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Sharon anuncia que liberará a 210 presos palestinos radicales antes de visitar a Bush

Hamás y Yihad Islámica consideran insuficiente la medida y amenazan con romper la tregua

Dos días antes de que Ariel Sharon se entreviste en Washington con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, el Gobierno israelí decidió poner en libertad a lo largo de esta semana a 210 presos islamistas, que se suman así a la lista de otros 330 reos oficialmente redimidos. El gesto no logró, sin embargo, colmar las expectativas de las organizaciones fundamentalistas, especialmente Hamás y Yihad Islámica, que ayer volvieron a amenazar con romper la tregua si Israel no excarcela a los más de 6.000 reclusos palestinos que se encuentran en su poder.

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Según informó un alto cargo que acompaña a Sharon, los presos que serán liberados se componen de 210 islamistas, otros 210 vinculados a Al Fatah, el movimiento que preside Yasir Arafat, y otros 120 encarcelados por delitos comunes, informó la agencia Reuters.

La liberación de los islamistas fue acordada por el Consejo de Ministros por 14 votos contra 9, de acuerdo con una propuesta presentada por el propio jefe del Gobierno, a pesar de que ésta vulneraba los principios y criterios establecidos hace dos semanas por el Ejecutivo, que acordó de manera aplastante que no se decretaría la libertad de ningún militante o simpatizante de las organizaciones radicales implicadas en "actos terroristas".

El paquete de estos 210 liberados está compuesto por militantes y simpatizantes pertenecientes a las organizaciones radicales fundamentalistas Yihad Islámica y Hamás, además del Frente Popular para la Liberación de Palestina y de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, vinculadas a Al Fatah, quienes hasta ahora estaban excluidos de las medidas de gracia. Los nombres de estos detenidos, que aún están por decidir, se sumarán a los otros 330 que componen la primera lista aprobada.

Trámites complicados

Las autoridades israelíes, antes de hacer efectiva la liberación de los detenidos, deberán cumplir con unos largos y complicados trámites administrativos, que les obligan, entre otras cosas, a hacer públicos los nombres de los presos a liberar al menos con una antelación de 48 horas, para que quienes se sientan afectados por estas excarcelaciones puedan recurrirlas ante la Administración de justicia, lo que podría significar el bloqueo de las libertades.

La decisión del Gabinete israelí supone un gesto de buena voluntad hacia el presidente Bush, con el que Sharon tiene previsto entrevistarse mañana, martes, en la Casa Blanca y del que espera recibir un memorial de quejas por su actitud reticente a la hora de aplicar las medidas de pacificación establecidas en la Hoja de Ruta. Supone también la primera respuesta positiva del Ejecutivo israelí a las organizaciones radicales, que hace cuatro semanas decretaron una tregua unilateral en la Intifada.

El gesto de Sharon fue menospreciado por las organizaciones radicales, que reclamaron una vez más la liberación de todos los detenidos palestinos, más de 6.000, y volvieron a amenazar con romper la tregua si no se llevan a término las excarcelaciones. Las organizaciones de defensa de derechos humanos y de apoyo a los presos palestinos se solidarizaron inmediatamente con las reivindicaciones de los grupos políticos radicales.

Abdalá Alzegari, de 32 años, responsable de la Sociedad de los Prisioneros Palestinos, la organización más importante de Cisjordania a favor de los reclusos, reclamaba desde su sede de Belén la excarcelación de todos los presos y el levantamiento inmediato de las medidas restrictivas que impiden desde hace tres años que puedan ser visitados por sus familiares. En el mismo sentido se pronunciaba Osama Yusef Wanedi, 30 años, portavoz de la Asociación de Detenidos y ex Detenidos de Gaza.

"Estamos a favor de la afu y lucharemos para conseguirla", aseguraban a coro los familiares de los presos palestinos, que desde hace una semana se encuentran acampados ante la sede del Parlamento de Gaza, al pie de la estatua del Soldado Desconocido, desde donde a diario parten en marchas por las calles de la ciudad. Reclaman de los israelíes una declaración general estableciendo el derecho a la libertad de los detenidos y la elaboración de un calendario de excarcelaciones, que debería llevarse a término gradualmente para concluir en el 2005 con la proclamación del Estado de Palestina. "Sólo así habrá paz", concluyen los manifestantes.

Dos militares israelíes observan el desmantelamiento de un puesto de control cerca de Ramala.
Dos militares israelíes observan el desmantelamiento de un puesto de control cerca de Ramala.AP

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