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LA POSGUERRA DE IRAK | El papel de la OTAN

La Alianza Atlántica da el primer paso hacia una intervención aliada en Irak

La OTAN proporciona desde ayer ayuda logística a las tropas polacas desplegadas en la zona

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A Robertson le encantaría retirarse en diciembre del cargo siendo protagonista de una decisión de esa clase, señalan fuentes diplomáticas aliadas.

Y mucho más explícito ha sido el general norteamericano James Jones, comandante supremo aliado en Europa, quien ha asegurado que desde un punto de vista militar la organización está en condiciones de dirigir una operación de esa envergadura. Otras fuentes no oficiales cuestionan tal afirmación y recuerdan que tal vez ni siquiera se podrían reunir más de 80.000 soldados para ir a Irak.

Jones, el primer marine en ocupar ese puesto, que comporta también el mando de todas las tropas norteamericanas en suelo europeo, insistió ayer en el tema durante un visita oficial a Turquía. El jefe militar atlántico pidió por otra parte a las autoridades militares turcas el envío de soldados a Irak.

La ayuda de la OTAN a los polacos se decidió el pasado junio, casi al mismo tiempo que la organización anunciara que a partir de agosto asumiría el mando de la ISAF, la fuerza multinacional de asistencia a la seguridad en Afganistán, lo cual significó la primera misión en la historia del bloque atlántico fuera de su área geográfica.

Todo ello fue posible una vez que Francia levantó sus reservas y para Robertson fue la prueba de que las heridas de la grave crisis de febrero, en vísperas de la guerra iraquí, habían sido curadas. Sin embargo, no faltan analistas y diplomáticos que consideran sus palabras demasiado optimistas.

"Un eventual papel de la Alianza Atlántica en Irak parece hoy más verosímil que hace unas semanas", opina un diplomático europeo. "EE UU es consciente de haber fracasado y de que necesita implicar en la pacificación y estabilidad a muchas más naciones, entre ellas Rusia y Francia", agrega la fuente.

Rusos y franceses estiman positivo el último paso de la Casa Blanca de proponer una gran fuerza multinacional bajo el paraguas de la ONU. "Recalcar, como insiste el Pentágono, que debe estar dirigida por un norteamericano tal vez sea un error de tacto", estima un diplomático aliado. "Sin embargo, podría solucionarse dando el mando a la OTAN, y a través de ella a un militar de EE UU. Eso es verosímil y puede ser aceptado por todos", opina esa fuente. Hay países pequeños, como Bélgica, que ya adelantan que no enviarán tropas a Irak bajo ningún concepto.

En cualquier caso, el juego político entre los aliados se está desarrollando en un clima de gran fragilidad y no poco recelo. Las relaciones entre la UE y la OTAN siguen moviéndose por un terreno muy pantanoso, pese al acuerdo de cooperación suscrito a principios de año (el llamado Berlín Plus). El proyecto de una defensa autónoma europea, propuesto en abril por Francia, Alemania, Bélgica y Luxemburgo, despertó entonces el escepticismo atlántico y las burlas de Estados Unidos. Washington los ha bautizado como "el club de los chocolateros".

Una fuente oficial atlántica manifestó ayer que crear un cuartel general europeo independiente del que la OTAN tiene en Mons (Bélgica) no es compatible con los acuerdos de Berlín Plus y "no es más que un intento de duplicar funciones". Los británicos han querido mediar en el asunto proponiendo la implantación de una célula europea dentro de la propia organización, algo que al final podría ser aceptado por la Administración de George W. Bush, pese a que no cree demasiado en el éxito de una verdadera defensa europea.

EE UU remacha una y otra vez a sus aliados que abandonen la retórica e incrementen más sus presupuestos militares. Como un primer compromiso, el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, sugerirá a sus colegas cuando se reúnan a principios de octubre en Colorado Springs que sean los europeos quienes contribuyan más en la futura fuerza de respuesta rápida de la OTAN. La fuerza, de 20.000 soldados, debería estar plenamente operativa en 2006, pero ya antes de fin de año quedará constituida una pequeña brigada de unas 5.000 unidades.

El comandante supremo de la OTAN en Europa, James Jones, saluda a las tropas turcas.
El comandante supremo de la OTAN en Europa, James Jones, saluda a las tropas turcas.AP

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