucho más torturada que yo. Sufrimos algún tipo de tortura [vacila y se le quiebra la voz], la privación de libertad en condiciones extremadamente duras, vendada, encerrada en lugares pequeños, maltratada, y otra no. Pero no fui parrillada [tortura con electricidad]. En mi autocalificación siempre me he sentido más una ex presa política, porque ese nivel de tortura era lo mínimo que todos los que hayamos estado ahí teníamos. Con todo, me siento una "privilegiada", porque soy una sobreviviente de Villa Grimaldi.

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