El Gobierno admite que el vertido del 'Prestige' puede haber llegado a las 64.000 toneladas
La última inspección reduce a 13.800 toneladas el fuel que queda en el pecio, el 18% de la carga
El Prestige sigue dando sorpresas nueve meses después de su hundimiento. El Gobierno reconoció ayer, implícitamente, que ha perdido el rastro a 23.700 toneladas de fuel. Creía que en el pecio del petrolero quedaban 37.500, pero las últimas inspecciones, una vez que han sido cerradas todas las grietas del buque, detectan sólo 13.800, el 18% de la carga. Con estos nuevos cálculos, el buque habría vertido al mar un total de 64.000 toneladas, y no las 40.000 que se habían admitido hasta ahora oficialmente. El vicepresidente primero, Mariano Rajoy, respondió sin contestar: "Hay dos datos: que nos dicen que el petrolero llevaba 77.000 toneladas y que en la costa y en el mar hemos recogido hasta ahora unas 130.000 toneladas de residuos -51.000 en el mar y 79.000 en las playas-, y aún no sabemos cuánto de eso es fuel".
Francia dice que "varios miles de toneladas" permanecen en el mar y amenazan las costas
A 8 de agosto de 2003 en la proa del 'Prestige' quedan aún 13.100 toneladas de fuel, y en la popa otras 700
El vicepresidente primero, Mariano Rajoy, y el presidente de Repsol-YPF, Alfonso Cortina, ofrecieron a bombo y platillo la buena nueva en Vigo: ya se han cerrado todas las grietas y los nuevos cálculos cifran en 13.800 las toneladas que quedan dentro del pecio, a 4.000 metros de profundidad: 700 en la popa y 13.100 en la proa.
Para saber qué ha pasado realmente con la carga del Prestige sólo queda especular, y ése no es asunto en el que quiera entrar el vicepresidente, a pesar de los intentos de los periodistas. Pero las matemáticas llevan a la conclusión de que el petrolero derramó mucho más fuel del que se imaginaba: 64.000 toneladas.
En realidad, hay cuatro posibilidades. La primera, la más probable, es que el vertido inicial, antes de que se hundiera el barco el 19 de noviembre de 2002, fuera, efectivamente, mucho mayor de lo que el Gobierno anunció (en torno a las 40.000 toneladas). El Ejecutivo habría, por tanto, consciente o inconscientemente, minimizado las consecuencias de la catástrofe.
También es posible que el pecio, una vez hundido el 19 de noviembre, soltara mucho más fuel del que anunció el Gobierno, gracias a los cálculos realizados por el batiscafo Nautile. Esa cantidad estaba fijada en 6.000 toneladas.
La tercera hipótesis es una combinación de las dos primeras, esto es, un fallo generalizado, intencionado o no, en los cálculos oficiales respecto a lo derramado por el Prestige desde que sufrió el accidente, el 13 de noviembre.
La última, la más favorable para el Gobierno y para las costas, que Rajoy no quiso apuntar ayer pero que algunos de sus colaboradores anuncian en privado, es la de que el petrolero llevara menos carga de la que declaró. Sin embargo, el Ejecutivo, que siempre ha tachado de mentiroso al armador, sostenía hasta ahora lo contrario, que el armador podría haber falseado la carga, pero a la baja, nunca al alza. El propio Rodolfo Martín Villa, comisionado para el Prestige, veía ayer complicada esta última explicación aplicando sencillamente la lógica.
Fuentes del sector que han seguido el desarrollo del caso recordaban que la carga del petrolero fue certificada tanto en San Petersburgo (el 30 de octubre pasado) como posteriormente (del 2 al 5 de noviembre) en el puerto letón de Venspils, donde el Prestige completó su carga hasta las 77.000 toneladas de fuel pesado que figuraban en su documentación. La certificación fue hecha en ambos casos por la empresa Inspectorate, una compañía que actúa como notario de la carga que llevan los buques y que revisa a más de la mitad de los petroleros que navegan por el mundo, según estas fuentes, informa Javier Rivas. A esta tesis se suma el Gobierno francés que, a través de un comunicado, sostuvo ayer que "varios miles de toneladas de fuel permanecen en el mar y son susceptibles de alcanzar el conjunto de costas portuguesas, españolas y francesas en los próximos meses", informa Europa Press.
En todo caso, tanto Rajoy como Cortina se afanaron ayer en vender los nuevos datos como algo muy positivo. El vaso medio lleno, claro está, es que la carga que hay que sacar del fondo del mar, en un abismo a casi 4.000 metros, es mucho menor de la esperada. ¿Cómo están tan seguros? Porque han aplicado una complicada técnica, llamada de neutrones térmicos, que se utiliza para los pozos de petróleo, y tiene un margen de error máximo del 10%.
Siguiendo con la versión del vaso medio lleno, Rajoy también minimizó los problemas que está causando el chapapote en las playas cantábricas este verano, aunque reconoció que se equivocó cuando pronosticó que no habría ningún tipo de problemas: "Nos hubiera gustado, pero las cosas no son como uno quiere, sino como se producen. En cualquier caso, el verano ha ido razonablemente bien. Hay sitios con problemas y otros sin ellos; lo que hay que hacer es un juicio equilibrado".
Lo que sí querían dejar muy claro los máximos responsables de Repsol-YPF y del Gobierno es que se han cerrado definitivamente todas las grietas. "Ahora tenemos una pausa para respirar", explicó con claridad el vicepresidente de la petrolera, Miguel Ángel Remón. Los sellados garantizan una tranquilidad de 10 años, según los expertos. Como mucho saldrán unos 20 litros diarios. Se calculó en 125 toneladas cada día lo que salía al principio, una estimación ahora en cuestión. Claro que también con el Nautile se dieron por acabadas las fugas importantes y han tenido que pasar cuatro meses de trabajo con los robots especiales para poder hablar con seguridad de sellado.
Con un gran despliegue de medios técnicos, vídeos y presentaciones por ordenador incluidos, y durante más de una hora, los responsables políticos de la operación destacaron constantemente que se trata de una actuación sin precedentes, de un "avance tecnológico pionero en el mundo", y auguraron que todo estará resuelto, como muy tarde, en octubre de 2004, casi dos años después de la catástrofe. Mientras tanto, para evitar que se repitan tragedias como ésta y que, aprovechando la situación, los barcos de medio mundo limpien sus bodegas cerca de Galicia, Rajoy recordó que España sólo puede alejarlos fuera de las 200 millas que le corresponden. A partir de ahí, volcó toda la responsabilidad en la Unión Europea para que cambie la legislación.
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