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REFORMA DE LA LEY DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA

El Gobierno acepta la investigación con embriones

El Gobierno ha aceptado, después de tres años de negativas, la investigación con embriones humanos. Los científicos podrán usar los embriones sobrantes de los tratamientos de reproducción asisitida para obtener células madre, capaces de dividirse en cualquier tejido gracias a la reforma de la Ley de Reproducción Asistida que ayer presentó la ministra de Sanidad, Ana Pastor, tras el Consejo de Ministros.

Pastor interpretó que no se investigará con el embrión "sino con el material biológico obtenido en la descongelación".

Los embriones sobrantes de los tratamientos que llenan los congeladores de las clínicas de reproducción asistida tendrán una salida. Los padres decidirán si los destinan a investigación; si quieren que sean destruidos; darlos en adopción para otras parejas con problemas de infertilidad o mantenerlos congelados por si en el futuro desean más hijos. Si los padres no aparecen, los embriones irán destinados a donación y si nadie los adopta en cinco años, la reforma permite investigar con ellos.

Se podrá investigar con los embriones que están ya congelados, pero no con los que se generen desde ahora
La Conferencia Episcopal considera que el texto mejora la norma actual, aunque lo califica de "insatisfactorio"
El texto, cuyo fin es evitar el exceso de embriones, endurece las condiciones de la fecundación 'in vitro'
Pastor presenta la reforma de la Ley de Reproducción Asistida y acaba con tres años de negativas del Gobierno
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La norma actual no establece qué hacer con los embriones después de cinco años. La reforma llena ese vacío legal, pero es una ley de punto final, como la califica el portavoz del PSOE en la Comisión de Ciencia del Congreso, Jaime Lissavetzky. Se podrá investigar con los embriones que están congelados en este momento independientemente de la edad que tengan. Esto es importante porque los embriones de poco tiempo dan lugar a células madre con mayor capacidad de diferenciación. Hasta ahora sólo se podía investigar con embriones no viables. Con los embriones generados cuando la reforma entre en vigor -Sanidad prevé que sea antes de fin de año- no se podrá investigar.

Resolver la acumulación

El objetivo de la reforma no es fomentar la investigación, sino, como detalló Pastor, "resolver el problema de la acumulación de los embriones sobrantes y en segundo lugar limitar el número de embriones que se generan en los tratamientos de reproducción asistida". Para lo primero permite la investigación. Para lo segundo establece que las clínicas de reproducción asistida sólo podrán fecundar tres óvulos por ciclo. Esto significa un cambio notable en la concepción de la fecundación.

Actualmente, a una mujer con problemas de infertilidad se le somete a un proceso de estimulación con hormonas, se le extraen los óvulos que genera, se fecundan y se congelan. El número varía mucho de una mujer a otra, pero puede llegar a más de 10. Después se seleccionan tres y se implantan. Si el embarazo va bien, el resto de embriones se quedan congelados. Si no prospera (algo frecuente) se recurre a ellos. Si la pareja quiere más hijos puede usarlos. Si no, se quedan en el congelador. Con este proceso ahora hay unos 200.000 embriones congelados, según una estimación hecha a partir de datos del Instituto Valenciano de Infertilidad.

Con la reforma sólo se podrán fecundar tres óvulos y siempre que la pareja no tenga embriones congelados en otra clínica. Si el embarazo no prospera habrá que realizar otro proceso de estimulación hormonal. Según Pastor el objetivo es "evitar los embarazos múltiples, como recomiendan todos los expertos". Especialistas consultados por este periódico indican que para ello habría bastado con limitar el número de embriones implantados, no los óvulos que se fecundan.

La reforma prevé que la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida, que asesora a Sanidad, establezca protocolos que permitan que en ciertos casos se puedan fecundar más óvulos de los que se implanten. Pastor afirmó que se harán excepciones cuando "por razones de edad o según el motivo de la infertilidad" sea difícil conseguir un embarazo con tres embriones. Aun con esta salvedad fuentes de Sanidad dicen que "el número de embriones que sobrará será mínimo".

Limitar el número de embriones era una de las recomendaciones del Comité Asesor de Ética nombrado por el Gobierno y que en marzo aconsejó permitir la investigación con los embriones sobrantes. También es una de las exigencias tradicionales de los grupos católicos y conservadores. El presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, dijo que en la reforma "parece que se ha mejorado" en el tema de los embriones, informa Marta Aguirregomezcorta. La Conferencia Episcopal consideró que la reforma mejora la norma, aunque "es insatisfactoria". La plataforma Hay Alternativas, contraria a cualquier investigación con embriones, felicitó al Gobierno "por evitar la acumulación de embriones".

Fuentes de Sanidad explicaron que se habían mantenido reuniones con todos los sectores (incluida la Iglesia) para que la reforma fuera equilibrada. La ministra insistió una y otra vez en que era una reforma "equilibrada y que recoge todas las sensibilidades".

