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La nueva cocina en casa | GENTE
Columna
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El lavaplatos

En nuestro diseño de cocina le toca ahora el turno al tema de lavar los platos, las ollas y demás utensilios. En este apartado, admito que suelo estar en confrontación con la gente que no es del oficio, y es que, seguramente por deformación profesional, no soy demasiado partidario de poner un lavaplatos en casa, sobre todo si es sólo para dos. Seguro que esto tiene que ver con mis inicios en el oficio de cocinero, que fueron dictados por el azar, y en los que, buscando algo para pagarme unas vacaciones en Ibiza, lo primero que encontré fue un trabajo de lavaplatos en el hotel Playafels, en Castelldefels. Por cierto, que lo de lavar los platos es una tarea que pocas veces valoramos en un restaurante y que, sin embargo, es importantísima. Tengo que decir que durante cuatro meses lavé miles de platos, ¡y sin máquina!, por lo que es más que probable que no sea objetivo en este análisis. Si deciden hacerme caso y no poner lavaplatos, es importante tener dos fregaderos: uno para enjabonar y otro para enjuagar. Con un solo fregadero es muy difícil lavar bien todo lo que se ensucia en una cocina. Sería divertido hacer un libro en el que se explicara cómo se puede cocinar ensuciando lo mínimo, cosa que es siempre bien recibida, sobre todo cuando hay uno que cocina y otro que limpia.

Seguramente por deformación profesional, no soy demasiado partidario de poner un lavaplatos en casa, sobre todo si es sólo para dos personas
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- UNA 'FONDUE' DE GAMBAS AL AJILLO. Lo malo de cocinar para los amigos es que, mientras los amigos disfrutan, tú tienes que estar en la cocina pendiente de todo. La solución para este agobio puede estar en el "hágalo usted mismo", o sea, que cada cual se trabaje su plato. La barbacoa es una buena opción de jardín para este sistema, mientras que la fondue es una divertida variante suiza, con queso o sin él. En este caso la haremos con aceite. Se puede hacer una fondue maravillosa con gambas al ajillo. Pele las gambas, guarde las colas, saltee las cabezas dejándolas poco hechas, estrújelas y pase por un colador el jugo obtenido, con lo que obtenemos una esencia de gambas. Aromatice a continuación el aceite con ajo, encienda la fondue e introduzca las gambas en ella. Recomiendo que queden al punto, pero sin dejarlas crudas. Introdúzcalas en la esencia de gambas y a disfrutarlas. Para compensar el precio, unas brochetas de champiñones, servidas con un poquito de salsa de soja, serán un buen complemento.

- SORBETES Y HELADOS. La diferencia entre un producto y una elaboración a veces es difícil de definir, pero un sorbete o un helado estarían dentro de las dos categorías. Sin duda alguna, estamos ante uno de los productos industriales mejor resueltos. Como es lógico, los hay de distinta calidad, pero los helados son una solución perfecta para la cocina de ensamblaje casera. Ahí van algunos ejemplos. Coja una piña, córtela por la mitad y retire el interior con cuidado. Corte la pulpa a dados regulares y rocíela con kirsch. A continuación, vuelva a colocarla dentro de la piña y cúbrala con un sorbete de piña. Sería un buen final para la fondue anterior, ya que es un postre que podemos colocar en la mesa y que no nos obliga a trabajar mientras comemos. Si quiere trabajar menos, aunque sin perder la originalidad, compre un sorbete de frambuesas y añádale con cuidado unas frambuesas naturales, rompiéndolas pero sin que lleguen a ser un puré. Sírvalo rápidamente con un poquito de nata montada por encima. Otra posibilidad es la de hacer un experimento divertido. Abra un bote de dulce de leche y póngalo directamente en el congelador. El exceso de azúcar hará que tenga una textura única, entre una crema y un helado. Los más atrevidos pueden coger unos tomates cherry, saltearlos durante veinte segundos para que se desprenda la piel (lo que facilitará el pelarlos) y, una vez pelados, ponerles un poco de azúcar en la misma sartén, junto a especies a voluntad: anís, canela, vainilla, etcétera. Cocínelos durante cinco minutos y tenga en cuenta que los tomates tienen que quedar enteros, pero confitados. Sírvalo con el mejor helado de vainilla que pueda encontrar en el mercado, y a disfrutar. (Con la colaboración de Xavier Moret).

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