Israel intenta asesinar al fundador de Hamás y reitera su negativa a negociar con Arafat
El jeque Ahmed Yasín, herido leve en un bombardeo de la fuerza aérea israelí en Gaza
El Ejército israelí volvió a efectuar ayer un nuevo ataque selectivo contra los dirigentes del movimiento islamista radical Hamás e hirió levemente a su fundador y líder espiritual, el jeque Ahmed Yasín. El fallido intento de asesinato ocasionó la condena del recién dimitido jefe del Ejecutivo palestino, Abu Mazen, quien poco antes había responsabilizado al Gobierno israelí de utilizar ese tipo de ataques militares para acabar con su liderazgo al frente de la ANP. Por su parte, la oficina del primer ministro israelí, Ariel Sharon, justificó la operación y aseguró que si la renuncia de Abu Mazen se hace finalmente efectiva, no negociará con el presidente palestino, Yasir Arafat, ni con ningún otro líder apoyado por éste.
A diferencia de los últimos seis ataques perpetrados contra la dirección y la milicia clandestina de Hamás, efectuados con helicópteros Apache, el de ayer tuvo como protagonista un F-16, evocando así el asesinato del que fuera jefe de la rama armada de la organización, Salah Shehade, ocurrido en julio del año pasado. En esta ocasión, el cazabombardero lanzó un misil de menor potencia que el entonces disparado contra Shehade, limitando así su capacidad destructiva. Sólo 15 personas resultaron heridas como consecuencia del impacto, que destruyó la vivienda en la que -según la oficina del portavoz militar israelí- tenía lugar una reunión de dirigentes políticos y militares de Hamás, propiedad de un profesor de la Universidad Islámica de Gaza.
Tras enterarse de lo ocurrido, el recién dimitido primer ministro palestino, Abu Mazen, condenó lo que calificó de "acción criminal que reafirma la falta de voluntad por parte de Israel para seguir el camino de la paz". Horas antes, en su discurso ante el pleno del Consejo Legislativo palestino (Parlamento), Abu Mazen había situado los asesinatos selectivos y las operaciones militares israelíes entre las principales causas del fracaso de su gestión. Asimismo, criticó la falta de compromiso mostrado por la actual Administración estadounidense con la Hoja de Ruta y las artimañas utilizadas por el presidente, Yasir Arafat, para reducir su margen de maniobra política.
Chivo expiatorio
Precisamente Arafat se volvió a convertir ayer en el chivo expiatorio del Gobierno israelí. La oficina del primer ministro aseguró que Ariel Sharon "no aceptará ninguna situación en la que la dirección de la Autoridad Palestina retorne a las manos de Arafat o cualquiera que sea de su cuerda". El ministro de Exteriores, Silvan Shalom, dijo en un comunicado que "Arafat es parte del problema, que no de la solución, y constituye un factor directo de inestabilidad en la zona".
Por su parte, el ministro de Transporte, Avigdor Lieberman, afirmó que "mientras Arafat esté vivo no habrá opciones para la paz", en lo que supuso una nueva amenaza contra su integridad física. Hasta ahora, las amenazas de expulsión o de muerte de que ha sido objeto por parte de la derecha israelí, comenzando por el propio Sharon, no han hecho más que incrementar los índices de popularidad de Arafat en la calle palestina, lo que ha sido criticado por los partidos de la izquierda, que han optado por no prestarle atención.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.