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LA POSGUERRA DE IRAK

Bush promete capturar a Sadam y asume la responsabilidad de las acusaciones falsas

Las tropas de Estados Unidos detienen a 559 personas en 24 horas en operaciones en Irak

En una rueda de prensa casi improvisada, George W. Bush aceptó ayer por primera vez que la responsabilidad final de todo lo que dice es suya, aunque le escriban los discursos. El reconocimiento de culpa hacía referencia a la acusación falsa contra Irak sobre las supuestas aspiraciones nucleares de Sadam Husein. Aunque Bush reconoce haber cometido ese error, saltó por encima de las consecuencias, "porque lo importante es que el mundo es más seguro sin Sadam". Promete capturar al ex presidente iraquí y encontrar pruebas sobre su programa de armas de destrucción masiva "para convencer a críticos y cínicos".

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Un editorial publicado el lunes en The Washington Post lamentaba la falta de interés del presidente de EE UU por conceder ruedas de prensa y demostraba con cifras que Bush es el presidente más reacio a enfrentarse abiertamente a los periodistas. Un día después, la Casa Blanca organizó repentinamente una comparecencia de Bush montada como despedida vacacional, aunque de nuevo el presidente llevaba con él una lista con los nombres de los periodistas a los que se les permitía preguntar.

Según Bush, Sadam Husein será capturado, aunque reconoce su incapacidad para predecir cuándo: "Estamos más cerca de él que ayer, supongo. Pero no lo sé. Todo lo que sé es que vamos a por él", aseguró Bush. El presidente se mostró abiertamente satisfecho de que los hijos del ex presidente iraquí "no hayan escapado a la justicia", dijo sobre su muerte. Su secretario de Estado, Colin Powell, mostró la misma incertidumbre sobre la captura de Sadam Husein, pero estuvo más original en su valoración: "Sadam ya sólo es una basura a la espera de ser recogida", dijo Powell.

Bush mostró un creciente dominio en el arte del desvío. Repitió machaconamente una serie de afirmaciones ("Sadam Husein era una amenaza", "El mundo es ahora un lugar más seguro", "La desaparición del régimen iraquí ayudará a estabilizar la región") y con ellas logró pasar por encima de las cuestiones más polémicas. Sólo hizo una concesión cuando le preguntaron si era suya la responsabilidad de haber acusado falsamente a Irak por sus supuestas intenciones nucleares: "Asumo la responsabilidad de todo lo que digo, por supuesto. Absolutamente. También asumo la responsabilidad de tomar decisiones sobre guerra y paz. Analicé una recopilación minuciosa de información, buena, sólida y consistente, que me permitió llegar a la conclusión de que hacía falta quitar a Sadam Husein del poder", dijo Bush. Con tono de resentimiento, reconoció que siente la necesidad de aportar pruebas sobre el supuesto arsenal iraquí "para apaciguar a los críticos y a los cínicos sobre las intenciones de EE UU. Y tengo confianza en que nuestra búsqueda demostrará aquello en lo que creo con firmeza: que Sadam Husein tenía un programa de armamento".

En varias ocasiones abogó por la vía diplomática para el conflicto con Corea del Norte y por la presión internacional para el otro vértice de su eje del mal, Irán. En política interna, defendió sus recortes de impuestos y se mostró convencido de que esa reducción fiscal no es una de las razones en el déficit desorbitado al que se enfrenta este país. Al contrario, Bush pareció sugerir que la culpa de los males económicos que sufre EE UU está en buena medida en el ambiente belicoso del último año, y mencionó con sarcasmo el titular de una cadena informativa, De camino a la guerra contra Irak, con el que se encabezaban desde septiembre del año pasado las noticias de sus programas.

Ése parecía ser el objetivo real de la rueda de prensa: establecer un punto de inflexión. Así puede regresar sin repartos a las dos únicas actividades que espera realizar en agosto, las dos que mejor domina: descansar en su rancho de Tejas y recaudar fondos para su campaña a la reelección presidencial.

Por otro lado, ayer el comando central norteamericano en Bagdad informaba de que en tan sólo 24 horas había detenido a 559 personas, mientras que proseguían la búsqueda de Sadam, informa France Presse. Con 51 incursiones aéreas, 1.977 registros, de los cuales 287 fueron realizados por la policía iraquí, las fuerzas norteamericanas han conseguido el arresto de 559. El número de detenciones es mucho mayor al habitual, lo que demuestra que las fuerzas de EE UU han optado por una táctica más agresiva en la búsqueda del ex dictador en fuga.

Ayer, los soldados estadounidenses volvían a sufrir nuevos ataques, aunque en esta ocasión sin víctimas. Los escenarios de los ataques fueron Faluya, Mosul y Baqua, según testigos presenciales y el Ejército norteamericano. Sin embargo, dos soldados americanos resultaban heridos en Samarra, norte de Bagdad, por una granada anticarro.

El presidente de Estados Unidos, George Bush,  durante una conferencia de prensa en el Rose Garden de la Casa Blanca.
El presidente de Estados Unidos, George Bush, durante una conferencia de prensa en el Rose Garden de la Casa Blanca.EFE

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