Diseñar una cocina
Tengo un amigo que se casó hace poco y me pidió consejo a la hora de montar la cocina de su casa. De entrada, me quedé fuera de juego, puesto que estoy familiarizado con las cocinas de los restaurantes, pero por situaciones personales no me había parado a pensar nunca en cómo debe ser una cocina en casa. Mi amigo tenía un piso pequeño, con lo que se planteaba un problema aún más delicado. Me lo tomé como un tema personal y fue mi regalo de bodas. La primera pregunta para saber cómo tiene que ser una cocina es: ¿para cuánta gente? En este caso, al ser una pareja que se acababa de independizar, era lógico que fuera para dos. Aunque pueda parecer irrelevante, es importante prever el futuro: sobre todo si piensan tener hijos y cuántos. Al empezar a distribuir el piso, nos vino la primera duda: ¿cocina o cocina-comedor? Ambas tienen aspectos positivos y negativos, pero yo me inclino por la cocina-comedor. El tener la mesa junto a la cocina te facilita poder cocinar y comer a la vez. Por otra parte, con esta distribución resulta más fácil trabajar en equipo, ya que así todos podemos hacer de todo. Tengo claro que cuanto más juntas estén mesa y cocina, más se implica la gente. El espacio limita hasta cierto punto, ya que en una cocina de 15 metros cuadrados cabe todo y hoy día no puede ser una excusa tener una cocina pequeña para no hacer una cocina cómoda y agradable. Creo que una de las revoluciones pendientes en relación con el hogar es que por un precio asequible podamos tener cocinas modernas y funcionales. Es decir, aplicar a las cocinas lo que ha significado Zara en el mundo de la ropa. Para los que tengan la suerte de tener una casa grande, lo óptimo sería tener una cocina-comedor y un comedor de invitados.
Corte por la mitad mandarinas, pomelos o naranjas y colóquelos en la barbacoa
- UNA BARBACOA. Pocos placeres gastronómicos hay comparables al de una barbacoa en un día de verano. El calor invita a salir de casa, a abandonar por una vez la cocina y a preparar al aire libre, sea en la terraza o en el campo, algo sencillo junto con un grupo de amigos. En este sentido, hay que admitir que la barbacoa es un gran invento y un sistema de cocción único. El aroma que dan las brasas es incomparable. Una de las cosas que me gusta hacer en la barbacoa son verduras, algo que es normal en algunas autonomías y no tanto en otras. Unas cebollas tiernas, que nos recordarán los calçots que se hacen originariamente en Valls (Tarragona), unos espárragos verdes o unas alcachofas son una solución económica y de poco trabajo para empezar una barbacoa. Para seguir, si nuestro presupuesto lo admite, unas cigalas o langostinos a la brasa son extraordinarios. Hay que hacerlos enteros, para que conserven el jugo. Con ello conseguimos una cocción en seco, sin aceite, que con el ahumado ligero de la brasa los convertirá en algo de obligada repetición cuando hagamos una barbacoa. En cuanto a la carne, una hamburguesa de pato nos dará un toque original y nos hará salir de la rutina. Para acabar, frutas. Sí, frutas a la barbacoa. Personalmente me encantan, y sobre todo los cítricos. Cortamos por la mitad mandarinas, pomelos o naranjas y los colocamos en la barbacoa por el lado de la piel. No hay que darle nunca la vuelta. Los servimos tibios, junto con un buen helado, por ejemplo de vainilla con un añadido de Cointreau, y disfrutaremos de una barbacoa distinta.
- LECHUGA. Asociamos siempre la lechuga con una simple ensalada y parece que sólo sirva para esto, cuando siendo tan buena como es, está claro que puede tener otros tratamientos. En la cocina clásica se utilizaba mucho como guarnición. Al hilo de lo anterior, unas pequeñas lechugas a la barbacoa, cocidas al dente y sazonadas con un buen aceite de oliva virgen, nos darán una visión totalmente nueva de este producto. Otra opción es la de poner, dentro del guiso que tenga que preparar, unos cuartos del cogollo de la lechuga durante los últimos 20 minutos. Si prefiere una ensalada, pase unos tomates por la batidora, añádeles sal, pimienta y aceite de oliva, y sazone con ellos una buena lechuga. Así obtendrá una ensalada original de lechuga y tomate.
(Con la colaboración de Xavier Moret).
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