La reforma es equilibrada en el sentido de que sí da satisfacción a los científicos, la oposición de izquierdas y los enfermos, que piden desde hace años que el Gobierno permita investigar con células madre embrionarias. Lissavetzky lamentó los tres años perdidos por el Gobierno en los que el PSOE ha presentado una treintena de iniciativas parlamentarias "que han sido descalificadas sistemáticamente por el PP".

Las células madre embrionarias se obtienen de los embriones y su interés en investigación se deriva porque pueden dar lugar a cualquier tipo de tejido. Pastor afirmó que se permitirán investigaciones siempre que se hagan "sin ánimo de lucro, no sean realizables por otros métodos, vayan destinadas a paliar el sufrimiento humano y lo realicen grupos de investigación autorizados". Pastor aludió a la investigación para el Parkinson, el Alzheimer y la diabetes.

Fuentes de Sanidad señalan que con los embriones existentes en los tanques de nitrógeno líquido se pueden formar hasta 1.000 líneas celulares. Como además la reforma permite investigar con embriones de menos de un año, las líneas celulares son de mejor calidad que las que se obtienen de embriones de varios años, que muchas veces están dañados.

Para regular quién y cómo investiga y otorgar las líneas celulares, Sanidad creará el Centro Nacional de Trasplantes y Medicina Regenerativa. Lo que no podrá nadie es hacer clonación de embriones ni manipularlos genéticamente. Tampoco importar líneas celulares, puesto que sería una actividad con ánimo de lucro.

La ley va encaminada a que no sobren embriones, pero existe la posibilidad de que sobre alguno. Por ejemplo, si a una mujer sólo le implantan dos y el embarazo va adelante o si se han fecundado más porque está dentro de los supuestos que establecerá el ministerio. En cualquier caso la pareja deberá firmar un "compromiso de responsabilidad sobre sus preembriones crioconservados". En este documento se compromete a darlos en adopción o a utilizarlos antes de que la mujer deje de ser fértil.

"Una ley obsoleta"

Hasta ahora los embriones sólo podían ser implantados antes de que pasaran cinco años, porque cuando se redactó la ley, 1988, los científicos pensaban que a partir de ese tiempo los embarazos no serían normales. "El tiempo ha demostrado que la ley se había quedado obsoleta en algunos aspectos", afirmó Pastor. La reforma permite que los embriones se mantengan congelados hasta que la mujer deje de ser fértil.

¿Qué ocurre si nadie adopta esos embriones y la mujer deja de ser fértil? Pues que aparece otro vacío legal. Como sobrarán pocos embriones, el vacío será menor que el actual. Fuentes de Sanidad señalan que con la tasa actual de adopción, no sobrarán embriones. Todo dependerá de los criterios que fije Sanidad para permitir fecundar más embriones. Si los criterios son muy estrictos, dificultará a las parejas con problemas de infertilidad acceder a los tratamientos, pero no sobrarán. Si son laxos, lo previsible es que haya exceso.

En cualquier caso, los expertos comparten que la ley había que reformarla porque había sido sobrepasada por la técnica. Incluso el redactor de la norma, Marcelo Palacios, felicitó a la ministra, y subrayó que lo "fundamental" es que se permita usar embriones humanos viables sobrantes de la fecundación in vitro para investigar con fines terapéuticos.

La última de las reformas también es una antigua reivindicación de los expertos. La ley alarga el tiempo de crioconservación del semen, que estaba fijado en cinco años, hasta los 20. Muchos pacientes congelaban su semen antes de someterse a quimioterapia o radioterapia, que puede producir esterilidad. A los cinco años debían decidir si querían tener hijos, aunque la mayoría de los bancos de semen desobedecía la norma y no lo destruía.

Ana Pastor, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
Ana Pastor, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.ULY MARTÍN

Antes de fin de año

La ministra de Sanidad, Ana Pastor, presentó la reforma de la Ley de Reproducción Asistida como si el Consejo de Ministros acabara de aprobar un proyecto de ley. En realidad Sanidad sólo había presentado al Consejo un informe sobre el anteproyecto de modificación de la ley. Todavía no hay proyecto de ley.

Fuentes de Sanidad explicaron que la aprobación formal será el viernes que viene. El martes, la Comisión Nacional de Reproducción Asistida, órgano asesor de Sanidad, revisará el texto, pero su opinión no es vinculante.

La reforma se concreta en 17 folios en los que se modifican dos artículos de la ley de 1988 y se añade cinco disposiciones finales.

La idea de Sanidad es que llegue al Congreso de los Diputados a primeros de septiembre, tramitarla por el procedimiento de urgencia y que esté aprobada antes de fin de año. Pastor afirmó: "Espero y deseo que dé tiempo a tramitarla antes del fin de la legislatura".

El portavoz del PSOE en la Comisión de Ciencia, Jaime Lissavetzky, señaló que con voluntad "hay tiempo para aprobarla antes del fin de la legislatura". Lissavetzky no quiso adelantar si su grupo presentará alguna enmienda a la totalidad, pero criticó que la Comisión de Reproducción Asistida no haya participado en la redacción.

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