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Bush ratifica al director de la CIA que asumió la acusación falsa contra Irak

Los demócratas exigen que siga la investigación, aunque la Casa Blanca da el caso por cerrado

La Casa Blanca ratificó ayer su confianza en el director de la CIA, George Tenet, que la madrugada anterior trató de asumir toda la responsabilidad sobre las acusaciones falsas contra Irak incluidas en un discurso de Bush. Según fuentes gubernamentales citadas por la NBC, la explicación no se ajusta a la verdad, porque la CIA sí avisó a la Casa Blanca sobre el error. El portavoz del Gobierno ha reconocido que presionó a la CIA para que asumiera la culpabilidad. Bush, cuya popularidad ha caído en picado, dio ayer la polémica por zanjada, pero los demócratas exigen "toda la verdad".

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Después de casi cinco días de enfrentamiento público o soterrado entre la Casa Blanca y la CIA, Tenet facilitó un comunicado en la madrugada del viernes el sábado para asumir la culpabilidad del error por las acusaciones falsas contra Irak. El texto pretendía proteger a la Casa Blanca para que la oposición demócrata no pueda acusar a Bush de haber incluido ese error de manera intencionada.

Según el comunicado de la CIA, fue culpa suya haber permitido que el último discurso sobre el estado de la Unión pronunciado por Bush en enero incluyera acusaciones contra Irak por supuestas maniobras para comprar uranio en África. La CIA reconoce que por entonces había investigado ya lo suficiente como para determinar que esa acusación era falsa.

El reconocimiento de culpabilidad venía firmado por el director de la CIA. Todavía en África, Bush mostró ayer "plena confianza en Tenet y en los hombres y mujeres de la CIA". Pero hay varias incógnitas que van a mantener vivo el debate.

Por un lado, el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, reconoció ayer que el Gobierno presionó a la CIA para que hiciera público ese comunicado. Dado que la Casa Blanca asumió el error el lunes, tiene poco sentido que la nota de la CIA se publicara el viernes salvo que haya sido forzada como escudo político.

Pero el peor enemigo al que se enfrenta ahora el Gobierno de Bush no es el de la crítica política, sino el de las filtraciones desde la administración o la CIA. La periodista de la NBC Andrea Mitchel, que disfruta de las mejores fuentes en el Gobierno, ofreció una versión bien distinta: según un colaborador de Bush, la CIA sí avisó a la Casa Blanca de que la acusación era falsa. No sólo eso: la CIA forzó a la Casa Blanca a eliminar esa misma acusación en un discurso que Bush pronunció en Cincinnati casi cuatro meses antes, en octubre de 2002. Tiene poco sentido que la acusación se incluyera después en el discurso sobre el estado de la Unión si no era de manera forzada, como argumento para justificar la guerra.

El director de la CIA puede ser quien pague el precio si el Gobierno considera que el cese refuerza su versión de los acontecimientos. Además, Tenet es un cargo heredado de Clinton; Bush confía en él, pero algunos miembros del Gobierno prefieren a alguien más cercano a su ideología.

Mientras tanto, el ministro de Exteriores británico, Jack Straw, ha vuelto a defender como ciertas las acusaciones de sus propios servicios de espionaje por las maniobras de Irak para comprar uranio en Níger. En una carta a la Cámara de los Comunes, Straw asegura que la acusación se basa en informaciones que no han compartido con sus colegas estadounidenses. "Nos mantenemos en lo que dijimos", aseguró un portavoz del Foreign Office. Para enredar aún más la trama, el diario The Independent aseguraba ayer que, diga lo que diga Straw, las acusaciones británicas sobre la compra de uranio se basaban en documentos publicados en Internet.

Howard Dean, el candidato demócrata a la presidencia que más parece distanciarse en esa carrera interna, ha acusado a Bush de usar a Tenet "como chivo expiatorio". "Intentan desactivar el problema, pero tenemos que saber qué otras informaciones falsas usó el Gobierno para llevarnos a la guerra", aseguró.

Bush recibió ayer otra mala noticia con la publicación de una encuesta en The Washington Post que refleja una caída en picado de su nivel de popularidad. Sólo un 59% de los encuestados valora su trabajo, lo que refleja una caída de nueve puntos en sólo 18 días. El descenso no recoge todavía los efectos de la polémica con la CIA. Según el sondeo, por primera vez la mayoría de los estadounidenses considera "inaceptable" el número de víctimas en Irak. El número de personas que todavía considera que la guerra ha merecido la pena ha bajado también del 64% al 57%.

Por otra parte, cuatro, presentados como primos de Sadam Husein, fueron detenidos ayer en Irak con otros miembros del antiguo régimen, señalaron ayer fuentes oficiales de las fuerzas de ocupación, informa la agencia France Presse.

Un soldado de EE UU, ayer, en Bagdad.
Un soldado de EE UU, ayer, en Bagdad.ASSOCIATED PRESS

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