Dimite el principal negociador de EE UU, defensor del diálogo en la crisis nuclear con Corea del Norte
Jack Pritchard, uno de los negociadores estadounidenses con más experiencia sobre Corea del Norte, dimitió el viernes pasado de su puesto en la Administración de Bush, según anunció ayer el Departamento de Estado. La salida se ha producido pocos días antes de la reunión a seis bandas que hoy comienza en Pekín sobre la paralización del programa nuclear norcoreano.
Pritchard, enviado especial de EE UU para las negociaciones con Corea del Norte, no formaba parte de la delegación norteamericana que dirige el asistente al secretario de Estado para Asia Oriental, James Kelly. Durante los últimos meses, había sido el principal interlocutor entre los dos países enemigos a través del único vínculo diplomático que mantienen, la ONU.
El Departamento de Estado norteamericano se ha apresurado a negar que la dimisión del experto negociador tenga que ver con posibles diferencias sobre la forma de abordar la crisis. "Por lo que tengo entendido la decisión de irse en este momento ha sido personal, la había estado madurando durante varios meses", ha dicho el portavoz Philip Reeker.
Pero el momento elegido es simbólico. Más cuando Pritchard era un arduo defensor del diálogo con el régimen de Pyongyang en un Gobierno que se encuentra dividido sobre esta cuestión. El diplomático fue miembro del Consejo Nacional de Seguridad con la Administración del ex presidente Bill Clinton, cuya política negociadora difería de la línea dura adoptada por Bush, quien incluyó el régimen de Kim Jong Il en el denominado eje del mal, junto a Irak e Irán.
El pasado 31 de julio, el subsecretario de Estado, John Bolton, dijo en un discurso que la vida en Corea del Norte era "una pesadilla infernal" para muchos, unas palabras que levantaron las iras de Pyongyang. Según algunos informes, Pritchard explicó a un funcionario norcoreano que Bolton había hecho esta afirmación a título personal. Pero el Departamento de Estado ha asegurado a posteriori que el discurso tenía su visto bueno.
Los halcones de la Administración de Bush, ligados al Pentágono, han rechazado las conversaciones con Pyongyang desde que estalló la crisis el pasado octubre, mientras que el Departamento de Estado se inclina por la negociación. China, anfitrión de la reunión en la que también participan Japón, Rusia y Corea del Sur, pidió ayer paciencia a todas las partes, tras reunirse por con los representantes de las distintas delegaciones. "La cuestión coreana es muy complicada y es imposible resolver todos los problemas en una o dos conversaciones", aseguró el delegado chino, Wang Yi, vice ministro de Asuntos Exteriores. Wang recordó que China se opone a la presión, las sanciones o la guerra.
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