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PRIMERA VÍCTIMA ESPAÑOLA DE LA POSGUERRA DE IRAK

El capitán de navío Martín-Oar muere de un fuerte golpe sufrido en el atentado de Bagdad

Un traumatismo craneoencefálico mató al militar, que sólo tenía heridas visibles en los brazos

Ramón Lobo

Eran las 10.30 (8.30, hora peninsular española) cuando las autoridades de Estados Unidos en Irak informaron al teniente general Luis Feliú Ortega de que el capitán de navío Manuel Martín-Oar, de 56 años, no se encontraba en ninguno de los 154 hospitales de la capital y de que un cuerpo sin vida, que coincidía con su descripción física, estaba en el tanatorio de la base del aeropuerto de Bagdad. Martín-Oar era uno de los 24 muertos en el brutal atentado del martes contra la sede de Naciones Unidas en la capital, el primer español que fallece desde el final de guerra.

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Feliú identificó el cadáver y puso en marcha los trámites de repatriación. El avión con el cuerpo de Martín-Oar llega hoy a España, según el Gobierno.

"Aún no se saben las causas del fallecimiento. Será necesaria una autopsia y conocer el parte médico. Pero la hipótesis más plausible es que no se dieron cuenta de la gravedad de su estado debido a que no tenía heridas visibles en la cabeza. Al parecer ha muerto de un traumatismo craneoencefálico", dijo el general que ocupa un alto puesto de asesor de seguridad y defensa en la Autoridad Civil Provisional (CPA), el organismo que dirige la reconstrucción de Irak bajo mando norteamericano.

La noticia de la muerte de Martín-Oar causó ayer una gran consternación en la pequeña colonia española en Bagdad (no más de 50 personas entre residentes, diplomáticos, personal de la embajada, militares, trabajadores humanitarios y periodistas). "Todos estamos bien, pero muy afectados", dijo Feliú a EL PAÍS. Las primeras informaciones tras el brutal atentado terrorista del martes contra el hotel Canal, sede de Naciones Unidas en la capital iraquí, eran tranquilizadoras.

El encargado de negocios que hace las funciones de embajador, Eduardo de Quesada, aseguró ayer, a media mañana, que el militar sufría heridas graves en un brazo y menores en otro, además de posibles fracturas en una pierna. "Ha perdido masa muscular y tenía las venas fuera, pero está fuera de peligro", aseguró Quesada. Dos horas después conoció su fallecimiento a través de una llamada telefónica de Feliú.

El error sobre el verdadero estado de Martín-Oar pudo deberse a que la primera fuente de información era un ingeniero de caminos español, Rafael López Oribe, que trabaja para la CPA en Basora, y que se encontraba en el vestíbulo del hotel Canal en el momento del atentado.

El ingeniero resultó ileso y al abandonar el edificio de la ONU descubrió al capitán de navío tendido en el suelo. Le ayudó a alcanzar la calle, solicitó una camilla y le acompañó a la ambulancia que lo trasladó a un hospital. López Oribe le aplicó un torniquete en el brazo que tenía destrozado y le limpió la cara del polvo caído de los muros derruidos. El militar español estaba consciente y le aseguró que se encontraba bien. Todos esos detalles, transmitidos a la embajada en la noche del martes, generaron las noticias tranquilizadoras sobre el estado de Marín-Oar.

La confusión tras el atentado del martes mediante un camión bomba, ocurrido a las 16.40 (14.40 hora peninsular), era mayúscula. Decenas de ambulancias civiles y equipos de emergencia militares se dieron cita frente a la sede de la ONU. Los soldados estadounidenses, a bordo de decenas de blindados, carros de combate y todoterrenos Humvees, acordonaron fusil en mano la zona impidiendo el paso a periodistas y curiosos. Había psicosis de un segundo coche bomba. Siete helicópteros artillados patrullaban en círculo tratando de imponer una seguridad tardía. Otros aparatos, con el anagrama médico en los frontales, tomaban tierra en un descampado próximo. Los heridos más graves eran distribuidos tras una primera inspección de urgencia y evacuados en helicópteros; los menos, en ambulancias. Ese caos, unido al que se vive casi a diario en Irak desde hace unas semanas, donde se suceden los ataques cada vez más selectivos de la resistencia, impidió tener noticias precisas y confirmadas sobre muertos y heridos. Aún no existe una lista completa de los fallecidos.

A media tarde de ayer aún no se conocía el recorrido exacto que siguió Martín-Oar tras ser introducido en una ambulancia, ni si ésta era civil o militar. No se sabe en qué hospital fue ingresado ni la hora de su fallecimiento. El hecho de que su cuerpo se encontrase en el tanatorio de una instalación militar, como lo es la base del aeropuerto de Bagdad, permite suponer que el capitán de navío fue trasladado del lugar del atentado a un quirófano de esa base. Feliú esperaba ayer tarde un informe de las autoridades estadounidenses para conocer estos pormenores y saber qué se hizo para intentar salvar la vida del español. Fuentes del Ministerio de Defensa precisaron ayer que Martín-Oar fue evacuado a un hospital estadounidense de Bagdad, donde falleció.

"Afectado pero entero"

La mayor preocupación de Feliú en la mañana de ayer era localizar a Miguel Benzo, coordinador entre la CPA y la ONU y que tiene categoría diplomática de embajador y ministro plenipotenciario. Benzo era compañero de piso de Martín-Oar y amigo desde que se conocieron hace siete años en Nápoles (Italia), donde Benzo fue cónsul y el capitán de navío, enlace en el cuartel general del mando sur de la OTAN. Feliú quería informarle en persona de la desgracia. Benzo pasó la noche recorriendo los hospitales de Bagdad en busca de su amigo y asistente. El nombre de Marilyn Manuel, de 53 años, uno de los ayudantes del también fallecido enviado especial de la ONU para Irak, Sergio Vieira de Mello, alumbró una esperanza de encontrarle. Benzo pensó que tal vez había una confusión.

Tras pasar la noche en vela, Benzo (cuyo despacho en el hotel Canal quedó destrozado y que se salvó del atentado porque estaba en la CPA) recibió esta mañana la mala nueva. Su teléfono móvil no responde desde el martes. Preguntado por el estado de ánimo de Benzo, Feliú dijo: "Está bien, afectado como todos, pero entero".

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